One Shots - Joseph Quinn/Eddie Munson.

When I was your man - Eddie Munson.

Este capituló está basado en "When I was your man" de Bruno Mars, así que ni la letra ni la canción me pertenecen.

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—Hija, ¿a donde vas? —preguntó mi madre.

—Voy a donde Eddie. —respondí.

—¿Te quedaras a dormir allá? —preguntó.

—No lo sé. —hice una mueca— luego te hablo.

—Está bien. —sonrió— cuídate.

—Si. —le di una sonrisa y agarre mi camino hacia el trailer de Eddie.

Al llegar toque la puerta esperando que Eddie saliera mientras sostenía mi suéter. Abrió la puerta y se quedó sorprendido viéndome.

—Jane, ¿que haces aquí? —preguntó un poco nervioso.

—Quería visitarte. —sonreí— ¿puedo pasar?

—Si... ¡No! —gritó.

—¿Si o no? —pregunte.

—Es que... hay desorden. —se giró dejándome ver su cuello el cual tenía labial.

—¿Que tienes aquí? —pregunte tocando su cuello— ¿Labial? Eddie ¿con quien estas? —pregunte mirándolo.

—Con nadie.

—Entonces dame una justificación para que haya labial en tu cuello. —me cruce de brazos y él no dijo nada— ¿me estás engañando Eddie? —pregunte.

—No, no, claro que no.

—¿No? —pregunte— bien, entonces déjame entrar.

—No te dejare entrar, te dije qué hay desorden.

—Entonces seguiré pensando que me estás engañando. —una lagrima cayó por mi mejilla.

—No te estoy engañando...

Entre al trailer haciéndolo a un lado donde había ropa de una mujer tirada.

—¿Es en serio? —pregunte volteándolo a mirar mientras empezaba a ver borroso por las lagrimas que se habían acumulado en mis ojos.

—No es lo que piensas. —empezó a tartamudear— yo no te estoy engañando.

—Eddie... tienes el descaro de decirme que no me estás engañando cuando tengo las pruebas frente a mis ojos. —cerré mis ojos— lo que sea que sea esto, se termino. —iba a salir y lo voltee a ver.

—Por favor no, no, yo no...

—Olvídate de mi, Edward Munson, no me busques, tampoco me llames, haz como si ya no existiera en tu vida, y haz lo que se te la gana, que ya no te dire nada. —salí del trailer para ir hacia mi casa.

El camino fue difícil, mis ojos no podían dejar de generar lágrimas. Llegue a mi casa y mi mamá me vio entrar.

—¿Ya llegaste? fuiste muy rápido. —sonrió y yo fui corriendo a abrazarla— cariño, ¿que pasó?