UN GRAN DESASTRE

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                             CAPITULO 38
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— ¡SEÑOR! ¿está bien? — le di unos suaves golpecitos

— Si que pasa

— le estoy hablando desde hace rato ¿ya sirvo la comida?

— ¡claro!

Desde que llegué a mi casa estoy un poco distraído no puedo dejar de pensar en eva ella es tan sencilla y única ¿por qué rayos quiero volverla a ver!?

Evelyn sirvió la comida todos ya estábamos en la mesa y proseguimos a comer pero no me había dado cuenta de algo evelyn había subido de peso ella es delgada quizás solo está comiendo de más, pensé

— oye ¿por qué no llegaste a dormir? — dennis decía un poco molesta

— que te importa, yo no le doy cuentas a nadie

— ¡pero bien que a la estúpida de taylor si!

— ¡No insultes a mi mujer! — todos voltearon a ver a emmett

— ¡no me digas que esa zorra ahora se fue contigo!

— pues como ves que si y no sabes lo bien que nos hemos divertido — emmett decía en tono de burla mirando a evan

— su hermoso trasero redondito, su cuello que muerdo como loco

Evan apretaba el cuchillo con rabia..

— si que salió una fichita taylor tan devota que era y mira es una zorra total

— y tú según te hacías llamar su mejor amiga y mira estás con su ex quien es más zorra o quieres que te recuerde las veces que te hice gemir como loca — decía aro

— vaya hermano si que te diviertes — emmett se burlaban de él

De repente se escuchó un ruido todos volteamos a ver, a evelyn se le había caído la jarra de vidrio con agua

— ¡lo siento mucho! ¡Perdón mi señor! Lo limpiarme enseguida

Ella estaba alterada, últimamente está muy extraña cuando terminó de limpiar fui tras ella

— ¡Evelyn!

Dió un brinco del susto — si mi señor

La tomé del brazo y nos metimos a su habitación

— ahora sí dime qué es lo que te pasa

— ¿a qué se refiere?

— ¡me crees estúpido!

— ¡no! Mi señor

— últimamente estás muy rara dime por las buenas

— estoy bien mi señor

Me comencé a quitar el cinturón — entonces será por las malas

— ¡no! Está bien le diré

— escucho — me senté en su cama

Ella estaba nerviosa podía notarlo, no quería decirme ya que lo estaba pensando mucho solo daba muchas vueltas por todo el cuarto

— ¡que me digas carajo! — le grité

— ¡estoy embarazada! — tapó su boca

— ¡que! — no sabía cómo responder a eso pero más que claro que mío no era

— ¡eres una maldita perra! De quién es

Ella comenzó a llorar — por favor perdóneme

— ¡con quién carajos te revolcaste!

∆ MI PERDICIÓN ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora