Tú eras la primera en llegar al cuartel general cada mañana, y la última en irte después de quedarte un par de noches en desvelo junto a L. Tu puntualidad no solo era impecable, era una de tus más notorias características, por eso, cuando esa mañana contactaste a Watari para avisar que te tomarías un día libre L supo que algo no estaba bien. Ya habías tomado un día libre antes, claro, un solo día que le pediste con un mes de anticipación. Posiblemente habías tenido alguna clase de emergencia que te imposibilitara trabajar, así que L pidió a Watari que investigara de inmediato, pero no encontraron nada especialmente sospechoso y descubrieron que no habías salido de tu departamento desde la tarde anterior cuando regresaste del trabajo.
Trató de no pensar mucho en el tema, pero no podía evitar sentir curiosidad. ¿Qué era tan importante para hacerte tomar un día de descanso? Su mente no podía procesarlo, y se moría de ganas por preguntarte. Pero no fue necesario, Matsuda había sido lo bastante imprudente como para llamarte y preguntar directamente qué motivos tenías para no ir a trabajar en un día tan ocupado como aquél, todo mientras te ponía en altavoz para que el resto de los miembros del equipo pudiera escuchar. Tú te tomaste unos minutos en silencio, pensando en mentirle, pero no tenía caso, le dijiste la verdad.
Tú papá, al que no habías visto nunca en tu vida, había ido a buscarte a tu apartamento la noche anterior, supuestamente para disculparse por haber estado distante durante todos esos años, y para pedirte que lo dejaras formar parte de tu vida. Claro, aunque eso había sido una montaña rusa de emociones, las cosas no habían salido bien, de otra forma no habrías tenido problema con ir a trabajar, y aunque no quisiste entrar mucho en detalle Matsuda quería saber toda la historia, e indagó más en por qué eso había resultado en algo negativo. Pensaste en colgar, pero eras demasiado educada para eso, y te limitaste a decirle que solamente quería un favor, sin saber que te había pedido algo mucho peor.
De alguna forma tú papá se las había arreglado para descubrir que te estaba yendo bien por tu cuenta, que tu mamá ya no estaba y solo te hacías cargo de ti misma, así que pensó que no te haría daño prestarle un par de miles de dólares para poder pagar unas deudas que tenía encima. Pero no eras tonta, sabías que él era un criminal, por eso no había estado en tu vida desde que naciste. Se la pasaba en prisión la mayor parte del tiempo, cuando conseguía a salir siempre volvía a caer en los malos hábitos y regresaba a la prisión, esa había sido prácticamente su vida. Lo más probable es que quería tu dinero para poder volver a desaparecer, y como te negaste habían tenido una discusión bastante acalorada sobre el asunto. Al final, poniéndole sal a la herida, tú papá tuvo el descaro de pedirte por lo menos uno de tus riñones, debido a una enfermedad grave que él tenía. Debido a su pasado criminal nadie que fuera compatible con él quería donarle nada, así que tú eras su última opción. Al principio creíste que estaba mintiendo, pero hiciste una investigación por tu cuenta y encontraste registros en el hospital que confirmaban lo que te había dicho. Te habías tomado el día porque, sin importar cuán herida estuvieras, de hecho, estabas considerando ayudarlo.
Ni bien terminaste de explicar esto, colgaste el teléfono sin estar de ánimos para seguir siendo interrogada, mucho menos para escuchar los comentarios de lástima de Matsuda, que muy tarde se había dado cuenta de lo insensible que había sido. Hasta L lo había notado, y eso ya es mucho decir.
Hablando L, como habías empezado a provocar en él desde hacía unos cuantos meses, por alguna razón no podía permanecer impune hacia la situación. Él era huérfano, así que sabía lo que no era tener padres, pero nunca pensó en un escenario en que lo buscaran para hacerle algo así, y le enfurecía que te hiciera sentir lo suficientemente mal como para no poder concentrarte en un trabajo que se te daba excelente. Sentía empatía por ti, y quería buscar alguna forma de animarte, pero no sabía cómo hacerlo sin delatar sus sentimientos hacia ti hacia los demás miembros del equipo.
Él sabía quién era tu papá, lo había investigado cuando te uniste a la fuerza especial, y sabía que era un criminal y también dónde había estado todo ese tiempo, pero no quiso decirte nada porque claramente no te interesaba. Además, él no corría peligro de ser asesinado por Kira porque era un criminal menos. Sí, una escoria humana, pero al menos no había asesinado a nadie, aún. L no quería que tuvieras que pasar por ningún procedimiento médico por alguien como él, así que le indicó a Watari buscar a alguien que pudiera tomar tu lugar, e incluso pensó en pedir alguna clase de restricción hacia la región donde vivías, pero quería respetar lo que tú decidieras.
Sin embargo, él sabía que eso no era suficiente. No había mucho que él pudiera hacer, desde luego, pero quería hacer algo para animarte. Eras su mejor y única amiga, no resultaría tan extraño si intentaba hacer algún gesto lindo hacia ti, ¿o sí? A decir verdad, no le importaba, solo quería asegurarse de poder verte al día siguiente en tu lugar, no le gustaba verlo vacío y no iba a dejar que lo estuviera por más tiempo del necesario.
Recibiste un comentario en tu computadora personal. Sabías que era de L porque era la única persona que conocías que podía hacer algo como abrir una nueva ventana encriptaba mientras escribía un texto en ella.
"Es la primera vez en mi vida en que me como la rebanada de pastel de alguien más y no me siento feliz al respecto." te reíste "No voy a fingir que sé cómo te sientes, pero puedo darme una buena idea si no te sentiste lo suficientemente bien como para venir al cuartel. No soy bueno con el sentimentalismo y la verdad ni siquiera voy a intentarlo. Solo quiero que sepas que, sin importar las circunstancias, yo jamás me iría de tu vida."
Tu corazón latió fuertemente contra tu pecho. L tenía todas las buenas, válidas razones para de hecho desaparecer de tu vida, sobre todo una vez terminara el caso y no tuviera motivos para verte, pero de hecho te estaba confesando que incluso así no planeaba dejar de buscarte, y eso llenaba tu corazón de esperanza.
"¿Recuerdas que estuviste hablando con el señor Yagami acerca de comprar la casa donde creciste? Considera esto como un agradecimiento de mi parte por todo lo que has hecho por el caso Kira" adjuntó un archivo. Eran las escrituras de la casa, a tú nombre. No hablaba en serio. Qué diablos estaba pasando. ¿L te compró una casa? "Por favor, acéptala. No quiero tener que pasar por el papeleo de nuevo, y te la has ganado más que cualquier otro posible comprador." Claro que él no había sido el encargado de los trámites, y a decir verdad no habían sido complicados para alguien como él, que tenía propiedades alrededor del mundo. Solo no quería que la rechazaras, aunque sabía que cuando regresaras tendrían una conversación bastante larga al respecto. "Posdata: Matsuda es un idiota. Por favor tómate el tiempo que necesites, pero cuando regreses dale uno de tus sopes en la cabeza de mi parte. Tendré preparados los dulces que te gustan por si quieres regresar pronto. Eres un miembro valioso del equipo, y no puedo resolver esto sin ti."
La pestaña se cerró, y te quedaste a solas con tus pensamientos. No sabías qué habías hecho para merecerlo, pero ibas a trabajar muy duro cada día para hacerlo, y definitivamente ibas a atreverte a besar a L después de esto. No necesitabas nada más, supiste que podrías con todo mientras tuvieras a alguien como L en tu vida.
ESTÁS LEYENDO
One-shot: L y tú
FanfictionSituaciones random en las que me gusta poner a L y (T/N) Disfruten~