La investigación estaba prácticamente en pausa. De vez en cuando obtenían información nueva, y seguían intentando conseguir pistas sobre quién era Kira y cómo rayos tenía semejante poder de matar, pero desde que Light y Misa habían salido de su encierro no se encontraban tan ocupados como lo habían estado meses antes.
Aunque al principio eso había creado un ambiente depresivo y apagado, eventualmente todos en la fuerza especial pudieron ver el lado alegre de las cosas. Tú y L, especialmente, porque pasaban mucho tiempo juntos teniendo conversaciones largas, ya no necesariamente sobre el caso, y disfrutaban mucho de la compañía del otro. Para nadie era secreto que tenían una conexión especial, no solo porque pensaban de forma parecida, sino porque eran de extraños y parecían provenir del mismo planeta.
Últimamente, sin embargo, las cosas estaban subiendo bastante de tono. Su amistad se estaba transformando lentamente, sin que ninguno de los dos lo tuviera pensado, en cuando menos coqueteo por parte de ambos haciendo chistes o elogiándose más de lo necesario. Se dieron cuenta de que el asunto había llegado a otro extremo cuando comenzaron a darse de comer pastel el uno al otro, tal como Misa quería hacer con Light. Y no se detuvieron incluso después de que los dos entendieran que poco a poco se comportaban como una pareja. No lo veían necesario. Todo lo que importaba es que los dos eran felices con cómo estaban las cosas, hasta que llegó el momento decisivo.
Mientras estabas afuera en una misión, el cuartel general estaba monitoreándote a través de cámaras y micrófonos, viendo cada uno de tus movimientos. Estabas infiltrándote en un grupo de jóvenes que aclamaba a Kira, y aunque ninguno de ellos era sospechoso estabas ahí en caso de que Kira decidiera presentarse en el lugar para reunirse con alguno de ellos, como había hecho para reclutar su último vocero. Fue grato para ti encontrarte a otras personas que también estaban en contra de Kira, y estaban ahí por el mismo motivo que tú. Aunque no con la policía, claro. Eran simples justicieros por su cuenta.
Quien llamó particularmente tu atención fue un chico que se acercó a ti para darte un sermón sobre por qué Kira no era alguien que mereciera que lo alabaras, demostrándote un fuerte sentido de la justicia que logró que confesaras que no tenías ningún tipo de admiración hacia él, y que en realidad solo estabas ahí "con una amiga". Aunque intentabas concentrarte, el chico se sintió tan fascinado por tu forma de expresarte que se quedó contigo, charlando, mientras te pedía ayuda para que lo ayudaras a encontrar cualquier clase de comportamiento sospechoso.
Entre más tiempo pasaba más claro era su interés hacia ti, lo que en realidad no te interesó, ni L para ser honestos, sino hasta que, cuando vio que ibas a irte, te pidió una cita. Te detuviste en corto sin saber qué decir. No había razón para decir que no. Era listo, era guapo, el único problema era que él no era L. Sin embargo, como no habían definido la relación eso te dejó pensando en cuál debía de ser tu respuesta. No querías decir que no y que eso lo hiciera sentir comprometido, o decir que sí y que pensara que estabas interesada en ver otras personas. Al final tomaste un gran respiro antes de encogerte en hombros, sonrojada.
—Lo siento, tengo novio—. le dijiste, regresando al cuartel agotada.
Cuando llegaste a donde los demás estaban sentados, te diste cuenta de que te estaban observando. Claro, no eran ciegos, ellos sabían que estabas enamorada de L, pero no pensaron que fueran a tomar ese paso. Y tú y él eran tan unidos que creer eso era más plausible que creer que habías mentido. Como sea, fingiste que no te dabas cuenta de que la atención estaba sobre ti, y te sentaste junto a L como normalmente, sin levantar tu mirada de la computadora, al igual que él.
Se hizo tarde y pensabas irte a casa. Tomaste tus cosas y saliste del edificio, pero antes de tener la oportunidad de llamar un taxi tu teléfono comenzó a sonar, era él.
—¿Sí?
—Siento haber estado tan callado hace rato —alzaste las cejas al darte cuenta de que no estaba usando su filtro de voz—. Es solo que toda la situación con el chico me tomó por sorpresa.
—A mí también —te reíste, nerviosa—. Fue bastante incómodo.
Ni que lo digas. Los segundos que tardaste en decirle que no habían sido los más largos de su vida. No se había detenido a pensarlo, pero no creía poder hacer algo como verte con otro hombre, mucho menos que lo trataras de la forma en que tratabas a L. Eras una mujer muy especial y no le molestaba que otros hombres te miraran, había quienes lo hacían en el mismo cuartel, incluido Light, pero toda esa experiencia sirvió para descubrir que sí le molestaba que tú vieras a esos hombres como algo más que amigos.
—¿Hablabas en serio, (T/N)? —te preguntó, viéndote desde la ventana de su habitación—. ¿Me consideras tu novio?
—Bueno, si te soy franca solo estaba mintiendo porque no estoy interesada en él, solo en ti —confesaste.
—Pero eso es justo lo que significa querer estar en pareja, ¿no es así?
—Sí, supongo que lo es —te sonrojaste—. L, ¿acaso te gustaría ser mi novio?
—Es justo lo que estoy diciendo —tu corazón latía rápidamente, esbozando una sonrisa—. ¿Te molestaría quedarte un rato para que podamos hablar de esto?
—Me encantaría.
Colgaste el teléfono y regresaste al hotel. ¿Qué tal? Ahora salías con el mejor, no, los mejores tres detectives del mundo.
—Te dije que no iba a morir sola, mamá —murmuraste para ti misma mientras presionabas los botones del ascensor.
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One-shot: L y tú
FanfictionSituaciones random en las que me gusta poner a L y (T/N) Disfruten~