(Segunda entrega de la saga Parejas Impropias, la n#1 se llama Tu Reputación y el n#3 es Tu Decisión)
Laura Hamilt era tan bella como desdichada por el maltrato psicológico de su madre, quien le pedía perfección. En su afán de buscar amor, Laura cay...
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En esos días soleados donde el calor intenso calentaba el paisaje veraniego, los suegros de la joven dama iban y venían de la propiedad llevando grandes cantidades de cajas, Laura sintió que el mundo no era tan cruel, su vida quizás podría ser maravillosa de ahora en más.
-Definitivamente, este color quedará perfecto para ti querida- dijo lady Felicia.
La modista traída desde Londres secundó afirmativamente, la tela que Felicia le mostrará a la señorita era perfecta para su preciosa piel, además no era pesada, podría usarse perfectamente para la boda íntima. Laura sonrió con calidez derritiendo de nuevo el corazón de su suegra quien la adoró desde el primer día y ahora era como una madre cariñosa que le cuidaba de todo cual tacita de porcelana, incluso de las bromas tontas de Adam.
-Tu embarazo es más notable ahora, es porque te has alimentado muy bien- suspiró aliviada que Laura se viera saludable ahora, cuando la vio por primera vez en casa de la duquesa se percató que estaba extremadamente delgada y ojerosa, le partió el corazón que fuera así -, el bebé y tú están muy saludables.
-Gracias a los cuidados del marqués, el ama de llaves y por supuesto suyos y de su esposo- se sonrojó, aún no se acostumbraba a tanto cariño.
-Para nada, es normal querer que la futura esposa de tu hijo sea vigorosa, aún más si lleva un pequeño caballerito o pequeña dama.
-Lastimosamente por mi embarazo quizás el vestido no se vea bien...
-¡Pamplinas! Serás la novia más hermosa del mundo, madame Collett buscará la forma de disimular un poco tu embarazo, eso no es impedimento querida- le tomó las manos entusiasta.
-Gracias- solo pudo decir eso porque estaba muy sonrojada y conmovida.
-Bueno, iré con madame a ver la capilla para escoger más diseños, te dejaré la papelería para las invitaciones. Lamento que tengas que estar tan ocupada pero es inevitable.
-De hecho estoy agradecida con su gracia por la valiosa ayuda.
-Un placer - un abrazo espontáneo como todo en la dama antes de retirarse.
Laura vio los papeles sobre la mesa, eran para las invitaciones y los sobres, tomó todo y se encaminó al pequeño despacho de Adam, el diván frente a la ventana allí era muy cómodo, le ayudaría a descansar sus pies inflamados. Entre la mansedumbre del lugar, Laura encontró más interesante ver por la ventana a Adam regalando dulces a los niños huérfanos del hospicio que simplemente concentrarse en papeles aburridos. Él era como un ángel que de alguna forma podía hacerla desear una felicidad a su lado, desear que esa sonrisa fuera solo suya y que sus ojos de gato la vieran a ella nada más por siempre. De repente el marqués volteó hacia la ventana, le miró y alzó su mano para saludarla, dijo algo a los niños para correr hacia adentro. Laura se estremeció, fingió estar ocupada escogiendo las invitaciones cuando Adam irrumpió en el sitio.
