RIVALIDADES

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                             CAPITULO 17
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Después de lo que pasó a noche con evan me sentía muy avergonzada y estúpida, algo dentro de mi quería seguir pero también por otra parte aún no cedía, entregarme a él de esa forma no es como yo lo deseo, quiero entregarme al que será mi esposo pero evan hace que quiera olvidar esos pensamientos y entregarme, tengo que tener mucha fuerza de voluntad y dejar esos pensamientos impuros.

Hablé con mi madre le dije que había buscado otro trabajo este era en una tienda de conveniencia pero como iría empezando me pusieron en el turno de la noche con otros compañeros que también eran nuevos, al principio ella se negó pero le dije que me pagarían mas o menos y pues así ya no le pediría dinero ya que con eso yo me podría comprar mis cosas al final terminó aceptando, también lo hice por que ya no quería trabajar en el mismo lugar que ella era algo incómodo.

Mi hora de entrada era a las siete de la noche, nos dieron las indicaciones, era la única mujer mis otros compañeros eran hombres, me cayeron muy bien todos.

Ya habían transcurrido algunas horas pero de repente comenzó a llover era como si el cielo se estuviera cayendo, solo seguía acomodando las cosas, un cliente llegó algo atractivo pero olía horrible, venía vestido con un traje negro y unos lentes oscuros una hermosa mujer se encontraba a su lado pero lo que aún más me sorprendió de ella fue que en su cuello traía muchas marcas aparte de la ropa que traía puesta se le podía ver hasta el alma pensaba ¿como ella puede usar ese tipo de ropa? tan solo verla me hacía sentir incómoda

Los dos fueron directo a los licores, ella tomó una bebida energética, él tomó unas mentas, unos preservativos y mucho alcohol, él se veía con un carácter muy poco amigable cuando llegó a la caja solo aventó las cosas

— ¿pagará con tarjeta o en efectivo?

(Le dió su tarjeta) — dame una caja de cigarros

Él tan solo agarró uno y lo prendió lo cual eso no estaba permitido me moleste y fui a dónde él

Le di una leve palmada en la espalda — disculpe señor aquí no se puede fumar

Me regresó a ver — no me toques con tus sucias manos niñita

— perdón pero están más limpias que las suyas

Se rió, él fumó el cigarro y aventó el humo a mi rostro — yo fumo dónde se me pega la gana

Realmente odio a ese tipo de hombres que se creen superiores

Le quité el cigarro y lo aventé para afuera — si ya terminó de comprar por favor retírese

La cara de esa mujer y de mis compañeros era de miedo y nervios

Él se acercó a mi tomándome muy fuerte del cuello pegándome a la pared

— ¡no! ¡Emmett suéltala! vámonos — la chica le suplicaba

— ¡odio a las tipas como tú! Que se creen que pueden alzarme la voz ¡acaso eres estúpida!

Mis compañeros trataban de apartarlo pero como son flaquitos no podían, en mi mente estaba taylor no vayas hacia la luz, ya sentía a dios cerca pero no podía darme por vencida y menos morir de esta ridícula forma, como pude le di una gran patada en sus partes y fue cuando me soltó, tocia como loca, él me tomó de los pelos lo cual me hizo enfadar mucho y también lo tomé fuertemente pues que se creía

Él reía — ¡suéltame perra!

— perdón no soy eso señor, suélteme usted primero — no quería maldecir pero — ¡perro! — le grité muy fuerte

∆ MI PERDICIÓN ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora