Especial

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Desde que nació fue el mayor orgullo de sus padres, especialmente el de Ran Haitani, el mismo le había puesto el nombre que lleva ahora, Rei

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Desde que nació fue el mayor orgullo de sus padres, especialmente el de Ran Haitani, el mismo le había puesto el nombre que lleva ahora, Rei.

Su niñez fue lo que cualquier niña de aquella edad pudiera desear, todo lo tenía, a los 8 años de edad se la pasaba en el despacho con su padre viéndolo trabajar, le gustaba los negocios y ella quería aprender más.

A medida que fue creciendo se interesó por las motocicletas y Ran fue el encargado de decirle sobre estás, luego de eso la inscribió en una academia de motocross, dónde colocó a Ryuguji Ken como su entrenador y mecánico personal.

Una motocicleta frenó frente a un hombre que miraba a la chica con una sonrisa orgullosa, está se sacó el casco y le devolvió la sonrisa al hombre mientras bajaba de la motocicleta.

─ Están perfectamentes en condiciones, le haré unos mantenimientos a los resortes es donde tienes un pequeño contratiempo a la hora de saltar ─le explicó.

─ Es por eso que confío tanto en ti Draken, siempre sabes dónde está el problema en mis motocicletas ─dijo mientras le daba las llaves de la moto.

─ También lo hago por tu seguridad, estás competencias son muy peligrosas después de todo ─responde.

─ Para mi no, es más me gusta la adrenalina que siento al saltar por los aires y lograr hacer esas piruetas ─dice.

─ Hace unos momentos casi te sufres un accidente, eso no me gustó para nada, es a causa de los resortes ─habló.

─ ¡Oh! Cuando hice ese salto en el aire, lo sé te vi por unos instantes, quedaste despeinado del susto ─bromeó, soltó una gran carcajada al ver el rostro molesto del pelinegro con trenzas.

─ No es gracioso ─.

─ Bien, bien, las clases van a comenzar dentro de poco iré a los vestuarios ─dicho esto camino fuera del predio de prácticas.

─ ¡Llevaré tu motocicleta en la tienda para verla mejor, te lo devolveré pasado mañana! ─gritó para que la chica lo escuchará.

─ ¡Hecho! ─.

Ingresó a los baños de mujeres y se deshizo de su prenda deportiva, se soltó el cabello y rápidamente entro bajo la ducha, un baño de 20 minutos y estaba lista nuevamente ahora con su uniforme puesto, tomó su bolso y salió del lugar, fuera de ahí se encontraban dos chicos más.

Ella no era la única Haitani, sus hermanos dos gemelos que vinieron cinco años después de ella, se dice que solo los gemelos tienen una fuerte conección con el otro.

─ ¿Cómo fue la práctica? ─preguntó ellos.

─ La motocicleta falta tener unos arreglos más ─dice mientras subía a su otra motocicleta.

Los otros dos imitaron su acción, ambos comenzaron a seguir a la femina, finalmente a la gran velocidad que iban llegaron al instituto. Después de estacionarse bajaron e ingresaron atrayendo todas la miradas de los demás estudiantes.

DIVINA DESTRUCCIÓN | RAN HAITANI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora