|27|Rompiedo la burbuja
Entre Camilo, Russell y Miguel compartieron miradas preocupadas y extrañadas al ver a Luca escondido en una posición fetal en uno de los pequeños huevos detrás de la barra. Sólo tuvo que ver a Alberto desde la lejanía, acercándose a la cafetería para su turno para huir como un cobarde a esconderse. Cubriendo su rostro entre sus piernas mientras se maldecía a si mismo.
La campana de la puerta principal sonó en toda la solitaria cafetería, Alberto lucia cansado y estresado, sobó su cuello mientras dejaba su paraguas a un lado de la puerta. No obstante rápidamente volteó su mirada con desconcierto –y cierta incomodidad– al ver a los tres humanos con poses "normales" apoyados en la barra con sonrisas claramente nerviosas. No tardo en comprender lo que sucedía, apunto a la barra y entre labios musitó –lo suficientemente en bajo para que el menor no lo escuchara–:
–¿Esta ahí?
Los tres asintieron con pesar, Miguel apuntó a la misma barra, indicándole que se encontraba abajo al mismo tiempo que Camilo hizo una mueca triste para hacerle entender que estaba realmente mal. Alberto no tuvo de otra que suspirar e irse hacia los vestidores. Sabía que Luca no quería verlo ni en pintura, tampoco estaba dispuesto a molestarlo, ya había pasado por mucho tras lo ocurrido en el recital. Lo mejor era darle su espacio.
Al momento en que Alberto abrió la puerta de los vestidores, su hermana mayor estaba a punto de abrirla también. La sorpresa duro un instante, siendo remplazada por un semblante decaído. Él entro y ella salió, sin dirigirse ni una palabra.
Mientras se acercaba a ellos Giulia intentó sonreír –aunque fallaba rotundamente– al ver como Russell ayudaba a Luca a salir de su escondite. Las ojeras de la bestia estaban cada vez peor. Pareciera que él terminaría desmayándose en medio del trabajo.
–¿Aun se siente culpable? –preguntó seriamente Ercole, acercándose a ella una vez que terminó de limpiar las mesas.
Ella suspiró con tristeza y asintió.
–Aún cree que por su culpa, los descalificaran.
–El pobre se veía y se ve aun perdido en sus pensamientos –recalcó él mirando al menor tomar asiento en uno de los bancos mientras que los tres humanos intentaban animarlo un poco con sus ocurrencias (como si se tratara de un niño pequeño)–. Es como si no pudiera concentrarse en algo en específico; por eso falló aquellas notas –comentó mirando de reojo a su socia.
Mordiéndose el labio inferior, era claro que estaba inquieta ante la situación. Ambos encaminaron hacia los vestidores e ir directamente a la pequeña oficina que compartían. Alberto ya había salido con su uniforme de mesero para ir directamente a limpiar las mesas exteriores, aunque con el cielo nublado –al punto que no tardaría en llover–, dudaban que alguien quisiera sentarse allí, aun así las limpiaría, como parte de su deber a la vez intentando no sofocar el espacio de Luca.
–¿Crees que sea grave? –preguntó preocupada Giulietta cerrando la puerta de la oficina– Es nuestro niño, no podemos dejarlo solo.
–Tienes en cuenta que realmente no es un niño, ni un adulto –exclamó fastidiado mientras se dejaba caer en el único asiento del escritorio, dándose cuenta que la pelirroja ya no tenía un lugar, normalmente ella se sentaba sobre sus piernas, pero ahora, prefirió recargarse en la pared al lado de la puerta. Visconti desvió la mirada, las cosas seguían tensas entre ellos dos–. Luca prácticamente es un adolecente para la edad de su raza –dijo cansado al mismo tiempo que se pellizcaba la fuente de su nariz–, al igual que Alberto, no podemos obligarlos actuar como adultos ni ayudarlos como niños pequeños, cuando técnicamente están siendo un par de adolecentes normales. Recuerda que las bestias tienen una vida más longeva que nosotros, cuando nosotros cumplamos cincuenta, ellos apenas parecerán como un par de adultos de treinta.
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11:11 || LUBERTO
FanfictionAmbos no estaban preparados para encontrarse, no querían llegar a ese punto de sus vidas de encontrar a su alma gemela. Para muchos era felicidad y paz, pero ellos no estaban preparados. Sus caminos estaban escritos y solo lo supieron con una mirad...