¿Quieres un consejo?
Sigue viva...- Haymitch
Cuando mis ojos se volvieron a abrir no vieron un ambiente agradable. Solo divisaron personas en uniformes impecables que corrían con jeringas en la mano de un lugar a otro. Me encontraba sobre una camilla, varios cables conectados a mi cuerpo y una pequeña computadora que sonaba un "tick...tick" cada cierto tiempo. Cuando se percataron de que había abierto los ojos una enfermera se acercó a mí...
-¿Como se siente?¿Puede hablar?
Mis labios querían responder pero a la vez preguntar dónde estaba, donde estaba mi mejor amiga, que había pasado. Pero el cansancio que emanaba mi cuerpo me lo impedía.
Por un instinto reflejo cerré los ojos. La enfermera solo se alejó dejándome descansar. Mire a los lados buscando mi bolso pero sin resultados. Ahí tenia todo. No quedaba mucho dinero porque habíamos gastado mucho en el centro pero si mi identificación.
Dormí por varias horas...infinitas horas que parecían no pasar. El reloj que colgaba en la pared no parecía mover sus manecillas. Los días pasaban y nadie venía por mi ¿Donde estaba mi madre o mi padre...o Jack?
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Cuando desperté me encontraba en la misma sala de hospital pero está vez frente a mi me observaba atentamente mi madre quien al ver abrirse mis ojos le gritó desesperadamente algo a la enfermera
Por la puerta principal apareció una doctora con una bata blanca limpia e impecable. Charlaba con mi madre tranquilamente mientras dio órdenes a una enfermera de que inyectara algo en el suero.
Me arme de valor para hacer un pregunta a la que temía su respuesta...
-¿Como esta Annie?
Ambas me miraron sorprendidas. Se miraron entre ellas con cierto temor y mi madre se decidió a responder.
-Hija... desgraciadamente Annie no sobrevivió. Lo siento mucho, ya le avisamos a su familia. No te preocupes, solo trata de dormir un poco.
Mierda...
No podía creer aquello...
Había tenido un accidente que había provocado que me encontrará tendida en una cama de un hospital y como si no fuera suficiente había perdido a mi mejor amiga.
Ya la vida no tenía sentido para mi. Prácticamente me había criado con aquella muchacha alegre, que veía todo de forma positiva, que había estado para mi en todo momento, que me escuchaba embobada desahogarme sin importarle el tiempo que perdía conmigo.
¿Que haría sin esa chica que era la luz de la esperanza ante el oscuro abismo de mi vida? Quizás me llamarán exagerada pero jamás se iría esa culpa de provocar el accidente donde murió mi mejor amiga.
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Habían transcurrido ocho días ya desde la muerte de mi mejor amiga. Todo era distinto. Ya las cosas no tenían el mismo sentido para mi desde que no estaba conmigo.
Jack me trataba de consentir en todo. Mi familia trataba de animarme pero todo esfuerzo era en vano. Necesitaba de vuelta esa pieza que habían arrancado de mi vida.
-Amor...-Jack entro en mi habitación donde mi mirada triste descansaba bajo una manta que me había obsequiado Annie en uno de mis cumpleaños.
-mmm..?
-Tu madre ha preparado tu comida favorita...ya está todo listo ¡vamos!
-No tengo deseos de comer. De verdad se los agradezco pero no tengo apetito.
Jack me observó y tras un resoplido de angustia abandono la habitación. Sentí murmullos fuera de la habitación que se amortiguaron cuando se encontraban a suficiente distancia.
Por un momento todo fue un incómodo silencio pero unos minutos después sentí como el pasador de la ventana se movía de lugar. Se abrió de par en par y por esta se coló como ráfaga de viento una figura masculina. Su silueta perfectamente moldeada se encontraba frente a mi cama. El enorme decaimiento de mi cuerpo me impedía buscar un punto en su rostro. No había comido en días y las energías que me quedaban a duras penas alcanzaban para mantenerme despierta.
Cuando pude fijar mi mirada en un punto no precisó en su rostro me percate de quien se trataba. La esbelta figura de Aegan me observaba preocupado.
-¿Como sigues?-su voz sonaba preocupado a pesar de haberme tratado de aquella manera la última vez que hablamos.
No respondí, permanecí tendida en aquella cama sin poder tan siquiera quejarme del dolor tan grande que sentía mi alma en estos momentos.
-Es necesario que te alimentes Cassandra...si sigues así puedes...-su voz sonaba entrecortada y no pudo terminar la frase.
-¿Morir?-no sé cómo pero reuní todas mis fuerzas para soltar esa palabra que sonó como un puñal para mi.
-Pues...quería decirte que siento mucho lo de tu amiga.-su cuerpo rodeo la cama llegando hasta la cabecera de esta por el lado en el que me encontraba en forma de oruguita...una oruguita pequeñita que necesita protegerse del frío(en este caso de los golpes de la vida)
Su manos acariciaron mis mejillas que se encontraban ardiendo. Luego de contacto con ella retiro rápidamente su mano asustado.
-¡Rayos!¡Estás hirviendo!
Tomo del cajón que estaba cerca de la cama una píldora y me la entrego acompañada de agua. Me la tomé sin objeciones. Había gastado mis fuerzas en aquella pregunta y no me encontraba dispuesta a continuar con la fiebre. De cierto modo, aunque quisiera morir, no debía ser de una forma tan dolorosa como dejando de comer. Podía simplemente lanzarme desde un edificio y con eso sería suficiente.
Apenas se sintieron de nuevo unas voces se marchó por donde había entrado dejando la ventana como estaba antes de su llegada.
Así transcurrieron varios días en que entre mi familia y Aegan luchaban por mejorar mi salud. No le había contado a mi familia nada de Aegan, nisiquiera a Jack. A él menos que a nadie, sería el primero en correr y contarle todo a mamá.
Pasadas varias semanas fui mejorando. Ya no tenía fiebre y comía gradualmente. Ya podía levantarme y caminar sin problemas por la casa. Por suerte me había quedado todo ese tiempo en casa de mis padres y al parecer seguiría ahí por un buen tiempo, cosa que a Jack no le molestaba por suerte para mi.
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Ante mis ojos la enorme entrada de la cueva que había visto por última vez en compañía de Annie.
Hacia días ya que no iba Aegan a verme. Había notado eso muy raro por lo que después de ocho días sin saber nada de él, decidí salir en su búsqueda.
Ante mis ojos se levantaba la extraña excavación subterránea donde deposite mi confianza en el, de la que más tarde me había arrepentido. No sabia si entrar o esconderme para esperar verlo merodear el terreno.
¿Y si entraba y en su lugar encontraba a Elif?
¿Y si se encontraba cometiendo un asesinato? Después de todo no sabía nada de él y había hablado de un secreto...
¿Que debía hacer?¿Entrar?¿Esperar?....
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Luna De Sangre
Teen Fiction¿les ha pasado que espían a un chico con la intencion de descubrir sus defectos y terminas siendo uno de ellos? me gusta jugar con la mente de los lectores y que cuando piensen que todo estara bien....pum! Dejar caer la bomba, así que agarrense los...