Capítulo II ♧

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Narrador Omnisciente

El asiático, más específicamente coreano, se encontraba acomodando una larga pila de libros que tenía entre sus manos en sus respectivos lugares. Tenía libros de casi todos los géneros y tenía que ir por cada una de las secciones cada que agarraba uno.

Habían pedido libros nuevos, como ediciones nuevas, y hoy le habían llegado, estaba entusiasmado de poder poner cada uno de ellos en su lugar y después poder admirarlos.

Amaba su trabajo, amaba lo que había conseguido con tanto esfuerzo, y que el idiota de hace unos días lo menospreciara lo hizo enojar mucho. Ni siquiera le había prestado atención al nombre de lugar antes de entrar.

Todavía recuerda lo último que había dicho, y aún no se había presentando en el lugar, aunque tampoco lo esperaba, era un chico muy lindo, pero lo lindo también lo tenía de bruto.

Exhaló pesadamente al recordar lo ignorante que fue, y se dignó nuevamente a concentrarse en sus cosas.

- Oye Heung-min - su hermano mayor lo estaba llamando, entre los dos podían hablar tranquilamente en su idioma natal.

Heung-yun, su hermano tres años mayor, había ido de visita a Inglaterra para ver a su hermano menor, y este lo llevó a trabajar con él el tiempo que se hospedase, esto era para tener el tiempo de conseguir un nuevo empleado.

El anterior había renunciado por una enfermedad que tenía su madre y no podía seguir los horarios que requería el lugar, así que tuvo que conseguirse otro. No le había avisado de esto a Sonny, y cuando le presentó la renuncia y los motivos de esta se quedó perplejo.

Las dos primeras semanas que trabajo solo fueron las más difícil de toda su vida, hasta que llegó su hermano mayor para salvarlo.

- Alguien en el mostrador te está buscando - le dijo su hermano quien se fue rápidamente antes de que el menor pudiese pedirle ayuda con los libros en sus manos.

Suspiro...

Lo había contratado pero era igual que no tener a nadie.

Tuvo que decidirse a llevar todos los libros con él, le era muy difícil apoyar uno de sus preciados libros en el piso, adoraba y cuidaba a esas cosas con su vida. Eran como sus bebés, y eso que tenía muchos.

Bajo las escaleras de pasillo con cuidado y se dirigió hasta el mostrador con la cabeza escondida en la pila de libros. Literalmente veía el camino mirando el piso, pero no le resultaba cosa difícil llegar al mostrador, se sabía el lugar de memoria, podía ir hasta con los dos ojos cerrados.

Pero que suerte que no los cerró.

Siguió caminando hasta que paró en seco al ver, siempre mirando al piso, que había una persona enfrente suya, y ya que estaba al lado del mostrador, concluyó que era la persona que lo estaba buscando.

- ¿Te pudo servir en...? - empezó a preguntar el coreano mientras movía su cabeza fuera de la pila de libros así podía verlo, pero se calló al reconocer a la persona que tenía enfrente.

"El chico lindo pero bruto"

Pensó para sus adentros.

- Uh... Casi hacemos una de esas tomas románticas donde chocamos, los libros se caen al piso y yo te ayudo a recogerlos - bromeó Cristián con una sonrisa pintada en su cara.

- Si uno de estos llegaba a tocar el piso, te mataba - aclaró Sonny para dirigirse al mostrador y dejar la larga pila de libros ahí - ¿Te puedo servir en algo? - le preguntó sin mucha cordialidad.

Librería-Café Sonny 《CutixSon》 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora