Live Like You Race - F1

37: Another name goes up in lights.

Nunca habrá peor manera que despertar que abrir los ojos, sabiendo que será un día de derrotas, Charles había dejado la cama un par de muchos minutos antes, pero por algún motivo mi cuerpo estaba en completo estado de parálisis, había intentado sin éxito una infinidad de veces moverme sin lograrlo realmente.

— ¿A qué hora es tu evaluación médica? — Vuelve a preguntarme mi novio desde el baño, sé que intenta mantenerse en el presente, pero le cuesta, yo no estoy poniendo de mi parte.

— Entre las prácticas — Tomó una larga respiración para deslizarme de la cama y una vez frente a él, solo palmeo su hombro — No tienes que seguirlo intentando amor, hoy solo es uno de esos días.

También odiaba ser esa persona, Charles era el constante sol que no paraba de alumbrar incluso en las peores tormentas y yo solo quería llover en su contra, en algún momento eso llegó a ser de mis peores miedos sobre nuestra historia, nadie se queda demasiado tiempo donde su brillo no es valorado al fin de la historia.

Me meto en la ducha olvidando por completo, climatizar el agua o realizar mi rutina de skincare, el agua tibia con la que usualmente sé baña mi novio golpea todo mi cuerpo y aunque no planeaba lavar mi cabello ahora que está mojado no tengo una mejor opción.

Me siento fuera de mi cuerpo, no hay nada en lo que estoy haciendo que encaje con años y años de una rutina perfectamente estructurada, hay un momento en el que llanto se vuelve ahogo y debo salirme de la ducha para vomitar, tenía demasiado tiempo sin hacerlo a causa del estrés y caer en ello solo me hizo enloquecer aún más.

Me deslizo fuera de la ducha sintiendo que he estado una eternidad bajo el agua, sigo entumecida cuando coloco la bata de baño y hago lo que debí hacer antes de ducharme, siento que en cualquier momento me romperé como un simple trozo de cristal, pero intento ponerle el mejor rostro a la situación, no estoy muriendo, solo estoy quedando desempleada.

Cuando salgo del baño una hora más tarde Charles sigue en la habitación, está sentado en la cama casi vestido con un hermoso ramo de girasoles apretado contra su pecho, mi cuerpo queda momentáneamente paralizado en la puerta hasta que consigo conectar de nuevo mis pies con mi cabeza.

— ¿Girasoles? — Es todo lo que sale de mis labios, Charles parece querer reír, pero no lo hace, en cambio, me acomoda entre sus piernas y deja un beso en mi abdomen antes de tenderme las flores.

— Si Stroll puede darle flores a mi novia y hacerla llorar, yo también puedo intentarlo — Tomo las flores entre mis manos admirando el brillante color amarillo que me ofrecen, uno creería que luego de tantos años juntos y la infinidad de flores que me ha dado ya no me emociono al recibirlas.

Pero cada ramo se siente único, con emociones y significados distintos, este por ejemplo es la promesa de que todo estará bien, mañana será bonito.

— Es tan hermoso, Percy — Me las arreglo para incluso con mi posible deshidratación volver a lagrimar por el gesto, me inclino un poco ignorando el dolor sordo para besarlo y llevo mis flores nuevas a la barra.

Charles se va poco después, mientras yo intento ocultar mi dolor con mi mejor outfit y el maquillaje de más alta cobertura que tenga en mi bolsa, estoy sola en esto y luego de mucho tiempo se siente increíblemente duro admitirlo en voz alta.

Llego al paddock 20 minutos antes de mi cita y paso por mi primera humillación del día, la décima esta semana, como no estoy compitiendo, no tengo un membrete para entrar al paddock y la sola realización me hace querer derrumbarme en el suelo, me arrastro con un gafete de invitada hasta la zona más concurrida y solo quiero ir a casa.

Evito a la prensa lo más que puedo y huyo de los camarógrafos de Netflix, pero nada me prepara para la sala de juntas con 12 hombres listos para acabar con mi carrera, desearía volver a ser una niña y obligar a los adultos a esperar que mi tutor legal aparezca para justificar mis acciones, pero, en cambio, soy yo quien justifica el actuar de mi equipo.