capítulo 14

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El ver a Aegan así de alterado delante de mí me hizo asustarme y mucho. Los latidos de mi corazón aumentaron cuando descubrió a quien observaba a través del portal.

-Aegan yo...-intente excusarme pero su mirada me decia "callate Melissa solo empeoras las cosas".

-¿Porque lo haces Melissa dime?¡¿Porque?!

-Porque te amo Aegan, y no permitiré que te pierda por su causa.

-Melissa tú nunca me has tenido joder.

Auch, eso definitivamente dolió.

-¡¿Porque Aegan?!¡¿Porque?!-no pude evitar llorar, él había sido el hombre de mis sueños desde la primera vez que lo vi y no podía callarme eso.

-Melissa no eres de mi tipo. No me gustas, te lo dejé en claro la primera vez que hablamos.

Retrocedí un poco y me senté en la cama apoyando mis codos en mis rodillas y mi cabeza en mis palmas.

Él solo me miró y poco a poco se calmó. Sus ojos se apagaron volviendo a su color natural. El se acercó pero lo mejor era que eso no pasara.

-Aegan vete...

El me dedico una última mirada triste y se marchó por donde vino. Mi mente era un caos. Totalmente mezclados todos los pensamientos.

NARRA CASANDRA:

/once días después/

Mis vacaciones terminaron. Debo volver hoy a la universidad. Ya no será lo mismo. Desde que Annie murió no había ido, este será mi primer día sin ella y presiento que será más difícil de lo que creo.

Me preparé como de costumbre y Jack me llevo en el auto hasta ella. La mirada de algunos estudiantes recayo en mi pero no fue tan molesto. El día transcurrió bastante bien pero todo se complico a la salida.

Mi plan era llamar a Jack para que viniese por mi pero este no pudo salir de la empresa pues esperaban una auditoría y al parecer debían terminar unos asuntos. Ahi, justo en ese momento decidí volverme a casa sola. La peor decisión de mi vida de hecho.

Comencé a caminar hasta la estación del bus y me sentía rara. Como observada, una extraña sensacion.

De nada servía adelantar mi paso, era inútil y lo peor era que miraba a los lados y no había nadie, nadie por todos los contornos.

Llegue viva por obra de la virgen de los chicos guapos a la estación y cuando subí al primer bus que paso tuve un infarto mental.

No supervise cual era el destino del bus, tampoco si dicho transporte requería requisitos. Solo subí, y apenas mis pies pisaron su pasillo no pude evitar desear algo como "trágame tierra".

Sebastián estaba sentado en uno de los asientos que quedaban de espaldas a mi. Se me ocurrió bajarme rápido pero el chófer se puso de acuerdo con el destino para jugarme una broma macabra. Solo me quedo avanzar por el pasillo y esperar a que me viese ya que el conductor había arrancado el vehículo.

Unos breves pasos fueron suficientes para que sonara detrás de mi el esperado...

-¡Cassandra!¿Eres tú?-sonrie al darse cuenta de que si y señala el asiento al lado del suyo.

Oh no.

Me acerqué y me incline haciendo que nuestras mejillas se rozaran simulando un beso.

-¿A donde te diriges?-pregunté mientras esté cerraba el diario que venía leyendo y lo enrollaba para guardarlo en el bolsillo de su saco.

-Voy hacia la casa de tu madre. No se si Aegan ya te puso al tanto de cómo ejecutaremos todo.

Aegan no me había comentado nada. Si estoy al tanto de que la conoce y tal pero no sé más nada.

Asentí porque supongo que ese es una estrategia de Aegan para sacarme de ese rollo en el que me metió.

Charlamos un rato mientras el autobús tardaba en llegar hasta mi casa. Al parecer no me equivoqué de ruta y está era la correcta.

-Este es mi destino, aquí me despido-sonrei e hice un gesto para despedirme. El correspondió y yo bajé del autobús.

Cuando llegue a casa no había nadie. O eso crei hasta que vi a Aegan tirado en mi cama. Solté la mochila y me crece de brazos frente a este.

–Sera que me puedes explicar que haces aqui

–Creo que fuiste tú la que fue a buscarme porque hacía días no iba a verla.

–¿No piensas sacarme eso en cara de por vida no?¿o si?

El sonrio dejandome ver sus hoyuelos—anda a bañarte te espero aquí

–No pienso bañarme ahora y menos contigo aquí.

Me mira por unos minutos y luego se sienta con un semblante más serio.

–¿Que pasa con Sebastián?

Lo mire confundida para luego responder.

–Es solo tú amigo, por eso lo trato...¿Porque?

–No me gusta que tan siquiera lo trates, y no es mi amigo.

–Crei que lo era, como parecen llevarse tan bien.

–Los amigos rara vez encuentras a uno que valga la pena. Muchas veces son máscaras de cristal que llevan sobre su rostro, a la mínima cae en pedazos dejando ver su verdadera cara.

Nunca pensé oír eso de Aegan, lo hacía tan...bipolar. Pero al parecer también posee madurez.

Cada vez me sorprende más, es una extraña mezcla donde utilizamos dos cucharaditas de picardía, toneladas de belleza, una pizca de inteligencia, y algo de madurez.

–Entiendo—me limité a responder mirando un punto fijo en el suelo.

–Tambien debo hablar contigo sobre otro tema—se vuelve serio y eso me asusta—Cassandra creo que me enamore de ti.

Y así, así lo soltó sin más.

Mi corazón quería salirse del pecho y sinceramente me sentía bien con esa confesión.

–¿Estas seguro de eso Aegan?

–Cassandra he sentido atracción hacia diversas chicas en diferentes ocasiones. Pero esto no es atracción, no es una simple atracción. O...bueno si lo es, pero no es atracción física, es atracción sentimental. Me enamore de tu alma y eso es jodidamente irreparable.

Joder.

Me perdieron banda.

Si, yo también estaba enamorada y solo necesitaba eso para serciorarme.

Todos aquellos pensamientos en Aegan, mi estremecimiento al escuchar su nos tienen una explicación y es que estoy perdidamente enamorada de un chico  al que no conozco. Al que a duras penas se su nombre y a simple vista se nota que esconde varios secretos.

El se quedó observándome para ver mi reacción y por eso no pude aguantarme más.

–Aegan también me gustas. Todos esos pensamientos, tu a todas horas en mi cabeza y el deseo de verte ahora tienen una explicación. Y es esa, también me gustas...

Sus ojos se abrieron pues notoriamente lo tome por sorpresa. El salió de la posición cómoda que tenía acostado en mi cama y se sentó tomando mi mano y acercándome a el. Me sentí como en esas series que veía con Annie donde el chico posesivo toma a su chica y...¡Volviendo al tema!

Me acerco a el en un movimiento rápido y yo cedi con pasos cortos. El se levantó quedando a roce con mi cuerpo y nuestros labios rozándose cortando la distancia con un beso.

Yo llevé mis manos hasta su cuello y el las suyas hasta mi cintura. En un movimiento veloz me recostó a la cama colocando su rodilla en esta y apoyándose mientras se inclina hacia alante llegando hasta mi boca e iniciando un beso que fue el inicio del caos más hermoso del universo...

Luna De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora