✞ Infidelidad ✞

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Esa mañana, cuando llegaste al cuartel general, tu cabello estaba más despeinado de lo normal y tu ropa era la misma que traías puesta el día anterior. Saludaste a los miembros de la fuerza especial igual que todos los días, pero supieron por el tono en tu voz que algo no estaba bien. 

Te sentaste en tu lugar, y casi de inmediato sacaste una pequeña botella del interior de tu sudadera, echando alcohol en el café que Watari tenía listo para ti. Bebiste de él indiscretamente, no importándote si L o alguien te llamaba la atención. Eras bastante resistente al alcohol, y otras veces habías llegado un poco borracha sin que nadie se diera cuenta. Sin embargo, Light sabía que no actuabas tan poco profesional normalmente, y te preguntó qué había sucedido, a lo que fuiste directo al punto y sabiendo que estabas rodeada por detectives que no dudarían en interrogarte hasta descubrir qué te tenía de esa forma, le confesaste que tu novio te había engañado y que habías pasado la noche despierta en un bar, esperando a que desalojara tu departamento.

A decir verdad, no era la primera vez que el desgraciado te hacía algo así, habías intentado terminar con él infinidad de veces, pero era una persona bastante tóxica y no terminabas por sacarlo de tu vida, ni de tu departamento. La noche anterior había sido especialmente pesada porque habías llegado exhausta, querías llegar a dormir, pero tan pronto como abriste la puerta escuchaste los gemidos de una mujer, interrumpiéndolos para pedirle por última vez que saliera de tu hogar y se llevara sus cosas consigo, amenazándolo con que lo acusarías con la policía ahora que trabajabas con ella. Él no te creía, y cuando fuiste por la mañana para cambiarte de ropa te diste cuenta de que parecía que habían saqueado el apartamento. Toda tu ropa estaba tirada en el suelo, tus cosas rotas, y habían grafitado las paredes de tu habitación con la peor palabra que se le puede decir a una mujer, no dejándote más alternativa que ir a trabajar sin tomar un baño ni poder cambiarte de ropa, sabiendo que solo tendrías más de la misma mierda cuando terminara tu turno.

L escuchó todo lo que decías en silencio, sorprendido. ¿Alguien te había engañado? ¿Cómo habías terminado con un sujeto así? Eras demasiado hermosa e inteligente para un chico común, y aunque había investigado a tu novio cuando entraste a la fuerza especial, él pensó que había algo especial en él que no era aparente en sus registros, y que quizá tú habías visto. Supo que tenía que hacer algo al respecto, y sin decirte nada ordenó a Watari que tomara cartas en el asunto, no sin antes ofrecerte quedarte en el cuartel por tanto tiempo como necesitaras. 

Tú estabas agradecida, pero te negaste a quedarte en el cuartel, asegurándole que encontrarías otro lugar donde quedarte. En realidad, la idea sonaba bastante bien, pero te sentías humillada y no sentías que estar cerca de L era una buena idea en ese momento. Sentías algo por él y al no saber si él sentía lo mismo por ti eso era solo más tristeza para tu corazón, por lo que no tuviste más alternativa que seguir adelante tú sola. 

El trabajo era una excelente forma de distraerte, pero llevabas poco más de dos días sin dormir y poco a poco tu cerebro se estaba apagando. Te sentaste junto a L para comer helado y pastel, pero ni siquiera eso fue suficiente para lo cansada que estaba tu mente. Recostaste tu cabeza sobre el escritorio y cerraste los ojos por un par de minutos, cayendo dormida profundamente. Watari se ofreció a llevarte a una habitación, pero L le pidió que dejara ahí para no despertarte, aunque en realidad solo quería mirarte por unos cuantos minutos. 

Tu rostro estaba tan relajado, tranquilo. La forma en que tu pecho se alzaba con tu respiración lenta hacía que no pudiera apartar su mirada sobre ti. ¿Cómo alguien podía haberte engañado? ¿Qué clase de monstruo podía lastimarte? Ya no había duda en su cabeza, estaba enamorado de ti, y haría todo porque no volvieses a terminar con un sujeto como él. ¿Quién sabe? Quizá podría lograr que te enamoraras de él. Aunque claro, él no sabía que ya lo estabas. 

One-shot: L y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora