Lluvia de cerezos (Taekook-Kookv)

5. No quiero

Jungkook despertó de golpe sentándose en su cama, estaba sudando y lágrimas caían por sus mejillas. Había tenido otra pesadilla. Se tranquilizó y al acostumbrarse a la luz observó su entorno y pudo notar un uniforme perfectamente planchado colgado en la puerta de su guardarropa "primer día de clases" se levantó para ducharse. Al salir del baño se puso el uniforme y colgó su mochila en su hombro, suspiró mientras ajustaba su corbata frente al espejo.

—Bien — se decía — todo va a estar bien — después de un último suspiro en su segura habitación se dispuso a bajar. Cuando llegó al comedor su desayuno ya estaba servido y su madre estaba ya vestida para el trabajo.

— Buenos días — le dijo su madre de manera enérgica mientras se paraba con su plato vacío y se dirigía a la cocina — Primer día de clases ¿estas emocionado? —le gritaba desde la cocina. Jungkook se sentó y dejo la mochila a un lado.

— Si — Definitivamente las emociones revoloteaban en él, pero no sabía exactamente qué clase de emociones, tal vez no eran tan buenas si le causaban esas nauseas que no le permitían comenzar con su desayuno.

— Toma — le indicó  mientras estiraba su mano frente a él con un par de pastillas — No olvides las medicinas — Kook las tomó y las pasó por su garganta junto con un poco de agua — Come, saldremos en quince minutos — asintió y aguantándose las náuseas comenzó a consumir los alimentos frente a él.

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El auto se detuvo frente a la institución y al ver a tantos estudiantes alrededor Jungkook pensó que devolvería el desayuno que tanto trabajo le costó tragar, la señora Jeon frunció un poco el ceño en señal de preocupación y tomó el rostro de su hijo entre sus manos viéndolo a los ojos.

—Escucha cariño, todo estará bien ¿sí? — Le decía con una mirada que otorgaba confianza al pequeño — Algunos profesores saben de ti y te van a estar cuidando, también no dudes en llamarme si pasa cualquier cosa ¿de acuerdo? — Jungkook asintió — Todo estará bien — su madre acomodo un poco su cabello de manera tierna y delicada.

— Bien — Jungkook suspiró y su madre lo abrazó.

— Suerte — animó su madre una vez más mientras Kook bajaba del auto, le regaló una última sonrisa tranquilizadora antes de partir. El azabache miró la preparatoria y los múltiples chicos y chicas que entraban en ella igual de uniformados que él.

"Solo ve al aula y siéntate" se repetía mentalmente mientras comenzaba a avanzar. Observaba a los estudiantes y veía a algunos saludándose, abrazándose y conviviendo, seguramente eran de cursos superiores. También observo a algunos solitarios como él y pensó que podrían ser de nuevo ingreso . 

Caminó a paso seguro buscando los horarios para saber en qué aula debía estar. Después de quien sabe cómo esquivar a la multitud para tomar un horario y un mapa para los de nuevo ingreso se dispuso a buscar el aula correspondiente. Sintió alivio al encontrarla y se sentó en un rincón, con la cabeza gacha tratando de no llamar la atención.

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Taehyung refunfuño como un niño pequeño cuando el auto de su hermano desapareció de su vista. Con pesadez combinada con sueño y mal humor se obligó a entrar para empezar con su tormento. Caminaba por el lugar bostezando y arrastrando los pies. "lo mismo de todos lados, lo mismo de siempre" con un aura de pereza después de tomar su horario y demás entró al aula y se dejó caer en un asiento de los de en medio, hundiendo su cabeza entre sus brazos, solo quería dormir cinco minutos más. 

Tal vez haberse desvelado jugando videojuegos cuando sería su primer día de clases no sería una muy buena idea, esperaba no quedarse dormido en ninguna clase, o si llegaba a pasar, mínimo que no lo descubrieran y así recuperar un poco de sueño.