prefacio

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Ruidos de gavetas cerrándose y tacones resonar en el suelo, hicieron que saliera del sueño tannnn "entretenido" que había tenido. 

Mis pies descalzos caminaron por el suelo frío de la madrugada. Avance a lo largo del corredor, hasta llegar al despacho que era de mi padre.

Mi padre murió hace exactamente un año, en un accidente de auto. No éramos muy cercanos, pero su muerte me dolió como si fuéramos los mejores amigos. Desde entonces vivo prácticamente sola, mi madre solo viene a la casa a dormir. Llega demasiado tarde y se marcha demasiado temprano.

La puerta del despacho se encontraba entreabierta. Avance hasta recorrer completamente su interior con la mirada. 

Mi madre, con su falda como siempre por debajo de las rodillas, azul como el mar, se encontraba parada frente al escritorio. Parecía buscar algo allí, algo que necesitaba urgente porque parecía apurada. Una diversidad de papeles, supongo yo debieran ser documentos de mi pa, cubrían por completo la mesa de madera original, traída desde Francia que conformaba el escritorio.

No se había percatado aún que me encontraba parada en la puerta. Ráfagas de aire frío entraban por las rendijas de las ventanas del pasillo. Sentía que mi piel se congelaba pues con el apuro salí de mi habitación tan sólo en pijamas. Mi pelo alborotado caía sobre mi espalda desnuda.

-!Mamá!- avance quedando  dentro del despacho-¿Que haces aquí a esta hora?

-Necesito encontrar unos papeles, ve a dormir Cassandra.

Detesto cuando me habla así. No soy una niña a la que le dices "Ve a tu cuarto" y debe obedecer.

Siento que debería preocuparme por cosas más importantes que que comprar cuando voy con mis amigas al súper.

Ella volvió a la búsqueda y yo volví a mi habitación. Ya acostada en la cama me puse a reflexionar sobre mi vida y poco a poco me quedé dormida.

Luna De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora