𝟸𝟸∥ ᴏᴄᴀsɪᴏɴᴇs ᴅᴇsᴠᴀɴᴇᴄɪᴅᴀs

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EL MIEDO QUE SINTIÓ JAKE SULLY AL VER A TRAVÉS DE LA MIRILLA DE SU ARMA A SUS HIJOS PRIONEROS... No habían llegado lo suficientemente rápido. Al haber sido avisado por Lo'ak de que la nave demonio había encontrado un nuevo objetivo tulkun, y todos estaban con él tratando de salvarle, el hombre había advertido a Tonowari, Olo'eyktan del Clan Matkayina y al resto para reunirse e ir contra el enemigo.

Pero viendo a Quaritch quitándole a su hijo el comunicador, y que cada arma al otro lado de la mirilla apuntaba a los Matkayina, a él mismo, supo de qué se trataría la conversación que tendrían.

"Jake". Escuchó la voz del hombre al que tanto dolor causó una vez. Junto a él, Natasha sonreía, y ambos eran escoltados por Zdinarsk y Wainfleet, quienes se encargaban de apuntarle a él. "Dile a tus amigos que no ataquen. Si quieres que vuelvan, ven tú solo". Vio a Natasha acercarse a su hijo, e inmediatamente se tensó. Desenfundando una de sus cuchillas, la lanzó en el aire, cogiéndola nuevamente por el mango. "Sabes bien que no suelo ir de farol". El filo del arma de la mujer tocó la piel del chico. Suficiente como para dejar el mensaje claro, pero no como para derramar sangre.

—Mierda—. Murmuró Jake furioso, bajando el arma.

"Te acogí bajo mi tutela, Jake". Escuchó su voz de nuevo. "Y me traicionaste". La sonrisa en los labios de Natasha había desaparecido. Por esa traición que él había cometido primero, todo el escuadrón había muerto. "Acabaste con los tuyos. Hombre y mujeres buenos".

Hubo un pequeño silencio en el que Sully apartó la mirada, mirando a Tonowari y Ronal, que miraban ansiosos la nave en la que su hija era retenida.

"Hola, Jake". Cuando el susodicho escuchó su voz, su cabeza se volvió bruscamente hacia el mismo lugar. "Tú y yo sabemos que esto solo podía acabar de una manera. Huir de tus problemas solo los empeora. Y resulta que tener que jugar al escondite solo ha hecho que se me acabe la paciencia." La ira provocaba que el hombre fortaleciese su agarre en su montura. Mandíbula tensa, escuchó atento cada palabra. "No quiero hacerlo, Jake. De verdad que no. Un hijo no debería pagar por los pecados de sus padres". El trio de recoms, siendo los únicos que habían escuchado sus palabras de los que sabían la verdad tras ellas, supieron a lo que se refería. Y por qué lo decía. "Pero con tal de conseguir mi venganza, mataré al tuyo si tengo que hacerlo. Eso te lo prometo".

—Dame un segundo—. Se apresuró a contestar Sully, mirando a su alrededor, a los que aguardaban ansiosos para vengar a sus hermanos caídos en las cazas de tulkun repartidas en el tiempo. —Esperad aquí—. Habló por fin en Na'vi

Pero cuando la lanza del Olo'eyktan se interpuso en su camino al comenzar a avanzar hacia la gran nave, se detuvo. —Son asesinos de Tulkun—. Dijo enfadado. —¡Beben morir!— Sentenció mirándole. —¡Hoy, aquí!

—Es a mí a quién quieren—. Respondió. Si se entregaba, todo acabaría. —Siempre he sido el objetivo, les da igual cazar nuestros tulkun, ¡retener a nuestros hijos!

Hubo un pequeño silencio en el que Tonowari pareció pensarlo, pero entonces una voz intervino.

—¡Tú has provocado esto!— Ronal, inmersa en la ira, miró al hombre responsable de la captura de su hija y de las catástrofes ocurridas en las aldeas vecinas. —¡Tú!

Jake bajó la mirada, apenado y puede que avergonzado por no haber dado la cara desde un principio. Era cierto, si se hubiese enfrentado a ellos él solo, sus dos hijos no estarían allí, uno de ellos con el filo de una cuchilla amenazando su vida. —Entonces tengo que ser yo quien debe hacer esto.

𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍, miles quaritchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora