Jimin sabía lo que su alfa trataba de hacer, dormirlo bajo caricias para luego ir tras su hermano y Namjoon.
Él definitivamente no podía dejar que eso pasara, lo quería lejos de quienes lo torturaron por años, Jungkook necesitaba estar cerca, él, su lobo y cachorro lo necesitaban.
Suspiró cuando el pulgar de una de las manos del pelinegro acarició su mejilla, se sentía bien, demasiado bien, el ser mimado de aquella forma por su alfa le dificultaba el no quedarse dormido.
-Deja de luchar, cielo, sé que quieres dormir.
Jimin maldijo internamente, ¿qué acaso no podía disimular mejor que estaba dormido? ¿Era muy obvio?
-No sé de qué hablas, yo ya estoy dormido.-murmuró enfurruñado, sin abrir los ojos.
Jungkook rió y depositó un beso sobre sus labios, Jimin suspiró y por fin abrió los párpados y observó directamente al pelinegro.
No sabría cómo explicar lo que le hacía sentir una sola mirada, pero era algo parecido a estar flechado, no deseando desconectar sus ojos de los de su alfa.
Quería pensar que era normal, puesto que ya eran una pareja oficial y su marca se encargaba de crear esa atracción todavía más monumentalmente de lo que eran.
Se acurrucó mejor contra su pecho, escondiendo su rostro en la curvatura del cuello e inhalando su masculina fragancia.
Daría lo que fuera para que esa paz que sentía, fuera eterna, solo parecía sentirse así junto a su alfa.
Recordar que fuera todavía estaban esos alfas que tanto le hicieron daño, le ponía paranoico, como si estos podrían aparecer de un momento a otro para lastimarlos.
Ahora que tenía a su mini Jungkook dentro de él, necesitaba cuidarse más que nunca, aprender a defender a su pequeño.
-Alfa, estaba pensando hmm... ¿Podrías enseñarme defensa personal?
Sintió como el pelinegro se congelaba en su lugar y por un par de segundos no dijo nada.
-Claro que sí, cielo, pero no puedo enseñarte hasta que el bebé nazca podría ser peligroso.
Jimin puchereó.
-Pero quiero saber defenderme, sé que siempre me protegerás, sin embargo yo...
-Entiendo, Jiminie, pero tendremos que esperar ¿De acuerdo? Prometo que mientras tanto, voy a protegerlos con mi vida.
Sabía eso, vaya que lo sabía, pero también quería ser útil, quería protegerlo también.
Jimin suspiró y decidió que por ahora, tendría que aceptar la decisión de su alfa, porque quien importaba en esos momentos era su pequeño bebé y no permitiría que por su culpa, se lastimara.
********
Jungkook había esperado hasta demasiado para recibir noticias de Chanyeol y Namjoon.Estaba ansioso, esperaba realmente que ambos se hubieran encargado por completo del hombre, de lo contrario, el mismo se encargaría.
Besó por última vez la frente de su omega, había necesitado de toda una hora para lograr que Jimin durmiera por fin.
Pero eso por supuesto no iba a hacer que le soltara puesto que las pequeñas manitas del omega se encontraban firmemente enganchadas a su camiseta.
Acarició uno de sus lindos y rosados mofletes, odiaba recordar que Jimin había sufrido tanto y no haber podido hacer nada a tiempo.
Ahora simplemente quería encerrarlo en una bolita de cristal en donde no le pasara absolutamente nada.
Fuera de la habitación, logró escuchar unos pasos y murmullos hasta que la puerta fue tocada.
-Jeon, soy Chanyeol, ya hemos vuelto, mañana hablaremos de lo sucedido por ahora mantente cerca de mi hermano y si quieres, descansa.
Jungkook hizo una mueca ¿Acaso había otra opción de todas formas?
-De acuerdo, nos veremos mañana.
******
Al día siguiente, Jungkook se había levantado temprano, apenas había podido dormir unas dos horas por lo menos, entre que estaba pendiente de su omega y con la ansiedad de saber lo que había pasado.
Ahora se encontraba en el invernadero regando los crisantemos que había plantado dentro, necesitaba distraerse mientras que Jimin se encontraba todavía durmiendo.
Sabía que tanto Chanyeol y Namjoon también debían de seguir durmiendo, tampoco iba a molestarlos, por mucho que necesitara escuchar lo que había sucedido.
-¿Jungkook?
Alzó la mirada de las flores y observó al dueño de la voz, Yoongi se encontraba justo a unos pocos metros de él, en la entrada del invernadero, por la forma despeinada de su cabello, adivinaba que acababa de levantarse.
-Buenos días, Yoongi.-dijo Jungkook ocultando su estado de ansiedad con falsa cordialidad.
Yoongi caminó a paso lento mientras frotaba sus manos en sus ojos hasta llegar a él.
-Deberías estar con el príncipe, se asustará al notar tu ausencia.-murmuró quitándole la manguera de sus manos.
Jungkook suspiró e hizo tronar su cuello, moviéndolo de lado a lado.
-Necesitaba salir un momento, no creo que se despierte todavía, son apenas las cinco.
Yoongi se encogió de hombros y se mantuvieron por un par de segundos en silencio.
-Escuché que lo llevaron como alimento a los rogues.-murmuró Yoongi rompiendo con el silencio.-Y que planean hacer una caza.
Jungkook exhaló a la vez que se cruzaba de brazos, eso era lo que esperaba escuchar, que aquel hijo de puta se encontrara muerto, aunque ahora estaba curioso con lo de la caza.
-¿Te lo dijo Namjoon?
Yoongi asintió de inmediato.
-Si, bueno, hmmm... Me pidió que no dijera nada, pero supuse que eso te tenía así de tenso, no me preguntes sobre la caza, que no me dijo gran cosa, pero en un par de horas lo sabrás todo tu.
Jungkook asintió resignado y decidió entonces que sería mejor regresar con su omega.
-Entonces trataré de dormir un poco más, gracias, Yoongi. Tu deberías de hacer lo mismo.
-De nada y, yo suelo despertarme a esta hora, así que no te preocupes, nos veremos en unas horas más, Jeon.
Jungkook sonrió y con una leve inclinación, salió del invernadero hacia la casa, la verdad era que dudaba el poder quedarse dormido de nuevo, pero por lo menos podría estar pendiente de cuando Jimin despertara.
Cuando estuvo dentro del castillo, caminó hacia los escalones que daban a la segunda planta, pero se detuvo en seco cuando encontró a su omega empezando a bajarlas, pareciendo desesperado y de igual forma, se detuvo al verlo.
El pelinegro empezó a subir los escalones, notando mejor como los labios del omega temblaban y sus ojos parecían llorosos.
-Cariño, aquí estoy.-murmuró cuando solo había un escalón de por medio.
Jimin puchereó y se lanzó entre los brazos de su alfa con un tembloroso suspiro.
-Me dejaste, me dejaste solo, odio cuando te alejas.-confesó Jimin con la voz apagada.
Jungkook acarició con una mano su cabellera castaña mientras que la otra lo mantenía presionado suavemente contra su cuerpo.
-Solo necesitaba aire fresco, amor, no llevo mucho aquí abajo.-aseguró y llevó sus manos esta vez a los muslos del omega para así poder cargarlo.-¿Quieres regresar a la cama?
-Donde sea, pero contigo, alfa.-pidió, sujetándose en los hombros de Jungkook.
El alfa besó su cabeza para luego seguir con sus pasos, hacia su habitación.
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HERO
FanfictionPark Jimin llevaba prácticamente una vida encerrado en aquel burdel de mala muerte, siendo obligado a prostituirse para sobrevivir. Una subasta podría ser la única opción para salvarse y sólo esperaba que aquel pelinegro de facciones masculinas fuer...