One Shots - Joseph Quinn/Eddie Munson.

Terminamos - Joseph Quinn

Estaba acostada con Joe, frente al lago donde habían algunos patos pasando. Sonreí al mirarlo, estaba tan concentrado en el cielo, tenía una sonrisa en su rostro, sus pestañas eran largas, sus labios finos y su linda nariz. No hubiera podido evitar enamorarme de este hombre, me enamore de él desde el primer momento que lo vi entrar al set de grabaciones.

Los besos en las grabaciones, ya que nuestros personajes lo requerían, las miradas con lo guiños que aveces me lanzaba, era imposible no poder enamorarme de este hombre. Ahora es mío, completamente mío, y me lo dio a demostrar la primera noche que tuvimos relaciones, sus besos y sus caricias lo decían todo.

El celular empezó a sonar y eso interrumpió mi mirada hacia a Joe, él me volteo a ver confundido esperando que le diga quien es el que estaba llamando.

—Es Gaten. —dije contestando— hola, Gaten, ¿pasó algo?

—Eh si, mañana haremos horas extras, solamente para que tú y Joe estén preparados.

—Am, claro, está bien. —colgué.

—¿Es importante? —preguntó él, quien ya estaba sentado.

—No, simplemente mañana haremos horas extras. —sonreí y lo abracé.

Él acariciaba mi brazo y dejaba pequeños besos en mi frente, mientras yo estaba recostada en su pecho con una sonrisa y los ojos cerrados.

—Quiero que hagamos una promesa. —dijo y yo asentí abriendo mis ojos— quiero que nos prometamos que no habrá nadie más, y que viajaremos por todo europa. —dijo y yo asentí.

—Te lo prometo. —dije.

—Te lo prometo. —se acercó a mi para dejar un beso en mis labios— te lo prometo. —dijo en el beso.

Meses después.

—¡Agh! no encuentro mi suéter. —dije moviendo todas las cosas del camerino.

—¿No lo tienes en el camerino de Joe? —preguntó.

—Dios, no lo sé. —tape mi cara frustrada.

—Debe estar ahí. —dijo Maya.

—Si, iré a buscar, ya regreso. —dije y salí del camerino.

Iba caminando hacia el camerino de Joe cuando me encontré con Charlie.

—¡Char! —grite y él me volteo a ver.

—¿Pasa algo, cariño? —preguntó acercándose.

—¿Sabes donde se encuentra Joe? —pregunté.

—Si, está en su camerino, ahí lo vi entrar hace un rato. —dijo tomando un jugo de caja.

—Gracias, Char. —sonreí y me dirigí hacia el camerino.

Al subir una grada escuché unos jadeos.

—Mierda. —escuché la voz de Joe.

—Dios mío, Joe, me encantas. —escuché la voz de Tiffany en un gemido.

Medio toque la manilla de la puerta pero estaba con llave. Me quite un arete y lo puse en la entrada, para lograr quitar llave. Si esto puede sonar muy raro, pero tenía curiosidad, no pensaba en nada malo, no quería pensar eso de Joe.

Al abrir vi los labios de ella en el cuello de Joe, quien tenía su miembro dentro de ella. Al verlos el arete cayo de mi mano.

—¿Es en serio Joe? —pregunté tapando mi boca mientras lágrimas brotaban de mis ojos.

—Espera, no. —dijo él saliendo de ella y poniendo su ropa, mientras Tiffany se tapaba.

—Eres un imbecil, Joseph Quinn. —me fui de ahí hacia mi camerino para recoger mis cosas y largarme.