Live Like You Race - F1

41: I'm with you even if it makes me blue.

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— Mamá ya te lo dije, está dormida y no he querido despertarla. — Escucho en el mal intento de Leclerc de no despertame, deduzco que está en la sala, pero dejó la puerta abierta, por lo que sonido se cuela al cuarto.

Salgo de la cama intentando dejar el sueño en ella, pero lo arrastro conmigo hasta la puerta entre abierta para salir al recibidor del cuarto, Charles sigue hablando con su madre cuando lo alcanzo por la espalda y le quito el teléfono, se quitó la camisa por algún motivo que no entiendo, pero parece sorprendido cuando le quito el celular.

— ¡Hola, mamá! — Chillo emocionada mientras me encamino al baño para cepillar mis dientes mientras escucho su lluvia de felicitaciones.

Suelto una risita con la boca llena de pasta cuando hace una broma con referencia a lo joven que me seguiré viendo al lado de su viejo hijo, quien, por cierto, me sigue hasta el baño para simplemente mirarme fijamente mientras cepillo mis dientes; suelto la espuma alejando el teléfono un poco solo para contestarle diciendo cuanto la extraño, así hasta que ambas decidimos colgar.

Dejo su teléfono sobre el mármol del baño solo para mirarnos a través del espejo por demasiado tiempo, el silencio hace que mis sonidos empiecen a pitar, por lo que decido ser yo quien hable primero.

— Ayer dijiste algunas cosas — Me giro despacio, enfrentándome a él, sus ojos yendo al suelo.

— Todo lo que dije fue cierto Lux, te quiero a ti, eres lo único que me importa en el mundo — Su voz tiembla un poco, pero nunca ha sonado más en serio en su vida.

— ¿Más que la Formula 1? — Cuestiono, porque de alguna forma sé que no es una respuesta que puede darme.

— Más que el orgullo y las promesas, más que mi legado y el peso sobre mis hombros que nunca quise — Y me llamaran débil, o capaz, demasiado romántica, pero la respuesta es todo lo que necesito para ir hacia él.

Charles me ve venir porque me recibe de un beso, sus labios recordándome cuanto lo he extrañado, que el mundo se ve más brillante con él, me besa como si hubiese pasado una eternidad desde que me besaron.

Somos tan desordenados como la primera vez que dormimos juntos, tropezamos con las cosas, no podemos pasar demasiado alejados el uno de los labios del otro, nuestras manos tocando todo lo que pueden a su paso, apenas separándonos para quitarnos la casi ropa que tenemos encima.

— No somos la clase de pareja que folla para solucionar sus problemas — Jadea sobre mis labios mientras intercala besos rápidos con pequeñas risitas.

— Pues será mejor que me pidas perdón rápido para que podamos follar — Su cabeza se esconde en mi cuello donde lo siento susurrar, pidiéndome disculpas en francés mientras deja mordidas y besos húmedos a su paso.

Charles desciende sobre mi cuerpo a ritmo lento, marca zonas que sabe que alteran mis sentidos, como cierto punto de mi costado, justo sobre mis costillas que me hace retorcer; se detiene en mi cadera por un periodo largo, prestando especial enfoque al tatuaje que me hice en su honor para su cumpleaños, sus labios y lengua pareces disfrutar de la marca en mi cuerpo.

Estoy lista para sentir su boca sobre mis pliegues cuando me gira, haciéndome quedar de cara contra la almohada y aprovechando la sorpresa que me invade para separar mis rodillas y levantarme por la cadera, no me molesta la idea de ser follada en cuatro, pero sus planes no son nada a lo que espero cuando sus dedos se pasean por mis labios y se sumergen de golpe.

— Me sorprende que me estés ahorcando los dedos con tanta fuerza, pareces sorprendida — Genuinamente lo estoy, pero cuando intento decírselo la imagen que me da el espejo al costado de la cama es demasiado para procesar.