15. Bajo un verde cerezo

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— ¿Ya estás bien? —preguntó Taehyung sentado frente a Jungkook. 

Hace ya rato había dejado de llorar y Tae decidió darle un poco de espacio para dejarlo tranquilizarse. Ahora lo estaba viendo con ternura a no más de un metro de distancia, mientras Kook intentaba limpiar con sus mangas cualquier rastro de llanto de su rostro.

— Si — dijo en tono bajo y con su voz un poco rasposa — Estoy bien.

Un silencio cómodo reinaba entre los dos al no saber cómo seguir la conversación. El viento golpeaba contra las aún verdes hojas del cerezo haciéndolas bailar creando un agradable sonido en conjunto con las avecillas que reposaban en el jardín abandonado de un costado y los lejanos y casi inaudibles gritos de los estudiantes que se quedaban a algún club después de clases. Pequeños rayos del sol se reflejaban en la verde vegetación creando un agradable ambiente. El tibio viento golpeaba contra sus rostros, agitando su cabello delicadamente en distintas direcciones, empujándolos con confianza para comenzar con las palabras que desde el día de ayer estaban atoradas en su garganta y subconsciente.

— ¿Puedo preguntar?... — comenzó Tae consiguiendo la atención de Jungkook— ¿Por qué te gusta tanto este lugar? — Kook analizó por un momento el ambiente que los rodeaba a inconscientemente sonrió.

— Es agradable, y siempre está muy tranquilo... me gusta eso.

— Sí, lo es — por unos momentos más apreciaron a conciencia su alrededor.

— Lo siento — dijo Jungkook de repente.

— ¿Por qué?

— Por tu nariz. Es mi culpa, no me di cuenta y terminé golpeándote, debe dolerte mucho, y yo... de verdad perdón 

Tae después de unos segundos sonrió viéndolo enternecido. Estuvo a punto de explicar que en realidad no era su culpa, pero Kook habló primero

 — Entiendo que estés molesto conmigo y que por eso me evites y me ignores, es solo que ... de verdad quería que supieras que lo siento y que no fue mi intención — dijo sin ninguna dificultad, levantando firme su mirada. 

Sentía que al estar los dos ahí nada ocurriría, que era como un escondite no solo de sus demás compañeros si no de la existencia misma. En ese momento sentía que no existían lo, ni los demás, por un momento no tenía presente su pasado, lo único que sabía es que tenía que dejar escapar todo lo que pensaba y sentía, que si no lo hacía en ese momento, después todo volvería estar atorado en su pecho y cuando se sintiera listo para dejarlo salir otra vez, sería demasiado tarde. No quería que Taehyung se alejara de él entre el silencio. Algo dentro de él se lo decía, le decía que podía confiar de cierta manera en el chico que no dejaba de observarlo. Tae observaba atentamente a Jungkook que tenía una fina expresión de arrepentimiento, su corazón se estrujó ante tal escena.

— No es tu culpa

— Si lo es, yo te golpee

— En realidad, aunque me hiciste sangrar, después de un rato me sentí como sin nada, la enfermera exageró con la bandita.

— Pero esta morada.

— Un balón me golpeo en la cara cuando acompañaba a Jimin a la biblioteca, así que supongo que es culpa de él que golpeó el balón — rio incomodo al pensar en lo patético que se debía estar viendo. 

La culpa que sentía Jungkook abandonó su cuerpo de una manera que lo hizo sentir fresco, como cuando se toma una ducha con el agua en la temperatura perfecta en un caluroso día. más su inquieto corazón volvió a arder al pensar que a pesar de lo que él había dicho, aun así, había sido el blanco de sus frías miradas durante todo el día.

Lluvia de cerezos (Taekook-Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora