Capitulo 23

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Trabajé mucho tiempo con Kan en mi adolescencia, pero nunca ví este lado tan ¿Paternal? ─hablo Ran mientras cerraba la puerta del despacho.

Aoi lo miró con una ceja levantada, analizo cada movimiento que Ran estaba haciendo, por supuesto no era idiota, sabía lo que estaba haciendo.

─ Bueno es lo más cercano que quedó de mi madre, técnicamente el iba ser mi padrastro, iba tener un hermano después de todo ─responde.

Con pasos lentos Ran se acerca a ella y con un giro bastante bruto la deja muy cerca de su pecho, siente la respiración de ella chocar contra su camisa morada, el, lentamente baja su cabeza hasta llegar al cuello de Aoi para así empezar a darle besos por toda esa zona.

Por su parte ella no se quedó atrás y sus manos fueron a la ancha espalda de el para darle caricias, le dió más acceso a Ran al echar hacia un costado su cabeza, esto aprovechando el para darle más besos y que este se tornaran más húmedos.

Los suspiros de Aoi no tardaron en hacerse escuchar por el despacho, finalmente Ran dejo de besar el cuello de su pareja para verla directamente a los ojos, ambos lo necesitaban y no era necesario que hablaran, sus miradas ya lo describían todo.

Las frías manos de Ran comenzaron a desabrochar botón por botón la camisa de Aoi, paso su lengua por sus labios al ver el sostén rosa pastel de encaje.

─ Antes, hubieran sido de ositos rosas y de algodón ─murmuró entre risas.

Ella rodó los ojos y rápidamente se deshizo de su sostén dejando a vista sus pechos, solamente para el. No perdió el tiempo y su boca fue a esa zona tomó a Aoi de la cintura y la alzó en el escritorio, ella llevo sus dedos a la cabeza de Ran y acarició los finos cabellos mientras de su boca se escuchaba los primeros gemidos.

─ Ah~ Ran ─susurró ella en la oreja de él.

Ran, debido al placer que estaba sintiendo ya en la zona de su entrepierna se apego más a Aoi y la recostó en el escritorio, no importando nada de los papales o las demás cosas que hubiera en encima.

Se deshizo de su corbata y rápidamente la arrojó al suelo, seguido de eso desabrochó su camisa dejando su torso completamente a la vista de ella, Aoi se levantó un poco y lo atrajo a ella nuevamente para besarlo con intensidad, por supuesto que lo deseaba, siempre lo hizo, pese a por su culpa su corazón se había roto.

Ran tuvo mujeres a su disposición en su juventud todas las que el quería pero sus ojos solamente se fijaron en una sola chica.

Este Ran también había tenido varias mujeres con el físico muy bien desarrollado, tuvo a todas a sus pies al ser el ejecutivo de una organización, era el codiciado premio que una mujer querría en su cama.

Pero el solamente le pertenecía a una sola chica, a una sola mujer, esa era y es a la que ama y está frente suyo ahora compartiendo un beso tan apasionado, su Aoi.

─ Hagámoslo ─le dice ella en un tono agitado.

Desciende sus finas manos hasta el broche del pantalón de Ran y lo baja quedando así solamente en boxer, esta vez ella le dirige la mirada a el mientras metía su mano dentro de la prenda íntima, el ceño fruncido de Ran se hace presente al sentir la mano de Aoi en su miembro.

─ Por qué está tan tenso señor Haitani ─le dice ella levantándose de la mesa y ahora dirigiéndose hacia abajo de rodillas─ Ya habíamos hecho esto antes ─.

Sin despegar la vista de el, abrió su boca y comenzó a introducirlo, Ran soltó un suspiro largo para luego mirar hacia arriba. Aoi comenzó a meter y sacar el miembro de su boca, el leve suspiro de Ran y los obscenos sonidos eran lo que se escuchaban en la habitación.

DIVINA DESTRUCCIÓN | RAN HAITANI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora