LA GRABACIÓN SE REPRODUCÍA frente a ella. Con los brazos cruzados sobre su pecho, observaba cómo Spider le gritaba a la cámara, hablado en la lengua Na'vi. El chico golpeaba el cristal que les separaba con la silla en el interior de la sala. Él no podía verles, pero ellos a él sí.
El hombre que la acompañaba en el pequeño cuarto no apartaba la mirada de la pantalla. En esta, tenía todos los datos que había conseguido de él desde que le habían metido allí; fotos, grabaciones, resultados de alguna prueba...
Cuando la puerta se abrió tras ella, revelando al líder del grupo que había descendiendo hasta la selva de Pandora, la mujer no se molestó en volverse. Permaneció mirando al chico tras el cristal, entendiendo cada palabra que decía en el idioma del planeta en el que se encontraban.
El hombre se posicionó junto a ella, haciendo no mucho más que observar a Spider y beber de su taza. Y así quedó la mujer entre las dos personas que la acompañaban en el pequeño lugar.
—Es como un salvaje—. Intervino de pronto el científico mirando las pantallas. —Se cree uno de ellos.
Natasha se mantuvo en silencio, observando el rostro del chico que trataba de mirar a través del cristal. Ya no llevaba la máscara, pues toda la instalación tenía generadores de oxígeno terrestre. Cuando el hombre se puso en pie, el coronel le miró. —Iré a informar a la general—. Y recibiendo un asentimiento, abandonó la sala.
Quedaron en silencio, a excepción de los golpes y gritos que daba Spider. Ella dejó caer sus brazos a cada lado de su cuerpo, y echando un último vistazo al chico, se dispuso a abandonar el lugar de igual manera. Pero se detuvo cuando Quaritch se interpuso en su camino. Levantó la mirada, coincidiendo con la del coronel. No flaqueó, simplemente le miró, aguardando a que el hombre hiciera algo. Y viendo que no lo hacía nada, dijo —Si quieres algo, suéltalo. De lo contrario, tengo órdenes que cumplir.
—Órdenes...— Repitió él. Spider tiró de nuevo la silla contra el cristal, pero ninguno de los dos se inmutó. —Me pregunto qué ordenes serán esas—. Comentó. —O de quién—. Añadió. Estaba claro que no confiaba en ella. —Tanto tiempo entre ellos... Cómo sabemos si aun mantienes tus lealtades.
Él poseía los recuerdos del Coronel Quaritch, así pues, recordaba el cambio de bando de Jake Sully años atrás en la guerra contra la gente del cielo.
—Si mis lealtades hubiesen cambiado—, se detuvo unos instantes, cogiendo la taza de las manos del hombre. —habría dejado que esa flecha destrozara tu cráneo, coronel—. Tomó un sorbo del café en su interior, nunca rompiendo el contacto visual.
Volvió a dejar la taza sobre su mano, y señalándola, comentó —Le falta azúcar—. Dio un par de toques en el hombro del contrario mientras pasaba por su lado, antes de abandonar la sala y dejarle solo.
Recorrió el pasillo hacia la habitación que la habían asignado. El personal se iba apartando, dejando todo el espacio posible entre ellos y la Na'vi, habiendo escuchado lo que había sucedido poco tiempo atrás. Al adentrarse, la puerta se cerró. Estaba diseñada para que se adaptase a las necesidades de alguien de hasta tres metros de alto. Las paredes eran altas, lo que facilitaba todo mucho más.
Se adentró en el baño. Se desprendió de las pocas prendas que cubrían su cuerpo y se adentró en la ducha. El agua caliente caía sobre sus hombros, y ella se permitió cerrar los ojos para relajarse bajo ella. Su ondulado pelo caía sobre ellos también, empapado. La suciedad de su cuerpo, tras la pelea bajo la lluvia, se deprendía de su cuerpo mientras se iba por el desagüe.
Se perdió en sus pensamientos. Se preguntaba qué habrían hecho con Spider. Siguiendo el reglamento, supuso que le estarían interrogando para conseguir cualquier cosa que no supiesen todavía, y sabiendo cómo se hacía aquello, una sensación de incomodidad que trató de ignorar invadió su cuerpo. También que el chico no diría nada que pusiese en peligro a los suyos, y que preferiría morir antes que hacerlo.
Cuando hubo terminado, salió, envolviendo su azulado cuerpo en una toalla. Dejó lo que se había quitado sobre una silla de la habitación, viendo sobre la larga cama ropa doblada. Una camiseta de tirantes verde y unos pantalones de camuflaje fue lo que más llamó su atención. Además de ver sobre ellas dos cadenas, con una chapa cada una.
Se vistió sin prisa mientras dejaba secar su pelo. Contempló las cadenas sobre el colchón de la cama, cogió la primera, y leyendo lo que ponía en ella, la guardó en un cajón el la mesillas en la esquina del cuarto. Después tomó la que quedaba, y se la puso alrededor del cuello, quedando la chapa bajo el cuello de la camiseta.
Salió al estar lista, recorriendo de nuevo los pasillos, descalza, hasta llegara a donde debía. Cuando la puerta se abrió al pulsar el botón, lo primero que escuchó fueron aplausos. Contempló su alrededor, viendo a los presentes; Na'vi vestidos como ella, científicos y militares aplaudiendo mientras la miraban.
—Coronel Ninoska.
Escuchó su hombre ser pronunciado por alguien a quien hacía seis meses que no veía. La General Ardmore.
—¡Nat!— Comenzaron a zarandarla por detrás a modo de celebración. Mirando sobre su hombro, vio al Cabo Lyle Wainfleet, el Na'vi de las gafas al que había reconocido en el barracón. —Que oiga ese aplauso, señoras y señores. ¡Que la estrella ha regresado!— La mujer sonrió al hombre, y ambos hicieron un saludo que habían inventado años atrás. Había echando de menos al tipo, lo reconocía.
Poco después, tras recibir alguna que otra felicitación y bienvenida, y que los aplausos comenzaran a enmudecer, vio cómo dos hombres sacaban a Spider del laboratorio.
—General—. Saludó haciendo el saludo militar al acercarse a la mujer.
—Coronel Ninoska—. Saludó Ardmore subida en una pequeña plataforma que la daba algo de altura. —Un placer verla de nuevo—. La susodicha asintió. —¿Informe de la misión?
—Conseguí infiltrarme con éxito y acercarme a los Sully—. Comenzó a relatar. —Permanecí seis meses viendo y actuando como ellos. Desgraciadamente, mi tapadera fue puesta en riesgo al tener que salvar la vida del coronel. Me temo que ya se habrán movilizado.
—Bueno, — Comenzó Ardmore. —no se preocupe. Yo diría que ha sido un éxito. Nos ha sido de mucha utilidad la información que nos ha ido proporcionando este tiempo—. Natasha escuchaba a la mujer atenta. —El General Quaritch tiene pensado intentar sacarle información al chico que han traído, tiene que estar allí con él. Según tengo entendido, la tiene cariño.
—Con todo respeto, general—. Comentó Natasha. —Soy en parte la razón por la que está aquí. He ayudado a su enemigo, y les he traicionado. Creo que la última persona a la que querrá ver, es a mí.
Ardmore asintió, coincidiendo con ella. —De acuerdo—. Contestó finalmente. —Pero debe estar tras el cristal, escuchando lo que dice por si puede sacar algo en claro.
—Si, señora—. Respondió Natasha viéndola bajar y alejarse de la máquina en la que supuso habían interrogado a Spider sin éxito, de lo contrario, no haría falta ningún intento más por parte del coronel. —Allí estaré.
ESTÁS LEYENDO
𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍, miles quaritch
Fanfic↠ 𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍 ❛ Encontrada por los Na'vi en circunstancias misteriosas, deberá integrarse con ellos para poder sobrevivir. Pero, ¿qué sucederá cuando los secretos sean desvelados, y Pandora sitiada por el caos, el rencor y la venganza, alcanz...