Librería-Café Sonny 《CutixSon》

Capítulo VI ♧

Narrador Omnisciente

Karen se encontraba limpiando la mesa del mostrador mientras notaba la inmensa y notable tensión que había entre su mejor amigo y su jefe, se podía hasta cortar con un cuchillo, y claramente no era una tensión buena, era pesado y que podía poner incómodo a cualquiera.

Porque era muy obvia.

La rubia no pensaba que Sonny pudiese crear alguna vibra de esa estilo, sus vibras eran tan dulces y amables, nunca pensó verlo enojado o algo, aunque el trababa de no demostrarlo, pero el que no lo ayudaba en eso era Cristián.

Ninguno de los dos se estaba viendo, pero aunque estuvieran a un metro de distancia se sentía la mala vibra en el aire, la rubia pensó en los sumerios que solía prender cada noche, hubiese sido buena idea traerlos.

La tensión había comenzando hace unos días, pero parece que habían aumentado, porque Cristián y Sonny habían tenía otro enfrentamiento, y no tuvo que ver con el de la otra vez, sino uno que había pasado minutos antes.

Donde el asiático volvió a reprocharle lo ignorante que era.

Karen, cansada de aquella situación, se acercó a su amigo en busca de respuesta, ya que no entendía la relación que tenía él con su jefe, y porque había tanta tensión entre ellos si no se comunicaban.

— ¿Se puede saber que esta pasando? - preguntó la rubia interrumpiendo la lectura de Cristián.

— ¿Qué está pasando? - dijo con indiferencia, sin despegar su vista del libro.

— Entre tu y Heung-min - contestó con obviedad.

— No sé de que estás hablando... - respondió evitando completamente el tema.

— ¿Por qué te ha llamado ignorante?

Cristián la miró al fin.

— Porque parece que es lo que soy - admitió con un semblante serio.

— ¿Qué quieres...?

— ¿Cómo se le pide disculpas a alguien? - dijo curioso, interrumpiendola - porque me ha pasado algo recientemente, y me he disculpado, pero parece que no fue suficiente.

— ¿Fue una disculpas sincera?

— Una disculpa es una disculpa - pensó - ¿Qué es eso de una disculpa sincera?

— ¿Eres idiota o... Idiota?

— Es que no lo entiendo, yo me disculpe.

— Esta perfecto que te hayas disculpado, puedes disculparte las veces que quieras, Cristián - afirmó - pero lo que realmente vale a la hora de disculparse, es que te muestre apenado verdaderamente arrepentido de lo que has hecho, y muestres el interés de querer arreglar las cosas.

— ¿Y cómo hago eso?

— Eso debes pensarlo tu, Cris. Tu te equivocaste.

Y al finalizar de eso, se fue para continuar con su trabajo. El cordobés la observó irse, y rápidamente dirigió su mirada al asiático, que ahora se encontraba ensimismado en unos papeles que tenía sobre le mostrador.

El argentino lo dudó unos segundos pero tomó el valor suficiente y se encaminó en dirección al coreano, no sabia bien lo iría a hacer, pero sinceramente se quería disculpar.

Tal vez no había entendido muy bien lo que había hecho, pero se sentía pésimo de haber hecho sentir mal al mayor, era lo que menos buscaba. Y ahora quería disculparse, y volver a empezar de cero con aquel lindo asiático.