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La guerra nunca había sido fácil, eso es algo que cualquiera podía notar, el tener un búnker en el patio trasero solo era el triste recordatorio de que en cualquier momento un vecindario completo pudiera desaparecer, que las escuelas debían suspender sus labores y en lugar de eso a los mismos niños se les instruya en el arte de la guerra, a utilizar un arma, intectándoles ese falso sentido de patriotismo en donde si eras lanzado como una bomba humana era morir con dignidad, donde perder un miembro del cuerpo era ser un héroe, donde morir en batalla era ser un ejemplo a seguir, en donde perderlo todo era la manera de ganarte la vida.

Loki lo sabía mejor que nadie, ver entrar y salir decenas de soldados, familias destrozadas, viudas desconsoladas sin saber qué hacer tras perder a su alfa quien proveía de todo el sustento para vivir, niños heridos, algunos sin la posibilidad de sobrevivir, su trabajo estaba lleno de dolor, tristeza y sufrimiento, a veces odiaba el haber aceptado el empleo de último momento, pero no podía hacer más, su pareja había ido al frente de batalla y había sido herido permanentemente, sin una pierna, Fandral era un héroe pero ahora un alfa inservible para cualquier trabajo, y claro que todos los fondos que se le daban por servir al ejército estaban siendo invertidos en alcohol, tabaco y terapia, estaba condenado a un par de muletas, a una prótesis y al trauma de ser un alfa poco funcional de por vida, por eso Loki debía trabajar, por el bien de ambos y salir de ese oscuro pasaje que les atormentaba ya desde el año pasado.

- No puedo creer que esos coreanos sigan queriendo pelea, no les quedan tropas ni dinero y quieren arriesgar hasta el último hombre.

- Así son todas las guerras Fandral.

- ¿Y qué vas a saber tu de la guerra? Que atiendas soldados no quiere decir que lo has visto todo, es un enorme infierno allá.

- Lo sé.

- ¿Qué te tiene de mal humor hoy?

- He tenido mucho trabajo y el doctor me dijo que no has querido caminar con la prótesis durante la terapia.

- No lo necesito, igual no volverán a llamarme al frente de batalla, y tú deberías enfocarte en tus labores ¿Dónde está mi cena?

- Toma, espero que puedas hacer un esfuerzo la próxima vez por levantarte de esa silla de ruedas.

- Lo siento Loki, no me gusta gritarte, es solo que, muchos alfas del vecindario me cuestionan por qué dejo que sigas en ese trabajo, cuando como un omega con pareja deberías quedarte definitivamente en casa a pensar en cuidar de tu familia.

- Ya lo hablamos Fandral, necesitamos el dinero mientras tú estás en recuperación, debo seguir trabajando.

- ¿Para qué? ¿Para que consigas a otro alfa que tenga ambas piernas? Oh sí, abandonas a tu pareja quien te apoyó por tanto tiempo, que te deja hacer lo que se te antoje porque es un maldito discapacitado ¿Vas a dejarme entonces por un puto doctor de cuarta? Ellos no se arriesgan a perder todo por dar lo mejor a su país y por consecuencia a su omega, anda, lárgate.

- No... Fandral... No es eso, sabes que jamás te dejaría.

- Para eso debiste dejar que te embarazara desde el inicio, ahora no tendríamos que estar preocupándonos por si vas con cualquier alfa que te ofrezca esa estúpida fantasía con la que vives.

Loki se quedó en silencio, sabía que su pareja estaba un poco alterado por el alcohol y por el trauma de haber pedido la pierna derecha, de todo eso hace un año ya, la guerra continuaba y aunque parecía que el conflicto terminaría pronto, no sabía cuánto tiempo podía ser "pronto". La alarma sonó y rápidamente apagó todas las luces y empujó la silla de ruedas hasta el pequeño cuarto que tenían para esa clase de situaciones, en medio de regaños y maldiciones por parte del alfa encerró a ambos esperando que lo peor pasara pronto.

- Oye, maldito omega ¿Quién te crees que eres para sacarme de mi casa?

Loki no vio venir un golpe por parte del rubio, aquella era su rutina, pelear, disculparse y seguir manteniendo esa fachada de buen omega con ese hombre que más de una vez le había golpeado ya, siempre con la excusa propia de que era a causa de sus problemas debido a los traumas de la guerra. Lo llevó de vuelta a casa y ayudó a que se recostara en el sofá a ver televisión, hace tiempo que ya no solían dormir juntos, y es que no es que Loki no quisiera, Fandral se había encargado de decirle que un omega que no era capaz de darle lo que quería no valía la pena.

Con ello y después de limpiar se dispuso a dormir al menos hasta que las maldiciones de su alfa lo despertarán debido al sonido del teléfono que demandaba ser contestado y que Loki debiera regresar al hospital a trabajar.

Por otro lado, Thor, un alfa rubio quien había sido enviado junto a un grupo de soldados se encontraba tratando de evitar las detonaciones de granadas lanzadas por el enemigo, muchos hombres de familia habían sido reclutados de improviso para servir a las filas aliadas, de había despedido de su esposa prometiendo que escribiría y regresaría tan pronto pudiera, y es que en verdad él no era soldado, era un trabajador dentro de una fábrica maquiladora de zapatos y de un día para otro esa fábrica estaba cerrada para poner a todos sus empleados en las listas de los grupos armados aliados de Corea del Sur en una de muchas guerras sin pies ni cabeza, sorteando balas y teniendo que matar al enemigo antes de que éste acabara con él.

Todos las las semanas aún fuera enmedio del tempestuoso escenario que se presentaba hacía espacio para dedicar pensamientos y palabras a su bella esposa a quien había dejado en el pórtico de su casa con lágrimas en los ojos, jurando que se volverían a ver, le decía cuánto la amaba y lo ansioso que estaba por volver a casa, su casa y poder tener esa vida tranquila que habían planeado tener, aunque la calma con los días se esfumaba, pasando ya un mes sin la respuesta de la fémina, se tragaba la tristeza de ver a sus compañeros con sus cartas escritas por sus parejas y volvía a intentarlo con la misma devoción que tenía desde el inicio que se embarcó en tan incierta cruzada.

Fue una tarde, que Hela, hermana de Thor encontró en la casa la triste y funesta carta donde justamente Jane se había cansado de esperarlo, una carta no enviada donde se mostraban los papeles de divorcio firmados por ella y el anillo que su hermano le había dado con tanto cariño el día de su ceremonia, esa misma tarde dónde vió a su compañero Loki llegar por demás desanimado a su puesto, mostrando una marca morada en su muñeca a causa de un forcejeo, y es que no debía ser una genio para saber que había peleado nuevamente con ese detestable hombre por presentarse a trabajar y del inútil esfuerzo del azabache por ocultarlo bajo el suéter del uniforme.

- ¿Mala mañana eh?

- Y que lo digas.

- ¿Sigue bebiendo como un loco?

- Más de lo normal últimamente, no quiere tomar terapias pero detesta la silla de ruedas.

- Loki... Sé que eres mi compañero y de verdad te considero un amigo, de verdad necesito tu ayuda, prometo pagarte...

- ¿Qué necesitas que haga? No puedo cubrirte esta noche, Fandral se pone como loco cuando hago horas extras o debo quedarme de guardia en las noches...

- Solo quiero que escribas una carta, por favor ¿Recuerdas a Thor?

- ¿Tu hermano de la guerra? Si, todos los días esperas que no esté en una de esas camillas... ¿Qué le pasó? ¿Por fin regresó?

La otra pelinegra negó y rebuscó en su bolso sacando la última carta y los papeles a su compañero quien rápidamente se sorprendió al ver de qué se trataba.

- Vaya... Pero no entiendo qué quieres que haga con esto.

- Necesito que le escribas haciéndote pasar por Jane... Al menos hasta que la encuentre y le haga darme una explicación.

Continuará...

1950 Thorki AU OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora