Capítulo VI

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Tu Error.
Yan_skyblue.

Capítulo VI

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Capítulo VI.

"El amor a veces llega sin buscarlo, te golpea de frente en un instante y es increíble pensar cómo un segundo antes tu vida era totalmente diferente, cómo de repente las cosas cambian y te encuentras en medio de una lucha constante entre entregarte a ese sentimiento o huir. El amor es increíble, el amor es maravilloso, el amor es todo en tan poco, el amor se te clava al pecho como un cuchillo el cual te hiere en lo más profundo si aquel sentimiento tan repentino llega a resultar en el desengaño por el que muchos amantes pasan, aquel llamado imposible

—Es un gusto conocerla, my lady.
—Es un gusto igual su excelencia…"

—Al fin, quizás ya puedan dejar de solo suspirar— soltó una risita.

Adam cerró el libro, suspiró algo cansado. La historia pintaba hermosa ahora que finalmente los protagonistas se conocerán y podrían enamorarse, pero para él era más importante saber sobre el amorío de la sirvienta con uno de los señoritos de la familia, simplemente esas relaciones clandestinas llenas de pasión de los secundarios casi siempre le atrapaban mucho más que los mismos protagonistas y su historia perfecta.

Adam había leído a sus diecinueve años tantos libros románticos como flores tenía el jardín de su madre en el maravilloso Bristol; era un jardín de varias hectáreas lleno de senderos para perderse en ellos y tener una historia de amor propia. Para alguien tan conocedor del romance literario las parejas monótonas ya no satisfacían su paladar tan fino acostumbrado a todo tipo de amor, ahora se inclinaba más por lo emocionante y dramático para sentirse vivo en la lectura.

Su gusto culposo eran esas parejas pasionales desde el primer capítulo, ardía con ellas por leer esas letras maravillosas de una pareja incendiándose en sus actos carnales, esas sin duda le hacían acelerar su corazón; también amaba probar un poco de parejas que comenzaban desde la infancia y por supuesto el clásico en que no pueden amarse porque el amor es unilateral, esas le gustaban por el sin sabor de recorrer junto al protagonista o la protagonista su dolor de amar a quien no corresponde; entre tantas historias odiaba particularmente las parejas que se peleaban, no le encontraba el punto lógico a pelear para demostrar algún sentimiento aparte de la animadversión, es decir, ¿qué de divertido tenía insultar a la persona que supuestamente se ama?

Siempre llegaba a un callejón sin salida con respecto a estas parejas de enemigos que se juran odio y se enamoran, si el autor no sabía llevar a la pareja de manera correcta su amor parecería más bien un sinsentido pavoroso para nada creíble, así lo afirmaba y así lo sostuvo hasta que le tocó vivir su propio amor-odio.

El marqués se sirvió una nueva taza de té para seguir con su lectura, ¡al diablo el horario de dormir!, debía saber si la sirvienta Camelia finalmente huiría con el señorito Marcus o explotaría de la incertidumbre. Si huían, ¿dónde irían?, quizás al mar…

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