CAPÍTULO 22

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Annie

La felicidad inunda mi pecho al saber que voy a conocer a la chica que tal vez le cambie la vida a mi hermano, después de tanto tiempo, hasta había llegado a pensar que mi regalo no serviría para nada y que esa vieja bruja amargada supuesta reina del aquelarre me había mentido por meterme como una loca a su reino.

Ahora resulta que no, que si funciono, no me han dicho nada de como es ella, la verdad es que tampoco es que me importe como sea, solo que haga feliz a mi hermano amargado y que tal vez se le quite lo antipático después de muchos años.

Entro a la casa y hay un silencio, realmente parase que no hubiera nadie en la casa, todo esta como siempre, o sea, aburrido.

Como no veo a nadie camino hacia el patio trasero y es ahí cuando noto a una adolescente leyendo, me paniqueo cuando veo donde esta recostada, maldición, esta chica no quiere ver la luz del día siguiente, ¿Quién carajos será? ¿acaso es familia de Rosita?, no sé, tal vez rosita es su tía bisabuela o algo así.

De la manera más bonita y amable me acerco a ella para no asustarla, así la quito del árbol sin que mi hermano no sé de cuenta y no la asustare.

—¿Te gusta el árbol verdad? —Le pregunto, de igual formas se asusta al escuchar mi voz, sus ojos color miel se dijeren hacia mi.

Le doy mi mejor sonrisa intentando opacar las alarmas de preocupación.

—Sí, en realidad es muy hermoso y te da una hermosa vista al campo de flores— me dice devolviéndome la sonrisa.

—Bueno, este árbol tiene mucho valor sentimental —le digo para luego tocar el corazón tallado, al parecer por su cara de interés no lo había visto.

—No lo había visto —me dice confirmando lo que había creído.

—Sí... —digo algo incomoda, pero ya encuentro la solución para que se levante de ahí —¿Quieres que te cuente una historia? —creo que si la asusto en forma de historia tal vez no se comporte antipática y me desobedezca con querer levantarse del árbol.

—Sí.

—bueno... —comienza a decir.

Comencé a contarle la historia de ya hace muchos años cuando no tenia más de veinte años de la muerte de mi ex cuñada, donde el animal de mi hermano se le ocurrió que matar una familia era una buena solución a sus problemas de polla frustrada porque era temporada de calor y era viudo, tenia las emociones al mil.

Su cara era más que asombro, estaba muy quieta y algo asustada pero aun asi no se levantaba del árbol y algo en mi me decía que no le gritara porque la iba a asustar, esta chica no es nada a lo que era yo a su edad, ella es como más... no sé como decirlo, ¿delicada?, porque realmente tengo ganas de gritarle párate del piso y aléjate de ese maldito árbol  si no te quieres morir hoy.

—No puede ser, ¿él fue tan cruel? Era un niño... — pregunta impactada.

—Bueno si, antes, aunque ahora lo sigue siendo un poco, o bueno no sé, estos días ha cambiado mucho —como veo que no se levanta me resigno a insistirle a esta chica, creo que solo me falto abrirle los ojos y mirar el árbol y luego a ella. Aun que me sorprende que mi hermano que siempre tiene la vista fija al árbol no la haya matado —, ¿sabes por qué te cuento esto? —le digo.

Creo que su carita de curiosidad es muy tierna.

—¿Por qué?

—Porque eres la primera persona a la cual Danton no le ha hecho nada al estar en su árbol —le doy la ultima sonrisa, y como no entendió pues llego el momento de ser directas, espero que no me salga con algún tipo de grosería —, bueno ya me voy. Bueno, te aconsejo que mejor que te levantes de ahí antes de que corras con la misma suerte —me doy una vuelta para irme.

MI PERVERSO REY DEMONIO [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora