Definitivamente no dude en girarme y si, se trataba de ella. Su mirada no era asustada, solo encerraba reproche.
–¿Mamá?¿Que haces aquí?—me separé automáticamente de Aegan.
–Lo mismo digo. ¿Que haces aquí?
Es cierto. Que idiota Cassandra.
Guarde silencio porque con el desorden que traía en mi cabeza solo lo iba a empeorar todo. Ella bufo de forma obvia y se cruzó de brazos llevando su mirada a Aegan alzando una ceja. El niega con la cabeza y yo me encuentro desconcertada.
Espera espera.
¿Dije a Aegan?
¿Se conocían?
Si me di cuenta que mi madre visitó la cabaña donde estaba escondido Aegan. Si, aquella del medio del bosque. Pero nunca me imaginé que se conociesen. Ahora, justo en este momento parada entre ambos me surgía la duda de si ya cuando escape de casa en la noche de la cena de ensayo ellos se conocían. ¿Seria por eso que Aegan me aconsejó volver? Dios que lío.
Mientras buscaba lógica a la situación en mi cabeza mi madre se fue. Me quedé de nuevo a solas con Aegan y no dude ni un segundo a lanzarle la mirada de duda y confusión.
–Te lo explicaré todo, lo juro.
Una mirada victoriosa era lo que había ahora en mi rostro. Camino a lo largo del pasillo soltando un suspiro pesado y como no dijo nada supuse que debía seguirlo y eso hice.
Entro en un salón bastante espacioso. Sobre la mesa se encontraba una vajilla dorada que daba indicios de lujo. Lujo y más lujo a juzgar por los jarrones y cortinas de las ventanas. Todas bordadas y al parecer bastante caras. Estaba acostumbrada a ese tipo de telas y sabía reconocerlas a las mil leguas.
El tomo puesto ante el ventanal de barrotes y miró hacia el jardín.
–Habla Aegan—reclame aún a unos metros de el, cerca de la puerta.
–Acercate—extendio su mano y la mía fue al encuentro. Ya parada a su lado volví a preguntar.
–¿Que pasa?—ya me asustaba tanto misterio y tardanza.
–Soy un vampiro, también tu madre, incluso Sebastián y...Melissa—ok ya puedo morir en paz.¿Que idiotez era esa?
–¿Que?—fue lo único que pude decir. Mis labios estaban igual de petrificados que mi cuerpo.
–Es una criatura mitológica. El vampiro es un ente de silueta borrosa, sin huesos, de brillantes ojos rojos y una especie de pico en lugar de nariz, con el que chupa la sangre de sus víctimas. Si consigue sobrevivir más de cuarenta años desarrolla huesos y un cuerpo, haciéndolo mucho más difícil de matar...
–¡SE LO QUE ES UN VAMPIRO AEGAN!—mis ojos ya estaban desbordados de lágrimas. No creía lo que oía.
El guardo silencio mirándome con unos ojos que guardaban tristeza. Lo que me hizo ponerme aún peor. ¿Pero, en que momento había pasado esto?
Ya no sabía lo que hacia, me agarré de los barrotes de la ventana con el rostro inundado en lágrimas. Dios.
–¿Desde cuando?—suspire pesado—¿Desde cuándo me escondías esto?
–Desde que nos conocimos Cassandra, hace once años soy vampiro.
–¿Es cierto que son inmortales?
Niega rotundo—no, solo que nuestra vida es más alargada que la de los humanos.
–Mi madre...
–Desde antes de que nacieras y no, tu padre no lo sabe. Eres un híbrido semi-inmortal Cassandra.
–Espera, ¿yo también estoy metida en esto?
Asiente y baja la mirada.
–¿Se supone que debo fingir que no lo sé o...?
–No, me haré responsable pero hay algo que debes saber.
–¡¿Más?!
–Ya que sabes todo debes asumir tus características de vampira.
–Y que se supone que debo hacer—retrocedi unos pasos llorando aun—Aegan acabo de enterarme que las personas que amo, mi familia son criaturas sobrenaturales. Raza que pensaba que eran solo cuentos, historias para llamar la atención. Pero no, las estoy viviendo de cerca joder.
Narra Aegan:
Dios. Como me dolía verla así, era la persona que amaba llorando delante de mí por algo que yo dije pero que no tengo la culpa. No resistía más, iba a llorar delante suyo.
–Cassandra para de llorar por favor.
–¡¿Como Aegan?!¿Como?—llora más fuerte lo que me hace desviar la mirada porque si no llorare también y aquí soy el chico fuerte.
–Cassandra intenta calmarte por favor.
Se dejó caer como quien está agotado contra la ventana y solo pude acercarme y abrazarla. Me sentía bien en su pecho, era un abrazo sincero y al menos de mi parte encerraba mucho más que dos personas cerca.
Cassandra ya significaba mucho para mí. No lo hacía por el sexo, no, solo me gustaba ver la sonrisa que se reflejan en su rostro de vez en cuando.
NARRA CASSANDRA:
Me gustaba sus abrazos, como ya dije una vez son reconfortantes. Ese gesto que repara algo que el no rompió fue interrumpido por el chirrido molesto y repugnante de la puerta. Mi madre dejó ver la extensa cola de su vestido al estar completamente dentro del lugar.
No sabía si llamarlo despacho, aunque no tenía una mesa o algo que lo identificará. O si llamarla habitación aunque escaseaba de una cama o simplemente un cómodo sofá. En el interior solo había aquella chimenea y una pequeña mesa.
–Cassandra supongo que Aegan ya te contó...—le lance una mirada asesina y ella solo se calló.
–Creo que será mejor dejarlas solas—Aegan me miró con la tristeza característica de sus ojos y a mi madre le dedicó una minireverencia.
Después de que Aegan saliese mi madre dio unos pasos hacia mi.
–Iba a contarte, apenas complieras los dieciocho años te diría todo.
–Apenas cumpliera los dieciocho sería demasiado tarde. Aegan me contó que soy un... híbrido...o algo así.
–No te preocupes por eso, mi obligación es protegerte como mi descendiente. Por cierto.¿De donde conoces a Aegan?
Ay, la pregunta que tanto temía y bueno, me tocaba a mí ahora confesar toda la verdad.
–Lo conocí la noche en que me escape de casa...
***
Le conté a mi madre todo, obvio omití la parte en la que Annie y yo lo perseguiamos. Nisiquiera la mencioné. Ustedes dirán "¿Entonces que le contaste?". Pues solo le hable del consejo de Aegan de que regresara. Que me cuidaba cuando estaba enferma luego de la muerte de Annie y para mí total sorpresa ella no parecía inmutarse. Parecía bastante tranquila como si lo supiese o como si le diera igual y conociendo a mi madre eso es raro.
–Cassandra no te regañare aunque sabes que estuvo mal. Pero con una condicion—dijo para mi total sopresa mi madre luego de que yo me callara de hablar como papagayo nervioso.
–¿Cual condición?—la mire nerviosa
....
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Luna De Sangre
Teen Fiction¿les ha pasado que espían a un chico con la intencion de descubrir sus defectos y terminas siendo uno de ellos? me gusta jugar con la mente de los lectores y que cuando piensen que todo estara bien....pum! Dejar caer la bomba, así que agarrense los...