Una nueva tecnología había ganado popularidad últimamente: el detector de mentiras. Era un invento que, de ser cierto, resultaría bastante útil para organizaciones como la CIA y el FBI, así que, por supuesto, en ciertas circunstancias también le servirían a L. Watari le había comprado uno en caso de que decidiera usarlo para la investigación, y en ese día tranquilo en que no había mucho que hacer había decidido aprender a utilizarlo y leerlo. Los demás miembros de la fuerza especial, inevitablemente, mostraron bastante interés en él. Sobre todo Light, que estaba encadenado a L y había estado observando lo que había estado haciendo.
Cuando llegó la hora de la cita de Misa y Light, Misa les propuso que llevaran el aparato a su habitación para un juego, a lo que inmediatamente se negaron, hasta que propuso que cada uno contestara una pregunta, ofreciendo que Light contestara preguntas de la investigación siempre y cuando L también contestara una, que no tendría que ver con su pasado o algo que pudiera revelar su identidad, claro está. Al final terminó accediendo porque no tenía nada que perder, por eso y porque tú te habías mostrado tan interesada que de hecho elegiste participar. L no podía desaprovechar la oportunidad de interrogarte porque sentía curiosidad hacia ti y le atraías bastante.
Los cuatro se conectaron a la máquina, y decidieron que para empezar le harían una pregunta a Misa.
—Siempre he querido saber... ¿Eres rubia natural? —preguntaste.
—Sí —dijo ella, sonriendo orgullosa. La máquina dijo que era mentira—. Oh, quizá está fallando — fingió inocencia.
—No lo creo —se rio Light—. (T/N), esto me lo he preguntado desde que te conocí, ¿qué estudiaste?
—Psicología —contestaste. La máquina marcó que era verdad.
—Qué interesante —dijo Light, llevándose una mano a la barbilla—. No pensé que fueras ese tipo de persona.
—Me toca —dijo L—. Light, ¿eres Kira?
—¡Oye! —se quejó Light—. Sé que dijimos que esto sería un interrogatorio, pero, ¿en serio vas a ser tan directo?
—Sí —se encogió en hombros.
—No, no soy Kira —la máquina marcó que era verdad. Pero claro, en este punto él no tenía recuerdos.
—Tendré que vengarme de ti por eso, Ryuzaki —dijo Misa, quien seguía de preguntar—. Pero primero, tengo curiosidad. Dime la verdad, ¿cómo comes tantos dulces sin engordar?
—Ya te lo había dicho. Quemo las calorías con el cerebro —la maquina marcó que era verdad.
—Voy yo de nuevo. Light, dime, ¿alguna vez has utilizado a alguien para tu beneficio personal? —preguntaste. Se quedó pensando por varios minutos antes de contestar.
—Sí —suspiró—. Pero, ¿acaso no todos lo hemos hecho?
Bueno, tenía algo de razón.
—Bien, creo que es mi turnó —continuó Yagami—. L, aquella vez en que dijiste que yo era tu primer amigo, ¿hablabas en serio?
L soltó un largo suspiro. Sabía la respuesta y no le gustaba hacia dónde iban las cosas, pero por lo menos debía de intentarlo.
—Sí —mintió. Y la máquina terminó por delatarlo—. Y ya que es mi turno, quiero saber si alguna vez has pensado seriamente en matar a alguien.
—Por supuesto que no —contestó de inmediato. Estaba mintiendo.
—Me toca otra vez —dijo Misa—. L, ¿eres virgen?
Todos en la habitación se sonrojaron, especialmente tú.
—Pero, ¿qué clase de pregunta es esa? —preguntaste, tapándote la boca cuando notaste lo sospechoso que parecía eso.
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One-shot: L y tú
FanfictionSituaciones random en las que me gusta poner a L y (T/N) Disfruten~