CAPITULO 53
+Estaba completamente desesperada atrapada en estás cuatro paredes habían pasado tres días los cuales han sido una tortura, aro me está haciendo la vida miserable, me lastima cada vez que puede y me forza a estar con él todas las noches y mi madre simplemente se hace la sorda, trato de gritar pero nadie escucha, comienzo a rendirme.
Estaba en el suelo sentada en una esquina esperando lo peor en cualquier momento, cuando la puerta se abrió, encogía mis piernas
Mi madre entraba mirándome con desprecio
— mírate, me das tanta lastima en lo que te has convertido todo por ese imbécil ¿Acaso crees que él te amó de verdad!?
— no me importa lo que digas yo aún lo amo — ella me abofeteo
— la única manera de que salgas de aquí será muerta
— entonces hazlo ¡TÚ! ¡mátame con tus propias manos!
Ella reía — estúpida, no sabes con quién estás hablando pero puedo cumplirlo cuidado — salió
Necesitaba encontrar una salida pero eso sería tan complicado mi madre es muy lista.
La luz de la luna daba a mi rostro me preguntaba si evan estará bien ¿estará pensando en mi? Cuando esos pensamientos me invaden me odio a mi misma por que recuerdo el daño que ha causado en mi.
Comenzaba a escucharse como subían las escaleras entonces supe que era aro mi peor pesadilla, la puerta se abrió dejando ver su frío rostro
Ya no era necesario cubrirlo, se sentía con mucho poder
Comía una manzana — ¿comiste? Mírate estás tan delgada bueno viéndolo por ese lado ya no estás gorda — me aventó una manzana — come
La hice a un lado..
— hoy no tengo ganas de pelear contigo ¡estoy muy feliz! — él me ato de pies a manos
— ¡que haces! ¡Suéltame!
— ¡ya está todo listo hoy mismo nos iremos!
— aro por favor no hagas esto, evan es tu hermano son de la misma sangre
— ¡lo sé! Pero a mí solo me importa el dinero y tú, a cabo de recibir una jugosa recompensa por ayudarle a aquiles así que tengo todo lo que desee a parte de compartir lo mismo con aquiles el ver a evan pudriéndose lentamente ¡y SOLO! — él reía
— ya solo falta deshacerme de tu estúpida madre — él tapó mi boca con cinta puso un arma adentro de su pantalón y bajó.
Aro fue hacía la sala, eva se encontraba ahí fumando, él se sentó frente a ella
— Mi querido aro prepare un poco de té — le sirvió un poco, ella tomó un sorbo — ya te divertiste con mi hija
Tomó un gran sorbo — ¡sabes eva cuál es tu problema!
— no lo sé tú dime
— tu problema es que le tienes envidia a tu propia hija, te vale un carajo hacerle daño hasta me la vendiste a un buen precio
— bueno lo mismo diría yo de ti y tu estúpido hermano aquiles, se morían de envidia de que evan si podía conseguir todo lo que quisiera y ustedes se tenían que conformar con unas simples migajas
— maldita perra — él comenzaba a toser — ¡¡que mierda me hiciste!! — él cayó al suelo
Ella se acercó a él — sabes cuál también es tu problema, es que eres un completo imbécil, conozco perfectamente mi casa — reía — ¡acaso creíste que podías matarme! ¡Por favor si yo soy mucho más lista que tú!