4: The difference between for love and for loving

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— Lux respira, estás demasiado enojada — Sé que es verdad, también sé que la forma en la que los grite hace un momento no era lo correcto pero estaba a dos segundos de golpear a alguien.

— Una mierda, arruinen lo que quieran, pero con mi carrera no se metan — La lata en mi mano hace demasiado ruido al estrellarse contra la mesa pero poco me importa, me alejo rumbo a alguna parte, lejos de RedBull y sus ganas de hacer las cosas mal.

Una cosa era tantear terreno en las prácticas, otra muy diferente era que literalmente me sabotearan durante toda la primera práctica, fue patético; me pierdo en el paddock entre los hospitalitys y la gente, intentando evitar a cualquier periodista en el proceso, lo último que quiero ahora es a las sanguijuelas intentando conseguir sangre de cualquier parte; camino lo suficiente hasta que termino frente a Ferrari, me cuelo dentro en búsqueda de alguno de sus pilotos y en el camino me topo con algunos ingenieros que me saludan de lejos; no sé que tanto he caminado (por un trayecto que conozco de memoria y puedo hacer hasta con los ojos cerrados) pero estoy frente a la puerta de la habitación de Charles, alcanzo a oír risas dentro pero no me molesto en tocar la puerta, entro sin más en el espacio y cuatro pares de ojos me observan, no digo nada y me tiro boca abajo en la camilla, no tengo demasiadas ganas de hablar de igual forma.

— Hola a ti también Lux — Saluda con sarcasmo Antonio y por mucho que me contengo no puedo evitar sacarle el dedo del medio.

— Exclamo la dulce princesa — Puedo sentir a Carlos hablar literalmente sobre mí, hace masajes en mi espalda y yo hago lo que puedo por relajarme — Les dije que aparecería aquí hecha una furia en cuestión de nada.

— Eso es porque te estás juntando mucho con los Ferrari — Levanto un poco mi cabeza para mirar a Lando, entonces imito lo que hice con Antonio, le saco el dedo del medio, después, vuelvo a enterrar mi cabeza en la camilla

Ellos hablan por un largo rato, en algún punto Carlos deja de hacerme masajes y cada uno se va yendo dejándome a solas con Charles, yo no me muevo, él tampoco parece querer hacerlo, pero entonces me trago mis palabras porque como puede sé acomoda a mi lado, me atrae a su pecho y me acaricia la espalda, esta vez, si me relajo.

— ¿Quieres hablarlo o simplemente quieres que te deje pelear con tus pensamientos? — Su voz es un susurro y sin importar el espacio, la situación se vuelve muy íntima.

— Quiero llorar, honestamente — Suelto en un suspiro, su risa vibra en su pecho pero no se abre camino en su voz, sonrió casi por inercia.

— Puedes llorar si crees que eso ayude, sabes que no me molesta — Ninguno de los dos comenta nada por lo que parecen demasiados minutos, otro suspiro largo sale de mi boca y me alejo un poco de él para poder ver su rostro, al instante me ofrece una sonrisa que ilumina todo, brilla.

— Te amo, ¿lo sabes? — Su sonrisa se hace aún más grande y se inclina para robarme un beso, uno suave e inocente que dura apenas un poco de tiempo, cuando se aleja deja un beso en mi frente.

— Por lo menos tienes la certeza de que ganaras este domingo, yo ni siquiera creo terminar la carrera — Algo en el fondo de sus ojos brilla completamente perdido en el espacio, como si la admisión en voz alta le hiciese daño.

— ¿Pensando en la bobada de la maldición desde el viernes? Hemos hablado de esto Percy— Ambos mantenemos el contacto visual, lo que me facilita ver que la conversación sigue siendo terreno pantanoso para él.

"La maldición de Mónaco" como la habían denominado los fanáticos y la prensa, eran la mayor pesadilla de Charles, y es que desde nuestro debut en 2018 el hombre nunca había podido tener un buen fin de semana en su país natal, ya fuese porque no quedaba en una buena posición (o sea que no quedaba en podio) o porque de plano no alcanzaba a terminar la carrera, los DNF de Charles en Mónaco eran casi tan recurrentes como las agujas de un reloj girando cada minuto, está claro que yo siempre le he intentado convencer de que no es más que una superstición patética, pero este chico es tan terco que no me hace caso.

Live Like You Race - F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora