No todo está perdido...
Al parecer la vida no me había puesto lo suficientemente a prueba y comenzó a llover. Solo faltaba eso la verdad. Ya me encontraba corriendo, de noche, fuera de casa, el vestido roto y el pelo alborotado...ya solo faltaba que me mojara debido a una lluvia torrencial no avisada. El destino me estaba jugando una broma barata y me iba a encargar de cobrarmela.
Ya andaba muy adentrada en el bosque....a unas cuantas millas de la mansión WERTS. "Todos deben estar murmurando mientras que mi madre y Jack recorren la ciudad en mi búsqueda" supuse mientras me recosté en un tronco.
Estaba exhausta, había caminado mucho, sin probar un bocadillo desde el almuerzo. Los pies llenos de callos debido a que todo el recorrido había sido descalza. El maquillaje corrido rodaba por mi cara. El agua helada me hacía temblar y un grito de desesperación anunciaba su llegada.
Tumbada en el suelo junto a las raíces de un árbol frondoso, me retorcía de dolor. Pero no podía continuar ahí toda la noche o alguna criatura del bosque hambrienta al igual que yo me comería de un bocado.
Con todo el esfuerzo que pude emanar, me acomode quedando sentada en la tierra mojada y fangosa. En un instante el tiempo ante mi se detuvo, mi piel se helo y mis ojos se abrieron cual dos relojes de pared. Sentí una mano en mi hombro...
¿Quien era? ¿Acaso un hombre lobo?¿Un vampiro sediento de sangre?
Pero...¿Que estoy diciendo? Debo dejar de leer libros sobre ciencia ficción y consentrarme en el presente. No es posible que haya a mis espaldas un lobo o un vampiro. Lo único que me quedaba era girarme y supervisar de que se trataba.
Mi cuerpo dio un medio giró y mis ojos se clavaron en unos ojos café algo más claro que los míos. Una piel blanca como la leche. Un pelo ondeado que caía sobre su frente mojada, no era ningún lobo y mucho menos un vampiro. Se trataba de un chico de aproximadamente veinte años. ¿Guapo? Sin dudas. A medio vestir, solo llevaba un pantalón rasgado, no llevaba camisa ni abrigo.
¿Que hacía a esas horas caminando por ahí bajo la lluvia?
La primera impresión que me lleve de él fue de tristeza. Sus ojos estaban marchitos, como los de alguien a quien la vida le ha dado de lleno su peor pedrada
- No me hagas nada...por favor te lo suplico- le dije mirándolo directamente a los ojos y llevando mis manos a la altura del pecho en posición de suplica.
No emitió sonido alguno solo me miro como analizando mi comportamiento. La mano que aún tenía sobre mi hombro la retiro lentamente y la llevo hasta el bolsillo de sus jeans.
-¿Que haces tan tarde en el bosque?
- Me escape de casa.¿Eres de por aquí?-pregunte con la voz temblorosa aún.
La tristeza que reinaba en sus ojos se convirtió en enojo.
-¡Este es mi terreno!- no me había percatado de que llevaba en su mano izquierda una guadaña la que con fuerza golpeó el piso como si con eso marcase su terreno.
- Solo necesito un lugar seguro-mis ojos se llenaron de lágrimas en cuestiones de segundos. Aún no podía creer que mi existencia dependía de aquel chico-¿Puedes ayudarme?
De sus labios salió una palabra entre susurros
-SiguemeCaminó a paso lento por aquellos matorrales. Me encontraba sin idea alguna de adonde me llevaba pero no tenía otra opción que seguirle el paso.
Ante nuestros ojos se encontraba una especie de cueva. Una extraña excavación subterránea nos impedía el paso. El chico cuya identidad aún desconocía entro en ella, yo por otro lado me quedé paralizada a la entrada mientras el agua caía por todo mi cuerpo. No había cesado de llover, tal vez hasta había apretado un poco la molesta llovizna.
-¿Vas a quedarte ahí?-pregunto con un gesto en su rostro que se podía definir como una sonrisa.
Caminé hasta donde el se encontraba parado y para mí total sorpresa tomo mi mano. Sus dedos rodearon los míos. Mis neuronas rápidamente visualizaron a esas parejas que pasean por la capital tomados de la mano y alimentando las palomas. Debía retirarla y solamente seguirle el paso por las instrucciones de mi cerebro pero mi cuerpo no respondía. Era como si la conexión entre ambos se cortara, mi cerebro ordenaba pero el cuerpo no obedecía, actuaba por sí solo.
Caminaba guiándome y llevándome con el, abriendo paso entre la oscuridad y las tinieblas del macabro lugar. A lo lejos se fue visualizando una llama, diría yo que la llama de la esperanza, había comenzado a creer que aquella cueva era infinita.
Una especie de salón deleitaba nuestros ojos café. En el centro una fogata la cual me pareció increíble que siguiera encendida debido a las corrientes de aire que circulaban el lugar.
A ambos lados de la fogata se encontraban recostados en el suelo, dos troncos de abeto, lo reconocí porque mi abuelo plantó uno similar en el patio de la casa cuando era niña, el cual aún se encuentra impecable...en el mismo lugar.
-Sientate-dijo este mientras tomaba asiento en uno de ellos.
Me senté tapándome un poco con lo que quedaba del vestido. El fango hacia que sintiera más frío aun.
El extendió sus manos en dirección a la fogata, para sentir el calor que está emanaba. Sobre su frente recaía su cabello trigueño, empapado debido a la lluvia.
-¡Veamos, cuéntame qué pasó!-me pregunto tratando de entender lo que pasaba.
-Me escape de casa-comence a explicar-Mi madre quiere que me case con Jack y yo no quiero eso...
-¿Quien es ese tal Jack?-pregunto confundido.
-Es un chico que conocimos en Dubai, su padre tiene grandes riquezas al igual que el mío y por cuestiones de negocio quieren que nos casemos pero...
Continué hablando con el dos cortas horas que pasaron a la velocidad de un relámpago. Se sentía bien grato desahogarse, el en cambio escuchaba atento cada palabra, y permanecía en la misma posición que al principio.
-Y pues, por eso me escape de casa...-conclui dejándole libre el camino para que depositara su opinión al respecto.
-Cassandra...no debiste escapar.
-¿Como sabes mi nombre?-pregunte algo confundida.
-Lo soltaste sin querer varias veces mientras me contabas. Creo que no debiste escapar.
-¿Como así?¿Estás del lado de mi madre?¿Crees que debo casarme con Jack? Mi abuela tenía razon, son todos iguales.-me levanté de forma decisiva del tronco para marcharme de ese lugar.
El de forma apurada me lo impidió sujetandome por el antebrazo.
-Lo que dije fue que no debiste escapar. Si escapas de los problemas crearás problemas mayores, como la adolescente que eres debes medir las consecuencias de tus actos, y hasta donde he notado eres una chica bastante inteligente.
No respondí una palabra pero mis ojos y los suyos mantenían un lazo de unión.
-Por favor no lo tomes a mal, solo quise opinar al respecto.
Sacudí mi brazo librandolo de su aguante. Con mis manos, usando los dedos como si fuese un peine me acomode un poco el cabello.
-Cassandra...debes volver a tu casa. Enfrentar la vida, huyendo de ella no lograras nada.
Mi mente proceso lo que el chico había dicho. La verdad creo que tenía razón, no debía huir de la vida.
-Creo que tienes razón. ¡Volveré a casa!-su rostro mostró una sensación de alivio y de un leve gesto me abrazó.
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Luna De Sangre
Novela Juvenil¿les ha pasado que espían a un chico con la intencion de descubrir sus defectos y terminas siendo uno de ellos? me gusta jugar con la mente de los lectores y que cuando piensen que todo estara bien....pum! Dejar caer la bomba, así que agarrense los...