(Segunda entrega de la saga Parejas Impropias, la n#1 se llama Tu Reputación y el n#3 es Tu Decisión)
Laura Hamilt era tan bella como desdichada por el maltrato psicológico de su madre, quien le pedía perfección. En su afán de buscar amor, Laura cay...
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Capítulo XII.
Envuelta en las casi penumbras del pasillo frente a la puerta de caoba tallada en intrincados detalles renacentistas que su abuelo adoraba, pegó su oído a la madera de un olor a barnizado de aceite, necesitaba escuchar lo que fuera que sucedía allí adentro.
—¿Se ha aprovechado de mi nieta, Duque Wellington?
La voz de su abuelo resonó, era obvio estaba furioso y escuchar esa sola frase hizo que las piernas de Laura temblaran.
—¡Por mi honor que no, esto es un incidente desafortunado, un malentendido!
Ella recordaba un poco la voz de Henry Wesley, era muy profunda y ronca casi como chaparrón de agua. ¡Dios que no fuera lo que se estaba imaginando!
—Un malentendido... ¡Un malentendido que estuviera sobre mi nieta cuando ella está inconsciente y lastimada!, esto es un ultraje, una aberración, una…
Laura jedeó, instintivamente se tapó la boca para no ser descubierta.
—Barón, compostura por favor— habló Louise.
Al parecer su abuelo estaba tan molesto que sus achaques afloraron. Se hizo un silencio, luego una silla chirrió y después más voces.
—Deseo me diga que se hará cargo de semejante atropello, Duque.
—No creo que sea necesario llegar a tanto, ¿y si decimos que fue Laura la del incidente?, Katherina no es conocida, ni siquiera ha sido presentada— interrumpe el inconfundible tono casi chillón de su madre.
—¡Cállate Louise! — reprende el Barón con severidad, tanto que hasta Laura se estremeció —Espero una respuesta de su parte duque, una adecuada a esta penosa situación.
—Únicamente ustedes conocen el incidente, además, con todo respeto Barón Dacre ni su edad ni su posición me pueden obligar a responder por algo que no he hecho.
Todo el cuerpo de Laura pareció temblar, estaba como en un trance al escuchar esas palabras tan desagradables, ¡Dios santo! Si el Duque se negaba a casarse con Kate ella tendría que ser expulsada hacia algún lugar remoto para tapar tal hecho o recluirse en un convento, sin embargo, su madre jamás la dejaría irse en paz a ningún lugar. Sabía que su madre cumpliría sus amenazas de eliminar a Katherina si trataba de alejarse para intentar ser feliz, ella era capaz de hacerle daño. Sus manos no paraban de temblar por el temor ante tal escenario. No, no podía permitir que le hiciera eso a Kate, aunque el Duque haya dicho esas palabras repugnantes y cobardes ahora, estaba segura él únicamente necesitaba un empujoncito.
—Comprendo Duque, entonces...
No pudo seguir escuchando, tomó la falda de su pomposo vestido echando carrera al salón. Henry Wesley se casaría con su hermana y la protegería de la ira de su madre, él se enamoraría de Kate porque ella era un ángel y todos aman a los ángeles. Necesitaba aferrarse a esa esperanza por superflua que fuera.
