Epílogo

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Un año en el mundo y tres años narnianos después

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Un año en el mundo y tres años narnianos después.

— ¿Y NUNCA MÁS HAN REGRESADO? — preguntó la pequeña Luz a su madre.

Joanne acarició la mejilla de su pequeña con cariño mientras que con la otra mano acomodaba su despeinado cabello.

— Ellos volverán cuando Narnia los necesite. Mientras tanto, como el gran Aslan nos dijo... Deben aprender a vivir en su mundo antes de regresar otra vez. — Explicó Joanne a la pequeña de ojos negros.

Cada que La Protectora observaba los ojos de su pequeña hija, veía la misma mirada de aquel rey testarudo del que se enamoró. Y eso a Joanne no le molestaba en lo absoluto.

— ¿Y por qué no usas tu brújula para ir por ellos? — insistió el pequeño de ojos miel a su madre.

El pequeño Ben, que tenía los mismos brillantes ojos que su madre pero el quebradizo cabello de su padre, se acercó para tomar la brújula. Joanne la retiró de su cuello y se la dio a su pequeño hijo.

Luz también se acercó a su madre y su hermano para observar la brújula.

— Nunca olviden que el poder de esta brújula sirve para proteger y cuidar a Narnia. Su magia no atraviesa el otro mundo para encontrarlos. — Les dijo Joanne.

— Pero Narnia está a salvo, papá y tú se han dedicado a cuidarlo y protegerlo. — Dijo con ternura Luz. — ¿O es que aún existe el mal?

Joanne pensó un poco su respuesta, ya que, no lo sabía del todo. Estaba consciente de que el mal podría regresar en cualquier momento, pero no tenía muchas ganas de pensar en ello.

— El mal no podrá acercarse a nosotros mientras exista la protección que la gran Reina Artemis nos otorga. — La grave voz se escuchó detrás de la mujer y sus hijos.

Los pequeños salieron corriendo de los brazos de Joanne hacia donde se encontraba su padre, Caspian. La Protectora no pudo evitar sonreír con ternura al observar la escena que su familia le regalaba.

— ¡Papá! ¡Papá! — Gritaba la pequeña Luz. — ¿Algún día veremos a los otros reyes de antaño?

Caspian se agachó para estar a la altura de sus pequeños y con cada brazo los tomó por la cintura para observarlos con detalle.

— Sí. Yo creo que es posible que puedan llegar a conocerlos. — Les dijo Caspian. El rostro de los niños se llenó de ilusión.

El pequeño Ben se separó de su padre para empezar a jugar con su brazo imitando traer una espada.

— Yo quiero ser el mejor espadachín, igual que Peter. — Joanne soltó una risita al ver la cara de indignación de Caspian.

La Protectora aún recordaba las peleas de su esposo con el rubio. Caspian le dedicó una mirada a Joanne y sonrieron juntos.

𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 - 𝔏𝔞𝔰 𝔠𝔯𝔬𝔫𝔦𝔠𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔑𝔞𝔯𝔫𝔦𝔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora