Capitulo 26

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─ ¡Yo primero! ─gritó cierto Haitani ingresando a la habitación.

Ran se dió la vuelta para ver a su hermano que caminaba hacia ellos para ver mejor a la pequeña bebé que estaba tomando de la leche del pecho de su madre.

─ Definitivamente es una Haitani ─habló Rindō─ Mira esos ojos, saco los hermosos ojos del tío Rindō ─.

Ran ante frunció el entrecejo, su hermano tomó la pequeña mano de la bebé y le dió suaves caricias, Reiko por su parte renegaba cuando sintió que alguien más que no sea su papá o su mamá la tocaba.

─ Buen trabajo Aoi, tiene más tu apariencia eso es tranquilo ─siguió bromeando su cuñado.

─ Bueno Amy te llama así que debes irte ─dijo su hermano señalando la puerta.

Rin rió con más fuerza y se alejó para después salir de la habitación, Ran giró hacia Aoi que estaba a punto de dormirse pero se mantenía para poder alimentar su hija hasta quedar satisfecha.

─ Dámela, deberías descansar ─le dijo Ran.

─ Espera quiero tenerla en mis brazos todavía ─contestó con la voz cansada.

─ Duerme un poco además aquí está su cuna, estará todo el día aquí contigo ─responde.

Aoi solo asintió y le dió a la pequeña criatura, Ran con cuidado la tomó entre sus brazos y le dió un beso en la frente para después dejarla en aquella cuna, miró a Aoi y está ya estaba dormida así que solo se sentó en el sillón así quedando dormido el también.

Tres días después Aoi tuvo su alta y salió del hospital junto a Ran y su pequeña bebé, los demás acordaron esperarlos en la mansión y hacerle una pequeña bienvenida tanto a la madre como a Reiko. Ran abrió la puerta del copiloto y con cuidado hizo ingresar a Aoi, el subió a su lado y encendió el coche dirigiendo finalmente a casa.

─ ¿Cómo está mi pequeña? ─preguntó Ran con una leve sonrisa sin despegar su vista del camino.

─ Es muy dormilona ─dice Aoi mientras la veía─ Recién despertó pero ahora está durmiendo otra vez ─.

─ Reforzaremos la seguridad en la casa ─dijo Ran─ Hasta que Rei por lo menos tenga 10 años ─.

─ Tienes razón, hablaré con mis hombres ─dice Aoi.

Al llegar a la mansión se dieron cuenta que ya estaban todos por los autos y motocicletas que llenaban el estacionamiento, Aoi bajo y camino hacia la puerta con Ran detrás de ella, al abrirse la puerta todos los veían con una sonrisa.

─ ¡Bienvenidos! ─.

─ Primero quiero ver a la nena ─dice Baji con una gran sonrisa─ Pero si es una belleza, nada comparado con el papá ─.

Ran lo miró con furia.
─ ¿Quieres morir otra vez pelos?.

Baji le saco el dedo del medio y fue a sentarse en el sofá junto a Draken y Mikey, todos llegaron con pequeños obsequios tanto como para la niña como para Aoi.

─ Mi bebé tiene a todo el mundo a sus pies, no necesita de nada más ─dijo con orgullo mientras cargaba a su bebé.

─ ¡Ran, no seas grosero! ─dijo Aoi golpeando su espalda.

Ran solamente rió al escuchar a los demás quejarse y discutiendo de quién tenía el mejor regalo para Rei. Aoi por su parte notó que la pequeña comenzaría a llorar por las otras voces así que le quitó con cuidado de los brazos de su padre.

─ Iré a dormirla ─dice mientras sube las escaleras.

─ Iré contigo ─dijo Yuzuha siguiendola.

DIVINA DESTRUCCIÓN | RAN HAITANI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora