CAPÍTULO 28

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Annie

La chica esa, flor, dijo que esas balas estaban jodidas por brujas y por esa misma razón mi hermano cayó al momento en que cayó Sadock, que no nos preocupáramos porque despertaría, la cosa es que no se sabe cuando.

Estaba llena de preocupación por mi hermano y de verdad que me quería quedar con él para cuidarlo, la mirada severa de Dereck me decía que nuestro tiempo aquí había acabado, ya van tres días después de la guerra, y al parecer está chica; Alexa, sabe cuidar de mi hermano, no le ha quitado el ojo de encima.

Pasa todo el tiempo con él a excepción de los momentos en los que Rosita le tiene que dar baños, siempre sale sonrojada de la habitación.

Ellos son algo complicados, porque si hablamos del carácter de mierda de mi hermano y las actitudes un poco curiosa y delicada de esa chica, son un nudo de peleas.

—Llegó el momento de partir —me dice Dereck, yo asiento con la cabeza, abandonado la cabaña.

Me monto en Infierno y comenzamos a caminar hacia el portal, se supone que ningún guardia sabe que vengo para acá, ningún guardia sabe que estoy apunto de ir al inframundo, por eso visto con una toga con capucha que cubre mi rostro, no llevo ningún collar en el cuello así que mis ojos son rojos, uso una peluca castaño claro y sin olvidar mi máscara negra, la blanca era solo especialmente para matar a Lila ya después de su muerte no me servía, y más que todo porque se llenó de sangre.

Máscara blanca para relucir la libertad y paz que trae con sigo la muerte de Lila, el limpiar mi nombre a pesar de lo difamado y sucio que a quedado, su sangre embarrada en la máscara fue el fin de una guerra interna conmigo misma.

Atravesamos el portal junto con el resto de demonios que estaban listos para regresar a casa, al reino de guerra.

Cuando atravesamos el portal a lo lejos estaba una chica estudiando a sus guerreros.

—¿Quien es? —le pregunto a Dereck casi reconociendo a la chica.

—Ella es Zaria, la duquesa del reino de la guerra, nunca te lleve porque te hubiera convidado a pelear y con lo terca que eres hubieras aceptado. Ella nunca ha perdido ni una sola batalla.

Me incorporo. Eso sonó jodidamente interesante.

Me quito la máscara y la coloco en un bolsillo grande de mi toga, me bajo de Infierno y cuando ya estamos cerca de Zaria me doy un golpe con la realidad.

—¿Zazy? —le digo haciendo que se gire a mirarme.

Palidece y me sonríe.

—Hola, Annie, yo... solo, soy yo, ya sabes yo, tu amiga, no sabía nada, me enteré cuando se descubrió tu verdad, pero antes de eso no sabía nada, ni se te ocurra pensar que fingí que no sabía quien eras porque no —me abraza —, estoy feliz de que estés aquí, ahora las salidas aquí van a ser más frecuentes y no tendré que tener cuatro ojos por estar en territorio de hombres lobo.

Se despega de mi me zarandea feliz.

—Perdóname, porque si sabía quien eras en la última vez que nos vimos en el bar —señala a Dereck —, él... me hizo perseguirte hasta encontrarte.

Miro a Dereck y se encoge de hombros como si nada, le da igual. Se va hacia Cerbero al parecer.

—Relájate, también pensé en eso de salir, no quiero pasar tanto tiempo con él —le digo con voz baja y le señalo con mis ojos a Dereck que está con Cerbero acariciandolo mientras éste olfatea a su hijo.

MI PERVERSO REY DEMONIO [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora