(Segunda entrega de la saga Parejas Impropias, la n#1 se llama Tu Reputación y el n#3 es Tu Decisión)
Laura Hamilt era tan bella como desdichada por el maltrato psicológico de su madre, quien le pedía perfección. En su afán de buscar amor, Laura cay...
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Capítulo XIV.
—Tengo pensado fingir un secuestro y asesinarla, de igual forma podría quebrar su pierna por accidente — Louise hizo una seña con sus dedos al pronunciar la palabra accidente — ... Quizás pueda golpearla hasta arruinarle su horrible rostro, nadie se casaría con una desfigurada, podría simplemente encerrarla en una propiedad lejana fingiendo su huida y que muera de frío o por la falta de comida— agitó la mano despreocupadamente, hablar de las formas en que quisiera hacer sufrir a otros para ella era tan natural como respirar.
Laura tuvo que bajar la mirada conteniendo el terror y las náuseas que le provocaba su madre, suspiró tomando valor para mirarla a los ojos sin tartamudear.
—Quizás solo deba ahuyentar al duque madre, él no ama a mi hermana así que lograr se vaya podría ser relativamente fácil.
Sus manos estaban muy sudadas por los nervios, si era inteligente podría evitar una desgracia en Kate, pero para lograrlo tendría que persuadir a su madre, debía parecer indiferente, indiferente, indiferente...
—Katherina no podría atraer a un hombre jamás, menos retenerlo, lo único que madre necesita es mostrarle al duque quién es y él romperá el compromiso sin tanto drama envuelto. Es decir, la humillación pública de saberse abandonada sería un castigo mucho más jocoso para toda la sociedad— terminó de hablar con los nervios destrozados, se odiaba a sí misma por tener que hablar de esa forma sobre su hermana.
Louise lo pensó unos minutos y luego únicamente se puso de pie con una sonrisa en su rostro, salió de la habitación sin decir una palabra. Laura pudo finalmente respirar en paz. Se quedó esperando en su cuarto la respuesta a su carta en la mañana a William, una respuesta que no llegó jamás y se desesperó cuando ya casi era hora del almuerzo, no tuvo más remedio que ir a buscar a Ágatha, se la encontró en el pasillo con su abuelo quien entraba con el rostro algo conflictuado a la habitación de Kate, su mal hábito de escuchar tras las puertas se activó.
—Debo saber si hay buenas noticias al menos con este compromiso— se justificó a sí misma.
Laura escuchó clandestinamente con felicidad en su corazón las buenas nuevas sobre el compromiso, si Kate se casaba con el estirado duque entonces su madre dejaría de insistir con ese asunto y podría vivir su amor con libertad, casarse al fin, huir de esa casa donde debía fingir cada gesto y palabra; su único pesar sería dejar atrás a Robert y a su abuelo porque sabía debía establecerse antes de siquiera intentar llevarlos consigo, aunque ya casada, Katherina podría ayudarlos mejor que ella misma. Se fue directo a las escaleras decidiendo mejor no buscar aún a su institutriz, le diría a su madre que iba a casa de su amiga Margaret Byrne para tratar de encontrarse con William, sabía frecuentaba una calle cerca de los barrios de mala muerte en la ciudad, pero deseaba tanto verlo que bien valdría el riesgo, además era de día.
