Capítulo 63

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03 de abril de 2023, hospital de Sant Carles Redentor, los Pirineos



Ander llegó con el cráneo roto y una hemorragia muy severa al hospital. Los médicos dudaban mucho que fuera a recuperarse. El golpe había sido tremendo, y su cuerpo no había podido soportarlo. Le había partido la cabeza, literalmente. A pesar de ello, los enfermeros de emergencias lo metieron en uno de los quirófanos, con dos médicos de guardia a la cabeza, y prometieron que harían todo lo posible por salvarle la vida.

Por ese entonces yo ya no era apenas consciente de nada de lo que pasaba a mi alrededor. Había perdido mucha sangre y los intentos desesperados de mi padre porque me mantuviese despierta estaban fallando. Javier Robles, que era el que nos había trasladado de inmediato al hospital en su coche patrulla, también lo intentaba, pero era complicado cuando tenía que estar respondiendo preguntas al equipo médico. No sabía lo que había pasado, solo lo que le había contado mi padre, pero no era suficiente, era evidente. Por suerte, imperó la cordura y antes de que las cosas pudiesen descontrolarse aún más, me tumbaron en una camilla y me metieron en un quirófano.

O en una habitación.

O no lo sé.

Sinceramente, no sé a dónde me llevaron. Sencillamente volví a cerrar los ojos, demasiado agotada del mundo, y en contra de lo que todos me pedían, me quedé dormida.



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El renacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora