Capítulo 6

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EL CAMINO se hizo corto gracias a la conversación del castor

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EL CAMINO se hizo corto gracias a la conversación del castor. Joanne no participó mucho en ella, ya que, estaba pendiente de todo a su alrededor.

— Vengan. No nos conviene estar aquí cuando anochezca. — advirtió el castor.

Joanne se abrazó así misma por el frío que hacía en Narnia, cada que expulsaba aire de su boca lograba ver una pequeña niebla salir de ella, confirmando la baja temperatura.

Los pies le dolían de tanto caminar, tenía hambre y sueño; el sol estaba a punto de esconderse, pero eso no dejó que la castaña pudiera disfrutar del camino.

El castor los guió por un camino entre las rocas y al salir de ahí, el animal celebró.

— Mi media naranja puso el agua a hervir. — Expresó animado el castor. — Nos vendría bien algo caliente.

Debajo de la montaña se podía observar una pequeña presa, el humo salía de la chimenea y la luz estaba encendida.

— ¡Es encantadora! — Comentó Lucy al ver la casa del castor.

— Aún no es la gran cosa. — Dijo con modestia el castor. — Todavía no está lista. Pero cuando acabe, quedará preciosa.

Lucy y Joanne soltaron una risita ante el comentario del castor.

— ¡Castor! ¿Eres tú? — Gritaron desde dentro de la casa.

De la puerta, salió una pequeña figura idéntica al castor. Parecía ser su esposa, ya que caminaba y parloteaba igual que él.

— Estaba muy preocupada. — Exclamó el animal con angustia. — Si me entero de que volviste a salir con tu amigo el tejón... — Sus pequeños ojos se abrieron al notar la presencia de los niños. — Oh, pero si no son tejones. — Una enorme sonrisa se mostró en el rostro de la señora castor. — ¡Jamás llegué a imaginar que viviría este día! Oh, pero, mira que pelos. — Dijo esto último dirigiéndose a su esposo, mientras se peinaba con las manos. — ¿No podrías haberme dado diez minutos?

— No habrías estado lista ni, aunque tuvieras un mes. — Bromeó el castor haciendo reír a los niños.

La Señora Castor negó con la cabeza mientras observaba a los Pevensie y a Joanne.

— Pasen. Vamos a darles algo de comer y un poco de compañía civilizada. — propuso la Señora Castor, que fue seguida por Lucy y Susan.

— Despacio, pisen con cuidado. — Dijo el señor Castor.

Joanne siguió a Lucy dentro de la casa, después de ella entró Peter.

Una pequeña habitación le dio la bienvenida a Joanne, la chimenea estaba encendida lo que logró que la sensación de confort apareciera en Joanne.

Los niños empezaron a quitarse los abrigos y Joanne hizo lo mismo. Después de ello, las chicas ayudaron a la señora castor a preparar el té.

Todos, excepto Edmund, que se encontraban sentados en la mesa, al centro de ella había velas y pequeños vasos de té.

𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 - 𝔏𝔞𝔰 𝔠𝔯𝔬𝔫𝔦𝔠𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔑𝔞𝔯𝔫𝔦𝔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora