Kim Seokjin a pesar de tener años a cargo de su hermano donde siempre daba lo mejor de sí para que se convierta en un buen hombre, no se consideraba el mejor ejemplo a seguir. Sabía que no era la mejor persona del mundo, pero aun así siempre se consideró alguien maduro, alguien que sabía sobrellevar cualquier situación, alguien frio en cuanto a tomar decisiones racionales.
Pero como cualquier ser humano, de vez en cuando había tenido momentos de estupidez. Como en su primera borrachera donde junto con sus amigos terminaron llenando una piscina con gelatina, o cuando peleó con un tipo en un bar solo porque le dijo que no era tan guapo, o cuando con su entonces novia decidieron irse de viaje con un destino aleatorio y terminaron en un pequeño pueblo donde solo había vacas y el olor de su suciedad.
Pero en todo el tiempo que llevaba cuidando de su hermano no se había tomado la libertad de ser estúpido al menos una vez. O al menos así fue hasta esa lluviosa madrugada, esa donde cometió la que se convertiría en su estupidez favorita de toda la vida.
Pero eso no lo sabía esa mañana que se despertó en su sala desnudo compartiendo el calor de un cuerpo ajeno. Por unos segundos al despertar Jin sintió demasiada paz y calma, pero cuando su raciocinio despertó no pudo evitar que sus ojos se abrieran de golpe.
Observó alrededor reconociendo el lugar, sintió la desnudez de su cuerpo y después vio ese rostro que había besado con intensidad unas horas atrás, en ese momento ni siquiera podía creer su estupidez, no sabía que hacer, no sabía que pasaría. Así que haciendo el mayor de los silencios simplemente se vistió y salió de su casa para despejarse, para pensar en sus acciones y sus repercusiones, pero en especial para no tener que enfrentar en ese hermoso muchacho que dormía cómodamente bajo las ahora ya no limpias sábanas de su hermano.
La fuerte tormenta ya había pasado, pero aún los rastros del huracán se veían con la tenue llovizna matutina y el fresco viento que soplaba. Por un momento Jin pensó que debió quedarse en el calor de los brazos de Nam, pero ahí estaba, aferrándose a su chaqueta mientras se habría paso por las calles de la ciudad.
Salió tan apresurado que ni siquiera se le ocurrió huir en el auto, pero no se atrevería a regresar y correr el riesgo de toparse con Nam. Abrumado se detuvo bajo el toldo de un negocio ¿Qué rayos estaba pasando? no tenía tiempo para todo esto. Debería estarse preocupando por conseguir empleo, no de lo que podría pensar el profesor de su hermano de él después de haber pasado la noche juntos.
Se sonrojó al pensarlo y se acuclilló en el piso frustrado.
— Eres un tonto Kim Seokjin. — dijo para sí mismo.
observó los charcos de agua mientras pensaba en Nam y lo lindo que sería no tener preocupaciones. Lo lindo que sería poder permitirse tener alguna relación. Tal vez no le habría importado dormir con Nam, se hubiera quedado acurrucado hasta que despertara o tal vez podría haberle preparado el desayuno. Tal vez habría podido recibir besos de buenos días.
Hace mucho que no pensaba en besos, en una relación, en romance, pero se arrepintió de siquiera imaginarlo cuando sintió las mariposas en su estómago. Se puso de pie frustrado, no servía de nada pensar en fantasías, su realidad no era así y no podría serlo. Tenía que ser realista y darse cuenta de su situación.
Después pensaría en qué decirle a Namjoon, mientras tanto debía enfocarse en seguir subsistiendo en su vida cruel. Así que se concentró en buscar trabajo hasta que le pareciera buen momento para regresar a su casa, tenía que arreglarse para su trabajo en la noche, ducharse y tal vez lamentarse un poco más.
Por su parte en esa sala que había sido testigo de las acciones de dos jóvenes embelesados, Namjoon apenas despertaba debido al frío que cierto vacío le había provocado. Abrió los ojos y tardó unos segundos en recordar todo lo sucedido sonriendo embobado al instante.
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Lluvia de cerezos (Taekook-Kookv)
FanficJeon Jungkook tiene un problema; no sabe ni puede relacionarse con los demás. Esto desde que a los cinco años sufrió de un fuerte trauma. Desde entonces tiene visitas frecuentes con psicólogos y psiquiatras. Ha tenido múltiples tratamientos. Con un...