Capitulo 3

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Incidentes y Negocios

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Aoi veía al hombre completamente moribundo en el suelo, se levantó de la silla y se acercó a el, saco el arma de su cintura y le dió un certero disparo en el corazón.

─ Llevenle un pequeño presente a ese viejo ─miro el cadáver.

Estos asintieron y ella salió de aquella bodega mientras se sacaba los guantes ingresó a su coche y salió de aquel lugar, mientras iba manejando en la carretera una de las empleadas llamo diciéndole que nada más y nada menos Ran Haitani estaba esperando en su sala.

─ Nunca se va cansar ese idiota ─murmuró mientras pisaba el acelerador.

Por su parte Ran estaba en la sala con tranquilidad bajo la furiosa mirada de algunos guardaespaldas, el ni se inmutó ante estás miradas y siguió sentado como si fuese su casa.

Por su parte los guardaespaldas no podían hacerle nada puesto que su jefa no dió órdenes así que tenían que aguantarse y ver la cara de burla que les daba el mayor de los Haitani.

Se escucharon pasos y una linda vocecita, Ran giro a ver y todo su tranquilidad se fue al tacho, con dos empleadas y Amy estaba un niño con un juego de carros, Ran pensó lo peor pues su cabeza se inundó con las ideas de que el por qué Aoi lo estaba evitando fue por qué se había convertido en mamá.

Pero después recordó que ella estaba en la cárcel, aún así pensó que el niño tal vez era adoptado.

─ Aoi viene en unos momentos así que quédate aquí y no vayas más allá por qué no sales vivo ─habló Amy.

─ Claro ─contesta Ran con sarcasmo.

Minutos después la puerta se abrió dejando ver a Aoi rápidamente las empleadas tomaron su bolso, arma y guantes, Ran notó pequeños rastros de sangre en la camisa y en el guante.

─ Creí ser clara con lo de esta tarde ─habló ella.

─ Y yo te había dicho que no sería fácil sacarme de tu vida ─contesta.

─ Quieres hablarlo aquí o en el despacho ─dice.

─ En el despacho mejor, tengo muchas cosas que decirte ─responde levantándose.

Aoi comenzó a caminar hacia la puerta de madera, abrió está y paso dentro de la habitación, Ran por su parte también ingresó y cerró la puerta.

─ No sabía que tenías un hijo ─habló el.

Aoi se quedó congelada ante esas palabras.

"Hijo"

Ella nunca más tendría uno, a causa de aquella vez en la prisión.

─ No es mi hijo, es de una conocida ─responde cortante.

─ Aoi se que tu no quieres hacer tratos con nosotros, pero además de que quiero hablar cosas personales contigo vengo también a decirte que necesitamos tu ayuda ─dice.

─ Por que Bonten necesitaría mi ayuda, no se supone que son una *buena organización" ─contesta prendiendo el cigarrillo.

─ Haremos una fiesta, ya sabes de eso y la otra parte de la Yakuza que no te acepta quiere atacarnos esa noche ─responde.

DIVINA DESTRUCCIÓN | RAN HAITANI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora