1. Una linda sonrisa cuadrada.

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La lluvia chocaba agresivamente contra el asfalto, la luz de la ambulancia fuera del hospital hacia resplandecer los charcos. El caos de la sirena en la lluvia se acrecentó cuando la puerta de la ambulancia se abrió.

—¿Qué tenemos? — los médicos recibieron a los paramédicos mientras hacían entrar una camilla cubierta para que la lluvia no afectara.

—Masculino, 5 años. Laceraciones de gravedad en cráneo y rostro, a perdido mucha sangre con peligro de hipotermia por la lluvia.

La camilla con el infante entró siendo atendido inmediatamente por los médicos.

—¡Jungkook! — Gritó una mujer desesperada entrando a la sala de espera.

— ¡Jungkook! ¡Levántate!

El chico al que llamaban desde la planta de abajo para que despertara se movía entre sus sabanas apenas tomando conciencia, dispuesto a seguir durmiendo y lo hubiera hecho si no hubieran tocado y abierto la puerta de su habitación.

— Jungkook, cariño levántate hoy es el día del examen, ¿lo olvidas? — le dijo con voz dulce su madre.

— lo sé, ya bajo — respondió el chico sentándose en su cama con una adormilada sonrisa y el cabello desarreglado.

—bien, hazlo rápido el desayuno está listo—  su madre salió del cuarto cerrando la puerta. Apenas esta se cerró el chico se dejó caer en su cama.

—Bien Kook — se dijo a si mismo levantándose por completo de la cama y se dirigió al baño para ducharse.

Jeon Jungkook un lindo chico de 15 casi 16 años estaba cursando su último año de secundaria y ese día tenía un examen de admisión para la preparatoria. Vivía en Seúl con sus padres. Su padre era presidente de una gran empresa y su madre trabajaba en bienes raíces, así que al pequeño azabache nunca le faltó dinero.

Jungkook salió del baño y se vistió. Antes de bajar se vio en el espejo que estaba al lado de su puerta.

—Sonríe —animó para sí mismo frente al espejo, haciendo una pequeña, linda y algo forzada sonrisa para proceder a salir de su cuarto y entrar al comedor donde su madre ya estaba desayunando.

—Buenos días — saludó a su madre sentándose en la mesa para comenzar a devorar su desayuno. — ¿y papá?

ㅡ se fue temprano, tuvo una emergencia en el trabajo ㅡ le respondió bebiendo de su jugo —¿estás listo para tu examen?

—Si — respondió suspirando y frunciendo un poco el ceño, se sentía muy nervioso, y no precisamente por el examen.

— ¿estudiaste?

— si

— no te pongas nervioso.

—no.

— asegúrate de leer bien.

— ajá— Jungkook comenzaba a ponerse impaciente con tantos comentarios de parte de su madre los cuales solo incrementan poco a poco su ansiedad.

— tomate tu tiempo.

— bien

— pero no demasiado, creo que solo les dan una o dos horas para terminar.

— lo se mamá, entiendo— el chico empezaba a exasperarse tal vez porque su madre le ha estado repitiendo lo mismo toda la semana.

—no te preocupes solo en pasar, si no en sacar la mejor nota que puedas. — su madre estaba nerviosa de igual manera, después de todo era un día importante para su único y amado hijo dorado.

Lluvia de cerezos (Taekook-Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora