Como la única mujer soltera en la fuerza especial, recibías bastante atención por parte de los chicos, especialmente Matsuda, que había quedado flechado por tu belleza desde el primer momento en que te vio sentada junto a L en el cuartel general. A menudo intentaba charlar contigo, pero L siempre lo detenía pidiéndole que se concentrara en el trabajo, cosa que no habías tomado como nada extraño siendo que él era tu jefe y una persona muy seria. Pero esa tarde no habías tenido tiempo de cambiarte de la universidad, y no traías tu típica ropa cómoda y holgada, sino unos jeans ajustados y una blusa con un poco de escote. Cuando te vieron entrar por la puerta, apresurada, detuvieron su conversación de repente para analizarte de pies a cabeza, sorprendidos de verte de esa manera, en especial L.
Ya te había visto de varias formas en fotografías, igual que a todos los miembros de la fuerza especial al investigarlos para dejarlos unirse al caso. Pero verte de esa manera en persona era una experiencia diferente, definitivamente las fotografías que había encontrado de ti no hacían justicia a cómo te veías realmente, sin importar que no lo demostrara por su expresión neutral, desviando su mirada antes de mirarte por más tiempo del que consideraba normal.
—¡Te ves hermosa, (T/N)! —exclamó Matsuda, levantando ambos pulgares sin percatarse de que estaba sonrosado— ¿Acaso tienes una cita o algo así?
Notaste cómo L prestaba atención a lo que decía por la forma en que los miraba de reojo.
—No —reíste—. Venía tarde y no tuve tiempo de cambiarme.
—No sé para qué te cambias, te ves bien así —agregó Light, cuya presencia no habías notado hasta el momento, pero había estado pendiente de lo que hacías.
—Comodidad —te encogiste en hombros.
—Si no tienes una cita, ¿te gustaría ir conmigo a algún lado después del trabajo? —preguntó Matsuda, rascándose la nuca mientras te sonreía torpemente.
—Por favor, vuelvan a trabajar —interrumpió L—. No perdamos el tiempo.
Matsuda bajó la cabeza, pero siguió esperando tu respuesta.
En realidad, creías que Matsuda era tierno, pero no te interesaba de esa manera y acceder a salir con él sería solamente ilusionarlo. El chico era insistente, sin embargo. No le dijiste nada y decidiste que hablarías con él cuando terminara tu turno, pidiéndole que te acompañara a tu auto antes de que te fueras.
L hizo todo lo posible por mantenerlos a ambos en el cuartel por tanto tiempo como pudo, pero finalmente hasta Watari le dijo que estaba pidiéndoles demasiado para un día tan tranquilo como ese, y no tuvo más opción que dejarlos ir. Pero al ver que tomabas tus cosas, y que Matsuda te estaba esperando con más entusiasmo que el habitual, giró su silla en dirección a ustedes, deteniéndolos antes de que salieran por la puerta.
—Espero que entiendan que tienen prohibido salir entre ustedes mientras están en esta investigación —dijo con su voz calmada, escondiendo su enojo detrás de su taza de café—. No sería apropiado.
—Pero Light está saliendo con Misa, incluso tienen citas aquí —dijo Matsuda.
—Sí, pero eso es diferente —L se encogió en hombros—. Si deciden comenzar a salir entonces me temo que tendré que sacarlos a ambos de esta investigación.
Tu corazón latía a gran velocidad contra tu pecho. No planeabas tener ninguna cita con Matsuda, pero saber eso de cualquier forma hizo que sintieras un hueco en el estómago. Esas reglas también aplicaban a ti y a L, y si bien en el fondo ya lo sabías eso no quería decir que doliera menos al escucharlo.
—Está bien —rompió el silencio Matsuda—. (T/N) yo puedo esperar por ti hasta que todo esto termine.
Alzaste las cejas, sorprendida. Quizá si Matsuda fuera un poco más maduro, habrías considerado definitivamente salir con él. Como sea, no ibas a rechazarlo en frente de L. Le pediste que se fuera sin ti por esta ocasión, dejándote sola con L mientras apilaba los cubos de azúcar, escondiendo su sonrisa.
—¿Sabes? Cuando me uní a esta investigación, sabía que no tendría una vida personal —admitiste, aunque sabías que L probablemente ya lo sabía.
—Puedes tener una vida personal, solo no en el trabajo.
—¿Quieres decir que si consigo un novio fuera de la fuerza especial no te molestaría?
L paró en seco, tensando sus hombros. Él ya sabía la respuesta a eso, por supuesto que le molestaría. Hasta la más mínima interacción amigable que tenías hacia alguien que estaba interesado en ti le molestaba, y él sabía que estaba mal, solo no tenía cómo controlarlo, ni le interesaba hacerlo. Si te veía con otro hombre de esa manera a decir verdad no sabía qué sería capaz de hacer. Claro que tú no debías enterarte de eso.
—No —mintió—. Puedes hacer lo que gustes.
—Es un alivio que digas eso —decidiste ponerlo a prueba—. Porque la verdad es que he rechazado a Matsuda porque estoy saliendo con alguien.
—No, no es cierto —dijo L, no importándole delatar que lo sabía porque te vigilaba de cerca incluso fuera del cuartel.
—Lo es —insististe—. Pero tienes razón, esas cosas no son adecuadas para hablar en el trabajo.
Te diste la vuelta y te acercaste al ascensor, presionando sus botones mientras podías escuchar la respiración pesada de L en medio del silencio.
—(T/N) —te detuvo—. Asegúrate de que nunca lo conozca.
Sonreíste para ti misma, sin desviar tu mirada del elevador, que abrió sus puertas dejándote subir.
—No te preocupes, eso no será un problema —dijiste, mientras dejabas a L solo con sus pensamientos al darse cuenta de que había caído.
Si las cosas continuaban de esta manera, terminaría por no tener alternativa que pedirte que seas su novia.
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One-shot: L y tú
FanfictionSituaciones random en las que me gusta poner a L y (T/N) Disfruten~