Capítulo XIV ♧

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Narrador Omnisciente

El día anterior Karen había ido a su trabajo pero se llevó la gran sorpresa del que el negocio estaba cerrado, con algunos clientes intentando ver detrás de las persianas cerradas de la ventana, ya que aquello era inusual. Sonny no era alguien que no iba al trabajo, él mismo se lo había contando. Le dijo que lo había nada más importante en su vida que su trabajo, ya que era lo único en lo que se dedicaba.

Así que se quedó unos minutos esperándolo en la puerta, esperando su llegada para luego mandarle unos mensaje que no fueron contestados. Al no recibir señalas de él luego de un rato, se marchó confundida, esperando que no le haya pasado nada grave. Algo que también le había parecía extraño es que Cristián no se había presentando, en muchas ocasiones él era el primero en llegar. También le escribió esperando que el incidente con su celular no haya sido nasa grave.

La rubia llegó a su trabajo a la mañana siguiente y encontró a su jefe acomodando las sillas del lugar mientras era ayudado por Cristián. No tuvo que mirarlo muccho pars notsr que los dos se sonreían contentos, viéndose con un brillo especial en sus ojos, sin mencionar sus miradas coquetas.

¿Acaso no estaban mal hace menos de dos días?

Karen se preguntó aquello mientras se disponía a entrar al lugar, captando la atención de los hombres, quienes tomaron caminos diferentes en el momento que la vieron dirigirse hacia ellos. Son fue el que se quedó en su lugar para poder saludar a su empleada y de paso poder disculparse por lo de ayer.

- Buenas días, Karen - la saludó con una acogedora sonrisa.

- Buenos días, Sonny... Veo que ya acomodaste todo - dirigió su mirada por todo el lugar para luego caer en su amigo, quien ya se encontraba leyendo un libro.

- Si... Cristián llegó más temprano de lo usual... - respondió con una tierna y tímida sonrisa adornando sus labios, que Karen no paso por alto.

El día de ayer los dos se tuvieron que despedir luego de unas largas horas pasando el momento juntos, después del beso se volvieron a dormir y se despertaron al mediodía para comer algo. Cristián se quedó toda la tarde junto a Heung-min, estos dos no se despegaba ni un rato, hasta que el menor se tuvo que ir. Se despidieron con un duradero abrazo y cada uno siguió por su lado alegremente.

Hoy el menor se despertó más temprano de lo usual por la emoción que tenía de volver al coreano, con el cual se encontró a penas llegó a la librería, los dos habían llegado a la vez y se sonrieron con ternura para acercarse al otro y darse un agradable y cálido abrazo. No se habían vuelto a besar después se su primer beso, pero igual las ganas no faltaban. Los dos habían concordado en ir despacio, querían conocerse bien antes de apresurar las cosas y que salgan mal.

- Así lo veo... - contestó la muchacha sospechando ciertas cosas - también veo que ya se arreglaron... - notó un sutil sonrojo en las mejillas del mayor siendo acompañado con la misma sonrisa de antes y luego asentir.

¿Si ayer no había abierto como y cuando fue que esos dos se habían arreglado? Además aquel sonrojo y esa sonrisita no podían ser pasadas por alto, al menos no por Karen, ya tenía en cuenta que algo pasó entre ellos dos, la cosa en que sabe qué y tampoco en que momento.

Heung-min le pidió permiso y se retiro con camino hacia el mostrador sin evitar dirigirse una mirada cómplice con Cristián quien simplemente había levantado la vista del libro para verlo a él. Se dejaron de mirar rápidamente e inconscientemente los dos sonrieron.

Librería-Café Sonny 《CutixSon》 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora