CAPÍTULO 11

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Annie

Las emociones de tener un mate son muy intensas, hasta he visto casos que rozan la obsesión, comienzas a sentir que si no estás cerca de esa persona el aire te falta y se te comprime el pecho, que cuando no lo ves sientes esa necesidad absurda de querer tenerlo cerca veinticuatro siete.

Ese todavía no ha sido mi caso, o bueno, no lo es hasta mañana, o mejor dicho... hasta las doce en punto, ¿que hay de especial con el día de mañana? Bueno, es tan sencillo como decir que comienzas a sentir mariposas, pero esta vez en el coño.

La temporada de calor o celo... ¿que sería de los hombres lobo sin estos días tan icónicos donde los embarazos aumentan y nuestra raza prevalece, ¿pero para mi? Para mi nunca fueron sencillos estos días, me enloquecía a sobre manera, tanto que me iba a una cabaña sola y encerrada a pasar las frustraciones, y cuando llegue a la manada capital, le pedí a mis padres una cabaña, y bueno, ahí la pasaba.

Nunca tuve alucinaciones o me altere mucho más de lo debido porque nunca tuve a mi mate tan cerca, pero ahora... ahora comenzarán las alucinaciones y tengo miedo de lo que me pueda pasar...

Malditas alucinaciones de mierda que solo le dan a Alphas reyes... yo no soy un Alpha rey pero si soy su desendencia, y aunque carezca de poder Alpha rey conmigo se vino varias cosas que también le pasan a mi hermano... solo por ser mellizos, si hubiera nacido después, tal vez las cosas serían diferentes.

—¿Estas bien? —me dijo Dereck haciendo que reaccionara.

—¿Que? -le digo como idiota quitando mi mano de mi barbilla y bajando mi codo de la mesa —, lo siento, no te escuche.

Dereck levantó una ceja.

—¿Que es lo que tanto perturba tus pensamientos? —me humedezco los labios y suspiro.

—¿Que hora es? —el me escanea dudoso e intrigado para luego mirar el reloj de su muñeca.

—Son las once y cuarenta minutos, ¿por qué? —trago saliva mientras explayo los ojos.

—¿Las... qué... qué? —le pregunté y entrecerró los ojos dudoso.

—¿Que sucede Annie? Y quiero la verdad —me recuesto en mi asiento.

Lo vi repiquetear los dedos en la mesa esperando mi respuesta, pero cuando iba a pronunciar palabra llegó el mesero con nuestras comidas así que sonreí agradeciendo la interrupción.

—Se ve delicioso, muchas gracias por esta salida fuera de casa —agarro el cuchillo y el tenedor y comienzo a cortar la carne.

Al parecer hizo que los chef de este restaurante me cocinara comida especial, ya que todo es del inframundo.

Estábamos en un restaurante muy conocido del inframundo, muy elegante y costoso, ni siquiera estamos junto a los demás, estamos en una mesa especial que queda en un balcón.

Hablando de la gente de aquí... todos me quedaron viendo anonados cuando me vieron al lado de su rey.

—¿Acaso estas evadiendo mi pregunta? Lobita —trago el trozo de carne y le sonrió.

—No...¿como crees? —comienzo a meterme mucha comida en la boca —, lo qué pasa... —y no sé me escuchaba nada de lo que decía —, entonces es por eso.

—Vaya jodida explicación, la mejor que me han dado —me dice y yo ruedo los ojos.

—Vaya jodido sarcasmo el que tienes —de repente tengo que soltar los cubiertos porque me comienzan a elevar por los aires con todo y silla —, ¿que estás haciendo? Dereck.

MI PERVERSO REY DEMONIO [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora