31. El dilema de quererte.

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A diferencia de cuando llegaron, el clima en el aeropuerto de Okinawa era perfecto cuando se iban, el sol resplandecía y el viento soplaba lo suficiente como para refrescarse. Pero la boda había terminado, era momento de regresar a casa. 

Ahí, antes de irse para prepararse y abordar, Jungkook le daba un último abrazo a Hannie.

 Quien sabe en cuanto tiempo la volvería a ver, pero estaba tranquilo, porque sabía que ella estaba bien y feliz. Jungkook solo quería lo mejor para ella aunque eso significara tenerla lejos. 

— Cuando te conviertas en una estrella y vengas a dar giras por japón tienes que visitarme. — conversaban solo entre ellos dos.  Jungkook sonrió. 

— Suenas como Taehyung. 

— Pues ese muchacho parece bastante inteligente, si yo fuera tu no me despegaría tanto de él. 

Jungkook trató de no sonrojarse al recordar lo de la noche pasada y prefirió cambiar de tema. 

— Voy a extrañarte. Visítanos de vez en cuando ¿sí?

— Claro que sí. Y no te preocupes, tal vez logre convencer a Taki de mudarnos a Corea después de graduarnos. — Hannie le guiño cómplice antes de romper su pequeña burbuja y pasar a despedirse del resto. 

Se despidió de sus tíos y mientras Kook se despedía de Taki aprovecho para despedirse de Taehyung.

— Fue un placer conocerte. 

— Igualmente.

— Por favor cuida de mi Kookie. Aunque sé que no es necesario que te lo pida ¿o sí? 

Hannie alzó las cejas a Tae como insinuándole algo. El castaño no pudo responder cuando Hannie ya se estaba alejando de él con una sonrisa ladina. 

Las despedidas se terminaron y finalmente subieron al avión. Así que ahí estaban ambos muchachos uno junto al otro mientras el avión se preparaba para despegar. 

Taehyung era el único que hablaba y hablaba sobre cosas triviales, como que había olvidado hacer su tarea para el lunes, o que era una lástima que Jimin no hubiera podido ir, o sobre cosas curiosas que notaba en el avión o cosas que le llamaron la atención de japón y lo poco que pudo ver de él. 

Pero Jungkook apenas y respondía. Solo le demostraba que le prestaba atención con sonrisas, sonidos y monosílabos. Tal vez Tae parecía no notarlo porque la naturaleza de Jungkook era callada, pero la realidad era que Kook no podía decir, hacer o pensar algo coherente. 

Lo único en lo que podía pensar era en el beso, pensaba en él una y otra vez; Como había pasado, cómo se había sentido, a que olía, a que sabía ese beso. Y en especial qué es lo que había significado. 

¿Por qué Taehyung lo había besado? ¿Acaso era un tipo de confesión o solo fue por el calor del momento? pero en especial, ¿Por qué él no había hecho nada por detenerlo? y ¿por qué cuando cerró los ojos y no recibió un cuarto beso creyó sentir desilusión dentro de él? 

Apenas había podido dormir dándole vueltas al asunto. Pero Taehyung actuaba como si nada hubiera pasado. Esa era una de las razones por las que le daba tanto miedo tocar el tema de una vez por todas. No sabía por cuanto tiempo iba a soportarlo. 

— Oye, tengo algo que decir respecto a anoche — habló Tae después de un silencio logrando que Jungkook se tensara. 

— ¿Anoche? — Gesticuló con dificultad. 

— Si. Quiero disculparme, no sé qué me pasó. Yo no suelo ser tan descuidado con esas cosas y por bajar la guardia las cosas terminaron así. Pero me equivoque y actúe mal. Perdón si te incomodé y te hice pasar un mal momento. 

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⏰ Última actualización: Jun 17 ⏰

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Lluvia de cerezos (Taekook-Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora