MI PERVERSO REY DEMONIO [#3]

CAPÍTULO 30

Annie

—Ni se te ocurra hacer un acto imprudente en casa de mis padres, tuve que tantear el terreno primero para para que mi padre no saque la escopeta y mi mamá la escoba.

—Te lo he prometido más de siete veces en el camino, ¿cuantas veces tengo que repetir que seré el mejor yerno que tus padres podrán tener? —trago saliva y entrelazo mis dedos con los suyos nerviosa —, relájate lobita, todo saldrá bien, confía en mi, no es como que vaya a condenar a tu padre al foso de fuego solo por colaborar con tu hermano y fingir tu muerte.

Me paralizó cuando estamos en la entrada de la casa y él me sonríe burlesco.

—Es una broma, lobita, es tu padre, no le haría eso —me sonríe y yo me calmo para luego entrar a la casa, ya que la puerta está abierta.

—Eres un idiota a veces —entrelazo mi brazo con el suyo y recuesto mi cabeza en su hombro.

—Sí, soy un idiota al que amas y montas mientras gritas que me perteneces, y no satisfecho este idiota te preñara con un algo que sea nuestro —mi cuello se calienta y aprieto su brazo nerviosa.

—No hables así aquí, nos podría. Escuchar y me da vergüenza con mis papás —siento sus labios en mi cabeza.

—Solo te preparo psicológicamente para lo que va a pasar en casa cuando regresemos —despegó mi cabeza de su hombro y le sonrió.

El me responde la sonrisa y yo ruedo los ojos.

—¿Y que te hace pensar que no me iré a visitar a Zaria y te dejare todo el día solito? —acaricia la cadera.

—No lo sé, tal vez me tocará secuestrarte y dejarnos encerrados en nuestra habitación, Zaria se las puede arreglar con mi hermana en compañía —suelto una risita para luego besarme en los labios de manera tormentosamente rápida, ya estoy muy acostumbrada a los besos largos que me da pero estamos en casa de mis padres.

Ya habíamos salido al patio trasero, todo era felicidad hasta que mi mirada choca con las personas que permanecen sentados en la mesa de jardín.

Danton... mi hermano está aquí, ¡mierda! ¿Como mierda?

Está junto a mis padres y a su mate Ale, la cual no oculta la sorpresa, una casi igual a la mía, pero la diferencia es que yo me estoy consumiendo por dentro.

Mi hermano está furioso, su mirada se han pintado de rojo intenso, mi padre le coloca una mano en el hombro y lo regresa a su silla intentando calmarlo pero lo único que puedo hacer es aferrarme

Alexa lo comienza a relajar y noto como su ira se comienza a aplacar, pero eso no le evita arremeter con enojo hacia nuestro padres.

Mis nervios se dispararon al límite cuando dejó ver sus colmillos y sus garras mientras su mirada se iba transformado en un maldito caos llenos de rabia y maldad.

Dereck me toma de la cintura y me deja detrás de él por si a mi hermano se le ocurre comentar una locura, y aunque Dereck siempre esta dispuesto a protegerme es mi hermano y nunca me haría daño físico, así que por eso miro hacia un lado de su cuerpo y veo como Alexa se a sentado en las piernas de mi hermano intentando relajarlo.

—Creo que es mejor que regresemos —le digo a Dereck apretando su suéter por detrás.

—No, no soy un cobarde y tu hermano no me intimida —camina hacia adelante donde se encuentra mi familia sentada.

Cosa que me pone más de los nervios.

—No estoy armando ningún berrinche —es lo primero que se escucha cuando ya estamos lo suficientemente cerca como para apreciar sus gritos—, saben que es mi enemigo y al parecer ahora el único, puede que haya ayudado haces semanas atrás, pero eso no establece lazos de amistad, es un maldito que huele a almas en pena.