NO ESTABA ESPERABA AQUELLO. Lo último que había escuchando había sido el perturbador grito de Quaritch antes de que todo se silenciara. Todo, a excepción de las criaturas que gruñían a sus espaldas.
—¿¡Lo veis!?— Gritó Lyle junto a Natasha.
La mujer sintió la mirada de Spider. El chico contemplaba el abismo de una manera casi nerviosa. Ella solo observaba paciente con una expresión neutra en el rostro. En cambio, todos los marines buscaban agitados algún rastro de su coronel.
—Tiene que hacerlo solo—. Murmuró volviéndose hacia Spider, quien la miraba como si esperara que ella hiciera algo.
El muchacho volvió su atención a la caída, sin saber por qué en cierta manera, esperaba que el hombre hubiera sobrevivido.
La tensión aumentaba por momentos.
Prager miraba a todos lados, y viendo al dúo cerca del acantilado, avanzó hacia ellos, acercándose peligrosamente a Natasha. —¿¡Qué cojones te crees que-
El hombre no tuvo ocasión de terminar, pues un gruñido, aun más escalofriante que el que habían escuchado hacía unos minutos, hizo a todos retroceder, apuntando sus armas hacia lo que fuera que hubiese sido el responsable.
A todos, menos a Natasha, quien permaneció con la mirada fija en las nubes. Como si nada ocurriera.
Una banshee descendió veloz, tocando tierra y quedando cerca de la mujer. Era de una azul tan oscuro como la noche, motas rojas y blancas decoraban sus alas y parte del cuerpo. Lo que sorprendió aun más, a parte del característico y único color, fue el tamaño.
Y cómo el resto de criaturas actuaban a su alrededor.
Siendo el más grande de todos, mantenía a todos en la distancia. Pero no por algún tipo de liderazgo, sino por el temor que infundía en el resto. Todos se violentaron, pero ninguno se atrevía a acercarse, teniendo como única opción gruñir a la criatura.
No era como ellos.
No era tan grande como un Gran Leonopteryx, pero si lo suficiente como para intimidar al resto.
La banshee abrió sus fauces, gruñendo al hombre que cayó al suelo asustado, haciendo que todos mantuvieran las distancias con la mujer.
Spider permanecía junto a ella, contemplando a la criatura, sorprendido de que no hubiera aparecido antes, como en el momento en el que habían regresado a los bosques. Es lo que había estado esperando desde que el cuerpo del coronel había desaparecido con el ikran.
Natasha se incorporó, poniéndose en pie y volviéndose hacia todos. —Su nombre es Keyrön—. Habló acercándose a la cabeza de la criatura, tocándolo con el canto de dos de sus dedos. —Os sugiero que bajéis las armas. De lo contrario, seréis los siguientes en seguir al coronel.
Lyle fue el primero en obedecer, seguido por Z-Dog. Pero el resto no actuó.
Las orejas de la mujer se movieron, y la expresión en su rostro cambió. —¿Sabéis por qué reaccionan así?— Cuestionó señalando al resto de los ikran. —Keyrön es un exiliado. Repudiado por los suyos por el simple hecho de ser diferente—. Spider recordaba lo furiosa que había estado Neytiri presenciando cómo la criatura escogía a la mujer, fomentando su desprecio y la falta de confianza hacia ella. Toda la familia Sully había estado allí. —¿Qué creéis que ocurriría si le permitiese saciar su hambre?
Y así las bajaron.
—Nos largamos—. Habló el Na'vi de las gafas, echando un última ojeada al gran ikran. Los soldados comenzaron a retirarse, dejando al dúo atrás por solo unos metros. —Andando.
Natasha vio la expresión en el rostro de Spider. Puso una mano sobre su hombro, llamando su atención, tratando de reconfortarlo.
Pero cuando fue a abrir la boca, un sonido llamó su atención tras ella. En el momento en el que las miradas del dúo se cruzaron, ambos supieron lo que sucedía. Y antes de que pudieran hacer nada, una fuerte corriente de aire hizo mover sus cabellos con fuerza.
Un ikran emergió.
Todos comenzaron a vitorear, y los gritos animados del equipo, y la voz que festejaba tras ellos, fue todo lo que ambos necesitaron para volverse.
Sin pensárselo, y cruzando miradas una última vez con Spider, quien inevitablemente sonreía, subió al suyo velozmente, y formando el vínculo como tantas otras veces, ascendió.
Todos se separaron para no ser dados por las alas. Observaron cómo la criatura batía las mismas con fuerza. —Spider—. Llamó. —Encárgate de tu ahora de los novatos—. El chico fue a protestar, pero ella se adelantó, mirando a todos los soldados. —Es una orden.
La sonrisa incrédula en los labios de Quaritch, hizo que otra se apoderara de los de ella.
—¿¡Eso es tuyo!?
Keyrön sobrevoló al coronel y su ikran. El sol besaba su oscura piel. Quaritch notó la inquietud de la criatura sobre la que estaba, percatándose de qué era lo que la causaba. —A él no le agrada—. Comentó señalando a la banshee de tono de piel casi negro.
Ambos ascendieron, dejando a los marines con Spider. Mantenían las distancias, y Natasha se dedicó a disfrutar del momento. Hacía mucho que no veía a Keyrön. Nunca había sentido la lealtad tan de cerca como la había sentido con él.
Dejó que ambos cayeran al vacío, atravesando las nubes y sintiendo el fuerte aire contra sus pieles. Y al estar lo suficientemente cerca de las rocas, tanto que el coronel llegó a creer que chocarían, la criatura extendió las alas, haciéndoles coger altitud.
Cuando Quaritch apareció junto a ella, hubo un pequeño momento de silencio antes de que uno de los dos hablara.
—Ella.
El hombre la miró confundido. Natasha señaló al Ikran más claro de los dos, antes de añadir —Él, es un ella.
Quaritch miró a la criatura unos segundos. —Ni de coña—. Contestó volviendo a mirarla.
La mujer solo se encogió de hombros. —No sabía que ahora también eras experto en los ikran—. Comentó sarcástica. —O que supieras algo de ellos, en realidad.
El hombre permaneció en silencio, apretando la mandíbula. Su cola se movía, exponiendo la irritación que le invadía. La mujer sonrió para si misma. Era algo en lo que había comenzado a fijarse. El coronel no parecía darse cuenta de que lo hacía, exponiendo de aquella manera lo que sentía. Y no siempre la gustaba lo que veía.
Había momentos, ocasiones, en los que había demostrado poca mano dura. Y lo único que ella quería de él, era lo que recordaba. La rabia que le consumía cuando el nombre de Jake Sully se pronunciaba, el poder que demostraba frente a otros miembros del ejército...
Pero no siempre la encontraba. Y eso no la gustaba.
El silencio fue interrumpido por un grito. Ambos se miraron, y sin necesidad de decir nada, dirigieron a las banshee hacia el lugar en el que habían dejado al pelotón.
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𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍, miles quaritch
Fanfiction↠ 𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍 ❛ Encontrada por los Na'vi en circunstancias misteriosas, deberá integrarse con ellos para poder sobrevivir. Pero, ¿qué sucederá cuando los secretos sean desvelados, y Pandora sitiada por el caos, el rencor y la venganza, alcanz...