𝟶𝟹∥ ᴜɴ ᴍᴀʟ sᴜᴇɴ̃ᴏ

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JAKE SULLY NO PUDO apartar la mirada del cielo hasta que sintió la mano de Neytiri en su hombro. La mujer lloraba, pero no por lo que algunos de sus hijos lo hacían, sino por ver a los mismos a salvo. Dio las gracias a Eywa, y no comentó nada de lo sucedido, sabiendo lo que estaba sintiendo el hombre al que amaba. La ira recorría su cuerpo. El de ambos. Los chicos que les rodeaban estaban confundidos.

Lo'ak mantenía la mirada perdida, sin saber qué decir o hacer. Permanecía junto a Kiri quien lloraba desconsolada con la cara cubierta por su manos. La habían arrebatado a su mejor amigo, y la culpa había sido de su mejor amiga.

Tuk seguía sin saber lo que ocurría. Si, comprendía lo del ataque, pero no se había enterado de lo ocurrido en la retirada. Se mantenía junto a su padre, abrazada a él con todas sus fuerzas mientras intentaba hacer desvanecer el mido que aun sentía.

La madre contempló a su familia, el único que no había reaccionado como el resto había sido Neteyam. El chico aguardaba a que sus padres dijesen algo, lo que fuera. Quería saber qué harían con la mujer que se había marchado en la nave de los invasores, y quería formar parte de ello. Intentaba tranquilizar a Kiri y sacar a Lo'ak de su pequeño trance, agachándose para quedar a su altura.

—¿Dónde está Natasha?

La voz de Tuk llamó la atención de todos. Neytiri miró a Jake, esperando a que fuese él, quien había permitido a la mujer quedarse, quien le dijese a su hijita que la persona a la que tanto quería la había abandonado.

Jake no la miró, y apretó el puño para no dejar salir la rabia al contestarla. —Se ha ido.

—¿Qué?— La niña miró a su alrededor, buscando a su amiga con la mirada, pero no encontró nada más que oscuridad y los cuerpos de los soldados que habían conseguido matar.

—No...— Lo'ak comenzó, pero las palabras no abandonaban sus labios. —No lo entiendo.

—¿Qué es lo que no entiendes, Lo'ak?— Neteyam le miró. —¿Que Natasha nos ha traicionado por haberla dado la confianza que os dijimos de no darla?— Espetó mirando a su madre unos instantes.

—¡No, Neteyam!— Lloriqueó la más pequeña acercándose a su hermano mayor. —Ella nos salvó.

—Es cierto—. La apoyó Lo'ak sin levantar la mirada. —Le partió el cuello a uno de ellos para que no nos dispararan—. Continuó. —No le habíamos visto y las balas impactaron en el árbol cuando ella se abalanzó sobre él.

—¿Eso fue entes de que salvara la vida de ese Quaritch, o de que se llevara a Spider con ella?— La voz de Kiri se escuchó por primera vez. Continuaba llorando, pero la ira era evidente en su tono.

Deseaba que Natasha apareciera de entre las hojas, acompañada de Spider. Que ambos estuvieran junto a ella y que todo aquello fuera solo un mal sueño del que con suerte se olvidaría al despertar. Pero nada de eso ocurrió.

Hubo un pequeño silencio, en el que todos sr miraron sin decir nada. Neytiri solo actuaba de aquella manera, calmada y tranquila, por no empeorar lo que sentía su familia.

—Tenemos que volver—. Habló de pronto Jake. —Hablaremos de esto más tarde. Hay que informar. Si alguien ve a Natasha deberán acabar con ella.

—¡No, papá!— Tuk le miró, comenzando a llorar de nuevo.

—Tuk, basta—. La voz de Jake era autoritaria, casi como la que empleaba con sus dos hijos mayores la mayoría del tiempo. Todos le miraron, sorprendidos.

La lluvia seguía cayendo, empapándoles continuamente sin permitirles secarse. Algo que no parecía molestarles en aquel momento, distraídos con un tema más importante.

Kiri había conseguido calmarse, y ahora se encontraba sumergida en sus pensamientos. No comprendía por qué lo había hecho. Pensaba que ella los quería, a su manera. Pero cuando desde la alturas, tras ver cómo Spider caía, había presenciado a la mujer lanzar su machete para frustrar el intento de acabar con la vida del hombre responsable del sufrimiento de su clan, y familia, simplemente colapsó. Era demasiado que asimilar. Su mejor amigo, secuestrado. Su mejor amiga, responsable en parte del secuestro en cuestión.

Así que cuando se levantó sin decir nada, abandonando su posición para regresar, todos la miraron unos segundos. Neteyam puso una mano sobre su hombro, tratando de mostrarla que él también lo sentía. Aunque no se hubiera fiado nunca, sabía lo mucho que la querían, y lo qué había deseado en ocasiones que las advertencias se equivocasen. Y detestaba ver a sus hermanos así.

Pero Kiri no contestó de ninguna manera. Simplemente continuó andando. Fue seguida por Tuk, quien se apresuró para coger su mano y acompañarla. Luego Lo'ak, quien no se dignó a mirar a sus padres, temeroso de que le echaran en cara lo ocurrido por haber ido al barracón sin consentimiento.

Neteyam observó a sus hermanos alejarse, y tras mirar por última vez a sus padres, les siguió para dejarles hablar. Cuando su madre le vio desaparecer entre la vegetación, se volvió hacia su pareja. —Tenemos que prepararnos para luchar—. Jake no contestó, inmerso en sus pensamientos. Contemplaba la tierra mojada que manchaba sus pies, no necesariamente prestando atención a la misma. —Jake, tenemos que--

—Debí hacerte caso—. Interrumpió él. —Debí haberte escuchando—. Por fin la miró, y Neytiri no pudo evitar sentir pena por él cuando aquellos ojos la contemplaron. —De haberlo hecho, esto no habría pasado, y los niños no se estarían sintiendo así. ¡Se supone que--

Apartó la mirada, tratando de no dejar que los sentimientos le nublasen.

Neytiri, viendo cómo se sentía, se acercó a él. Posicionó una mano sobre su pecho, y el hombre se tranquilizó inmediatamente bajo su roce. Dejó escapar un suspiro, antes de mirar al suelo y luego a su pareja. —Lo siento.

—No hay tiempo para esto—. Contestó ella sin separarse. —Debemos pensar en lo que haremos. Tenemos que volver.

—¿Crees lo que dice Lo'ak?— Cuestionó mirando hacia el lugar por el que se habían alejado.

—Tuk también lo dice—. Se limitó a contestar. —Pero no me importa. La mataré como hice con Quaritch por lo que ha hecho, por lo que les ha hecho—. Ella también siguió con la mirada donde Jake miraba.

Ambos permanecieron en un silencio reconfortante por unos momentos, permitiendo que la mera presencia del otro les fortaleciese para poder afrontar lo que pasaría después.

Pero, ninguno de los dos sabía que pensaban en hacer cosas completamente distintas.


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𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍, miles quaritchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora