Capítulo 46

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Hola, siento el atraso en la actualización. La verdad es que esta semana he estado bastante enfermilla con una infección respiratoria importante. No recuerdo haber estado tan jorobada nunca ^^U Por suerte, todo pasa y empiezo a estar bastante mejor :)

Pero volviendo al tema, espero que os guste la actualización doble :) Muak.



Capítulo 46



27 y 28 de agosto de 2022, San Rafael, los Pirineos



Aquel fin de semana pasó extremadamente rápido. Tras la visita a la psicóloga regresé a casa, donde pasé el resto de la jornada con mi madre y con Beatriz. Tenía la sensación de que el trabajo me tenía demasiado absorta, por lo que agradecí poder recuperar un poco de tiempo con ellas. Además, después de la experiencia de la noche anterior, no quería perder de vista a la niña. Me decía que no iba a pasar nada, pero ya no sabía qué pensar.

Después, al caer la noche, cuando al fin nos sentamos todos a cenar, incluido mi padre, di la gran noticia. No sabía si sería solo para un año, o quizás definitivo, pero por el momento, la familia Martín se trasladaba a vivir a San Rafael. Una noticia bomba que dejó totalmente desconcertada a mi madre, pero no a mi padre. Él lo celebró por todo lo alto. Era lo que deseaba, era lo que ansiaba desde hacía tiempo, y ahora que al fin lo había conseguido, estaba que no cabía en sí mismo.

—¿Estás segura, cariño? —me preguntó mi madre, extrañada.

Solo necesité ver la cara de felicidad de Beatriz para responder. Sí, estaba segura. Era lo que ella quería, lo que mi padre quería y, en el fondo, lo que yo necesitaba. Así que sí, la decisión estaba tomada.

Aquella noche no salimos de casa, pero hicimos una celebración por todo lo alto a la que acudieron Milo y Laura. Mi padre quería que me fuera con él al Mesón a celebrarlo con el resto de los "chicos", como él los llamaba, pero yo preferí quedarme con mi madre y la niña. Además, aunque la vieja guardia formase parte de su vida, para mí aún eran prácticamente desconocidos y quería sentir el calor de mi familia.

Mi auténtica familia.

Me planteé la posibilidad de llamar a Natalia, pero rehusé la idea tan pronto Laura y Milo aparecieron por la puerta. Sinceramente, no sé quién los llamó, pero me hizo muy feliz verlos allí.

A la mañana siguiente, mi padre salió a primera hora. Había contactado con Enrique Alonso y quería informarse bien de toda la documentación necesaria para poder hacer la inscripción de Beatriz lo antes posible. A mi modo de ver lo que se necesitaba, ante todo, era el dinero, pero por lo visto también había un tema de papeleo de por medio. Sea como fuera, lo dejé en manos de mi padre. Si alguien era capaz de solucionarlo rápidamente, ese era él. Mi madre y yo, por nuestra parte, invertimos la mañana en hacer un listado con todos los trámites que tenía que llevar a cabo para poder realizar el traslado en tiempo límite. Lo primero era empadronarme, pero mientras no tuviese un lugar en el que vivir definitivo, iba a ser complicado.

—Empadrónate en casa, cariño, luego, cuando tengas tu propia casa, ya podrás cambiarte —me propuso mi madre.

Encontrar piso en tan poco tiempo era trabajo casi imposible, por lo que acepté la propuesta. Informé a Laura al respecto, y ella chequeó con su compañera del ayuntamiento si era posible.

—Tus padres tendrán que firmar un documento conforme estas viviendo en su casa —me advirtió—. Doy por sentado que no habrá problema, pero para que lo sepas.

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