Capítulo XIII ♧

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Narrador Omnisciente

Sonny se despertó por la alarma de su celular indicando que eran ya las siete de la mañana. Estiro su brazo hacia el piso que era de donde provenía el sonido y sin haber mirado apago la alarma de su móvil, ya estaba bastante acostumbrado a esa acción. A lo que no estaba acostumbrado era que en el momento que apago la alarma pudo sentir el cuerpo de Cristián moverse abajo de él mientras que el menor intensificaba su agarre en la cintura del mayor.

Son lo miró y notó que seguía dormido. La alarma no lo había despertado del todo y rápidamente volvió a caer en sueño profundo, le pareció tan adorable que no pudo evitar sonreír mientras lo veía. Se apoyó en su pecho y empezó a escuchar los tranquilos latidos de su corazón indicando que estaba dormido.

La noche anterior después de su inesperada visita, que terminó en un gran abrazo, le preguntó si quería quedarse a lo que él cordobés sin dudarlo dos veces le dijo que si. Al poco tiempo de estar hablando un poco de todo, el mayor cayo rendido, durmiendose plácidamente sobre el pecho de Cristián mientras este dejaba caricias en su pelo.

Había dormido tan cómodo, y ahora estaba tan a gusto que no quería levantarse, no quería ir a trabajar el día de hoy, solo quería quedarse allí, junto a Cristián, hasta que los dos decidieran despertarse y comenzar el día. Quería seguir pasando rato con él, la noche anterior antes de dormiste fue tan agradable su compañía, y tan entretenida sus conversaciones, Sonny le contó más sobre su vida, y él cordobés le habló de la suya.

Se acercó aún más al cuerpo del menor sintiendo su cálido calor, preparado para volver a dormir entre sus fuerte brazos, cuando sintió un pequeño beso sobre su cabeza, a lo cual el mayor levantó la cabeza y se encontró con los ojos marrones del argentino.

- Buenos días... - habló el menor con una voz ronca por haber despertado hace unos momentos.

- ¿Te desperté?

- Tu alarma lo hizo... - respondió para luego apoyar su frente junto la de Son.

- ¿Cómo dormiste? - preguntó el mayor cerrando sus ojos luego de la acción de Cristián.

- Creo que nunca dormir tan bien en toda mi vida... - a Heung-min se le formó una tierna sonrisa, que aunque Cristián no la pude ver al tener los ojos cerrados, la sintió, a lo que le provocó a él mismo una sonrisa.

- Me alegro...

- ¿No fue la alarma de ir a trabajar?

- Si... Pero podemos hacer de cuenta que no la escuchamos - respondió y el menor se separó unos centímetros de él para poder mirarlo a los ojos.

- ¿En serio? - el contrario sonrió - me acabas de alegrar aún más la mañana - aferró el agarre en la cintura del mayor y lo pegó completamente a él.

Sonny no se quejó, al contrario, le encantó que él hiciese eso. Le gustaba tanto la cercanía de cordobés, que no podía explicarla, pero tampoco quería hacerlo, simplemente quería disfrutar esa emociones que el argentino le provocaba sin sentirse inseguro. Después de tanto tiempo alguien volvió a provocarle cosas, y no sentía miedo, al menos no ahora, no después de la noche anterior.

Cristián estaba igual. Nunca había sentido tales sentimientos hacia alguien, tal conformidad y agrado hacia una persona. Jamás había tenido realmente una experiencia amorosa, sus anterior no relaciones no llegaron a durar ni un año, y nunca había tenía sentimientos tan grandes hacia alguien de su mismo género, lo único que había sentido hacia los hombres era atracción física. Esta era la primera vez que alguien de su mismo sexo lo atraía en cuerpo y alma.

El cordobés se quedó unos segundos pensado en sus anteriores relaciones. Era la primera vez que sentía que podía estar enamorándose; de alguna manera no lo asusto, se sentía cómodo al saber que no era cualquier persona, sino que era aquel lindo coreano con la librería a la vuelta de la esquina.

No se conocían lo suficiente, pero no dudaría en utilizar todo su tiempo en conocerlo y pasar tiempo junto a él.

- Heung-min... - lo llamó y este hizo un pequeño mugido en respuesta - me gustas mucho...

Las mejillas del mayor se tiñeron totalmente de rojo, y a éste se le notaba al tener una piel blanca, corrió su mirada cohibido ante tal confesion, sintiendo su corazon latir fuertemente en su pecho. Cristián vio aquel sonrojo provocando una gran sonrisa en él. Aquel hombre frente a él no paraba de ser hermoso ante sus ojos.

- Quiero intentar las cosas contigo, si tu me aceptas... - continuó acariciando suavemente las mejillas rojas de Sonny.

- ¿Por que tienes que ser tan directo? - le sonrió tímidamente para dirigir su mirada nuevamente al menor - pero... Debo decir que acepto... - respondió con una sonrisa que derritió el corazón del menor.

Cristián también podía sentir su corazón a mil por hora, pensaba que Sonny ya lo estaba escuchando de lo rápido que iban, pero el contrario se encontraba con el mismo problema. Los dos estaban pasando y sintiendo lo mismo. Uno que conocía muy bien este sentimiento y otro que lo experimentaba por primera vez.

Se quedaron mirando directamente a los ojos, con sus mejillas levemente sonrojadas, para que luego, el menor, dirigiese sus dedos lentamente hacía los labios del mayor. Los miró y los trazo con su dedo pulgar, curvo el arco que el labio superior tenía haciéndolo recordar a la parte de arriba de un corazón. Sintió la suavidad y humedad de estos e inconscientemente remojo sus propios labios.

Quería besarle, el Heung-min también quería besarle a él. Dirigió sus mirada a los labios carnosos y rojos del contrario en el momento que estés los remojo lenta y sensualmente con su lengua, provocando que el mayor tragara grueso. Aquel hombre no podía ser tan sexy.

- ¿Puedo besarte? - preguntó Cristián algo ansioso.

- Si, por favor - respondió sonando más como una súplica.

Y sin dar muchas más vueltas, sus labios se unieron con desesperación, querían sentir aquel tacto desconocido, provocandoles extrañas sensaciones en sus vientres, y un pequeño escalofrío recorrer sus columnas vertebrales. Sus corazones seguían bombeando frenéticamente. Realmente sentían millones de emociones, completamente buenas.

Cristián apretó sus agarre en el mayor y éste dirigió una sus manos atrás de la nuca del cordobés, agarrando sus cabellos entre sus dedos, acercando su cara más a la suya. Sin dejar espacio y sin querer que suelto terminará. Hacia años que no besaba a alguien, pero estaba seguro que no hubiera sentido lo mismo que estaba sintiendo ahora, de alguna manera sabia que esto solo se lo iba a provocar alguien hermoso hombre de tes morena con un notable acento que un día apareció en su negocio sin ni siquiera pedirlo.

Pero ahora lo pedía, ahora pedía más de él, quería que se quedara junto a él y quería disfrutar de él lo más que podía. Y lo iba a hacer, porque entendió que Cristián estaba igual de dispuesto que él para que algo pasase entre lo dos.

Los dos se sentía tan feliz con lo que estaba pasando...

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cortooooo 😋

pero algo tenía que subir, era esto o nada 😔

espero que le haya gustado.

no duden en comentar errores, este lo hice de apresurada.

voten si quieren que sigaaaa 🥰

los quieroooooooooooo

muchitos besitossss

Librería-Café Sonny 《CutixSon》 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora